El Realismo Político En Maquiavelo

El realismo político en Maquiavelo

Maquiavelo en su obra El príncipe se refiere a lo que los gobernantes deben hacer para mantener su posición política. Sostiene que la virtú (la fuerza creativa) del gobernante es la clave para el mantenimiento de su propia posición y el bienestar de sus súbditos. Se lo coloca a Maquiavelo como el precursor de la ciencia política al instalar a la política en el centro de interés en la nueva sociedad europea. Él observa el hecho político y lo analiza aisladamente como objeto de estudio de una investigación. Si bien recurre a un gobernante figurado, El príncipe, los elementos pasionales, las praxis son auténticas. El mismo Maquiavelo anota que las cosas que escribe son y han sido aplicadas desde siempre por los grandes hombres de la historia. El adjetivo "maquiavélico" ha sido sinónimo de negativas acepciones, porque este teórico italiano no pretendió encontrar las acciones moralmente aceptables que un hombre debía hacer, sino comprender los hechos que, dentro del mundo existente, son posibles y efectivos para su organización. Él considerado, el primer realista político, distingue con total nitidez la distancia entre cómo funciona de hecho la política y cómo nos gustaría que lo hiciera.

En el realismo político de Maquiavelo referido a la política exterior, el Estado ha de tender a extenderse y para eso ha de ser astuto y fuerte, a través de la creación de ejércitos permanentes. El ejército como una de las instituciones propias del estado moderno, Maquiavelo lo plantea como necesario dada la naturaleza del Hombre. En él confluyen vicios y virtudes, pero los primeros tienden a opacar a las virtudes y esto conlleva a un estado de guerra latente.

Hay que ubicar la obra de Maquiavelo como resultado del contexto sociopolítico correspondiente, una sociedad liberándose del feudalismo y ciudades, principalmente italianas luchando por territorio y espacio de poder, la nación italiana no existe. Aún así sus principales mensajes siguen teniendo vigencia desde entonces. Seguramente porque todavía tiene mucho que sugerirnos, sigue siendo analizado cuando se plantean ciertos temas, problemas o discusiones.

Su libro ha sido y es consultado por numerosísimos lectores en distintos tiempos e idiomas. Es un manual de las técnicas de poder y de cómo toda acción política debe ser evaluada en función de su capacidad para obtenerlo y mantenerlo. Estudia la naturaleza humana, percibe ciertas regularidades, las pasiones humanas son inalterables a través de tiempo y el espacio. Vicios y virtudes son elementos constitutivos del ser humano y están repartidos en la forma más desigual según los individuos. El príncipe, es decir, el político, debe reunir especiales condiciones para acceder al poder y mantenerse en él. Estas condiciones y aptitudes se resumen en “la fortuna” y “la virtù”. La primera refiere a situaciones externas

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