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El bienestar de las naciones.


Enviado por   •  1 de Marzo de 2016  •  Ensayo  •  1.952 Palabras (8 Páginas)  •  249 Visitas

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Riqueza de las naciones.

Adam Smith

Resumen y opinión personal.

Del libro primero, capítulo uno. De la división del trabajo.

El progreso más importante en las facultades productivas del trabajo, y gran arte de la aptitud, destreza y sensatez con que diste se aplica o dirige, por doquier, parecen ser consecuencia de la división del trabajo.

El empleo de la división del trabajo en las manufacturas presupone la optimización de esta. Los efectos de la división del trabajo en los negocios generales de la sociedad se entenderán más fácilmente considerando la manera como opera en algunas de las manufacturas. Generalmente se cree que tal división es mucho mayor en ciertas actividades económicas de poca importancia, porque en aquellas manufacturas que se destinan a ofrecer satisfacciones para las pequeñas necesidades de un reducido número de personas, el número de operarios ha de ser pequeño, y los empleados en los diversos pasos o etapas de la producción se pueden reunir generalmente en el mismo taller y a la vista del espectador. Por el contrario, en aquellas manufacturas destinadas a satisfacer los pedidos de un gran número de personas, cada uno de los ramos de la obra emplea un número tan considerable de obreros que es imposible juntarlos en el mismo taller, aun cuando se dividan en el mayor número posible todas las operaciones.

Eso es en caso de las manufacturas, la división de trabajo bien ejecutado hace crecer la producción, pero, en la agricultura y ganadería difícilmente esto funcionaría, ya que se trabaja por temporada y resultaría complicado mantener a una sola persona realizando la misma actividad todo el tiempo.

Capítulo dos, del principio que motiva la división del trabajo.

La división del trabajo es consecuencia de una cierta propensión de la naturaleza humana que no aspira a una utilidad tan grande: la propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra.

El ser humano consigue lo que necesita de otro despertando su egoísmo, “dame lo que necesito y te daré lo que deseas”, y ahí es donde se da el intercambio de mercancías o monedas de cambio. Es así también, cómo funciona el dinero; uno vende el excedente de su trabajo por algo difícilmente despreciable por otro, ya que si el carnicero trata de vender su excedente a un panadero que cuenta ya con carne suficiente no podrá darse el trueque entre ambos, en cambio, si se da el intercambio por una moneda, esta podrá ser utilizada por ambos en el momento que necesiten.

Capítulo tres, la división del trabajo se halla limitada por la extensión del mercado.

Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la amplitud de esta división se halla limitada por la extensión de aquella facultad o, dicho en otras palabras, por la extensión del mercado. Cuando este es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero a una ocupación, por la falta de capacidad de cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en exceso del propio que consume, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros.

Capítulo cuatro, del origen y uso de la moneda.

Tan pronto como se hubo establecido la división del trabajo sólo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se pudo satisfacer con el producto de su propia labor. EL hombre subviene a la mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo.

La moneda debió crearse entonces, para evitar entorpecer esas operaciones de cambio entre mercancías.

Capítulo cinco, del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio en trabajo y de su precio en moneda.

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes o gratas de la vida. Pero una vez establecida la división del trabajo, es sólo una parte muy pequeña de las mismas la que se puede procurar con el esfuerzo personal. La mayor parte de ellas se conseguirán por medio del trabajo de otras personas. Parece, pues, evidente, que el trabajo es la medida universal y más exacta del valor, la única regla que nos permite compara los valores de las diferentes mercancías en distintos tiempos y lugares.

Capítulo seis, sobre los elementos componentes del precio de las mercancías.

En el estado primitivo y rudo de la sociedad, que precede a la acumulación de capital y a la apropiación de la tierra, la única circunstancia que puede servir de norma para el cambio recíproco de diferentes objetos parece ser la proporción de entre las distintas clases de trabajo que se necesita para adquirirlos.  Si en una nación de cazadores, por ejemplo, cuesta usualmente doble trabajo cazar un castor que un ciervo, el castor, naturalmente, se cambiaría o valdría dos ciervos.

Capítulo siete, del precio natural y del precio del mercado de los bienes.

En toda sociedad existe una tasa promedia de salarios y de beneficios en cada uno de los empleos distintos del trabajo y del capital. Como veremos más adelante, dicha tasa se regula naturalmente, en parte por las circunstancias generales de la sociedad, su riqueza o pobreza, su condición estacionaria, adelantada o decadente; Y en parte, por la naturaleza peculiar de cada empleo.

Existe también una tasa promedio de renta, que se regula asimismo, en parte por las circunstancias generales que ocurren en esa sociedad o comunidad donde la tierra se halle situada y en parte por la fertilidad natural o artificial del terreno.

Capítulo ocho, de los salarios del trabajo.

Los salarios del  trabajo dependen del contrato concertado por lo común entre estas dos partes (patrones y obreros), en este caso sus intereses difícilmente coinciden, el obrero desea sacar lo más posible y los patrones dar lo menos que puedan. Los obreros están siempre dispuestos a concentrarse para aumentar los salarios, y los patronos, para rebajarlos.

Libro segundo.

Una vez establecida a gran escala la división del trabajo, el producto de la tarea individual no alcanza a cubrir sino un parte muy pequeña de sus necesidades eventuales. La mayoría de las gentes recurren al producto del trabajo de otras personas, que compra o adquiere con el producto del trabajo propio, o lo que es igual, con el precio de este. Pero como dicha adquisición no puede hacerse hasta que el producto del trabajo individual propio no solamente esté terminado, sino vendido, es necesario acumular diferentes bienes en cantidad suficiente para mantenerle y surtirle con los materiales e instrumentos propios de su labor, hasta el instante mismo en que ambas circunstancias acaezcan.

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