El Proceso De Cristo

EL PROCESO DE CRISTO

El Sanedrín era la corte de justicia de los judíos. Ellos consideraban a Cristo como su enemigo, debido a las ideas que predicaba. Condenaron a Cristo por blasfemia, sin embargo había un problema en esta resolución: en el derecho judío no estaba presente la muerte por crucifixión y esta pena de muerte sólo podía declararla el procurador romano.

El Maestro Burgoa señala algunas violaciones en las que incurrió el Sanedrín durante el juicio a Cristo.

La primera de ellas es la violación al principio de publicidad, ya que el proceso no se llevó a cabo en el Gazith (juzgado), sino a puerta cerrada en la casa del Sumo Sacerdote Caifás. Otra violación fue la del principio de diurnidad, es decir, el juicio se llevó a cabo de noche y no de día, como debía efectuarse. La tercera violación (sin duda una de las más graves) fue la del principio de libertad defensiva, pues no dejaron que Cristo presentara testigos en su defensa, mientras que la parte acusadora en todo momento presentó testigos en contra de él, sin que nadie lo impidiera. De esta tercera violación derivan otras dos: violación del principio de rendición estricta de prueba testimonial y análisis riguroso de las declaraciones de los testigos, pues además de que sólo se presentaron testigos en contra, todos ellos eran falsos y la violación del principio de prohibición para que nuevos testigos declararan en contra de Cristo, pues una vez que se había cerrado el procedimiento, el Sanedrín siguió admitiendo más testimonios de testigos falsos. Una nueva violación se da en el hecho de que la sentencia condenatoria no fue revisada antes de imponer la sentencia de muerte. La ley de Israel prevenía que en casos de pena de muerte, la sentencia debía ser revisada a los tres días y podrían ser admitidas nuevas pruebas de la defensa. Sin embargo la sentencia fue emitida inmediatamente y Jesús fue remitido a la presencia del procurador romano Poncio Pilato.

Pilato no encontró ningún motivo para condenar a muerte a Cristo, sin embargo los judíos amenazaron que lo acusarían con el César (el emperador de Roma, Tiberio) por no querer condenar a un delincuente culpable. A Pilato le dio miedo saber que podrían acusarlo con el emperador y entonces se lavó las manos, dejando así que los judíos cumplieran su objetivo: matar a Cristo. Cristo fue condenado por los judíos por blasfemia, pero los romanos decidieron de él moriría, sin haberlo juzgado ellos. Es decir, hubo un juicio y no se ejecutó la pena, y se ejecutó una pena pero nunca hubo juicio.

Jesús Enrique Franco Vega

Grupo: D33

19 de Septiembre de 2012

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