El Secreto De Cleopatra

EL SECRETO DE CLEOPATRA

por: César Mogollón

Cleopatra, la reina de la dinastía lágida y ptoloméica (51 A.C. a 30 A.C.) es famosa por su “belleza” y es un ejemplo de las mujeres seductoras de la historia antigua.

Pero en su caso, la hermosura de Cleopatra es sólo un mito que no deja ver el verdadero truco de la controversial reina de Egipto.

Cleopatra era más bien era fea para los cánones de belleza de la época. Su nariz era aguda, su frente algo pronunciada, su boca era pequeña y su cabello no tenía gracia. Tampoco fue una mujer voluptuosa o de curvas pronunciadas.

La gracia de la faraona eran sus muchísimos talentos que cultivó durante años.

Sabía hablar arameo, griego, sirio, latín y curiosamente fue de las pocas gobernantes egipcias que se tomó la molestia de hablar egipcio, el idioma del pueblo.

Los historiadores aseguran que era de voz seductora y que conocía de las ciencias, letras, política, astronomía, matemáticas, además de que había sido educada para ser una verdadera doncella pero con la inteligencia suficiente para saber cómo giraba el mundo de su época.

Parece entonces, que aquellas cualidades que hacían de Cleopatra una mujer tan deseada no recaían precisamente en sus atributos físicos, sino más bien en su capacidad de seducción, inteligencia y tal vez alguna otra peculiaridad…

La felación era considerada un “arte” practicado por algunas mujeres egipcias, conocidas como felatrices, que no siempre eran prostitutas, dándose la particularidad de pintarse los labios de un determinado color para dar a conocer su inclinación por esta práctica. Posiblemente, la famosa forma de maquillarse de las mujeres egipcias, era más bien un reflejo de su preferencia por este tipo de prácticas.

A lo largo de la historia, distintas mujeres han sido señaladas como grandes o expertas felatrices. La más conspicua de ellas fue precisamente la reina Cleopatra, quien pasó a la historia por muchas de sus cualidades antes mencionadas, pero también por su apetito sexual.

Se dice que uno de los trucos de Cleopatra era precisamente su habilidad para la felación, práctica que las mujeres romanas se negaban a hacer porque la consideraban degradante para ellas. Los griegos la consideraban una especialidad de la prostitución muy deseable.

Es comprensible, que una mujer tan experimentada en este método fuera capaz de conquistar a dos grandes emperadores romanos, como lo fueron Gayo Julio César y Marco Antonio.

Se cuenta inclusive la historia de que Cleopatra logró escabullirse en una ocasión en la alcoba del mismo Julio Cesar, casi desnuda, escondida en una alfombra, y que cuando éste extendió la alfombra en su aposento, Cleopatra quedó allí extendida, a sus pies, y que mantuvieron relaciones íntimas.

Luego de la muerte de Julio César, Cleopatra terminó enamorándose de Marco Antonio,

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