El Viernes Negro
Enviado por LMMG68 • 21 de Septiembre de 2013 • 596 Palabras (3 Páginas) • 419 Visitas
EPILOGO
DEL VIERNES NEGRO AL REFERENDO REVOCATORIO
En resumen de este Epilogo se plasma que esta estrechamente relacionado con los procesos de transformación que tienen lugar en el sistema capitalista mundial desde el último cuarto del siglo XX, la sociedad venezolana padecería a partir de fines de la década del 70 el declive del modelo de desarrollo dinamizado por la renta petrolera, que desde la segunda posguerra había permitido su acelerada modernización económico social y la implantación de un sistema de democracia representativa.
Estos desarrollos propenden a producir una sociedad escindida, donde los ricos son cada vez más ricos, y los pobres más pobres. Ante esta tendencia no podía sino deslegitimarse el sistema político de democracia representativa, que se había forjado en Venezuela a partir de 1958 con un discurso prometedor de libertades cívicas e igualdades sociales. Convergencia Nacional carece de los requisitos institucionales mínimos para sobrevivir el liderazgo del presidente Caldera. El MBR-200, trastocado en el MVR, encuentra su oportunidad en las elecciones de 1998. Desde entonces, con altibajos, lucha por su consolidación como partido con arraigo en la sociedad, muy especialmente, representativo de los sectores populares. En la coyuntura electoral de 1998, el triunfo de Chávez y su PP cabalgaron sobre la transición no resuelta de la sociedad venezolana. Este proceso de cambio hegemónico está apuntalado por una secuencia de procesos electorales que han venido solventando, respaldando y legitimando el proyecto de futuro para el país propuesto por el Presidente y las fuerzas sociopolíticas que lo apoyan. Prefigurado tal proyecto sociopolítico por los segundos gobiernos de Pérez y Caldera en los años 90, remozada y actualizada por actores que convergieron entre 2001 y 2004 en la CD, la plataforma política que enfrentó principalmente de manera insurreccional el proyecto bolivariano, este proyecto por el momento carece de apoyo suficiente en el ámbito nacional para lograr su inclusión en los arreglos institucionales en plena construcción. Se reafirma la centralidad del Estado, la vigencia del principio universal de los derechos sociales, y el deber insoslayable del Estado de crear las condiciones para garantizar tales derechos. Con todo, este proyecto se ha ido perfeccionando al calor de la lucha hegemónica y ha sido reconocido, sobre todo después del golpe de Estado de abril de 2002, como una propuesta cónsona con los esfuerzos que desde distintas naciones y espacios transnacionales vienen haciendo actores y comunidades, que se resisten a aceptar los designios trazados por el capital corporativo y financiero internacional, respaldado por EE.UU y sus aliados, reconvertido EE.UU. en potencia imperial y militar única sobre el planeta. Sus éxitos para sobrevivir a las constantes y poderosas embestidas de actores nacionales e internacionales confabulados entre sí, han despertado
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