El mundo del trabajo durante el peronismo
Enviado por Agos Rolli • 9 de Agosto de 2023 • Trabajo • 2.106 Palabras (9 Páginas) • 76 Visitas
Agostina Loyza - UNGS contacto: agostina.loyza@hotmail.com
Brian Hass - UNGS contacto: brian96@live.com
Trabajo Práctico: El mundo del trabajo durante el peronismo
1. ¿Qué nociones de masculinidad y feminidad obrera gravitaron en el mundo del trabajo azucarero, de la carne y de la industria del pescado durante este período?
2. ¿Cuáles fueron los principales conflictos y contradicciones que tuvieron lugar en tales actividades durante esta etapa?
El texto de Daniel James “Doña María” aborda la historia de vida de Maria, la cual está modelada por los principios morales, las fuerzas ideológicas y las experiencias conmemoradas en el Centro Cívico de la ciudad de Berisso. Esta ciudad, agrega el autor, se caracteriza por ser peronista y se enorgullece a sí misma de ser llamada “la cuna del peronismo”. Esta identidad se remite a 1943 y 1946 cuando Doña Maria comienza a trabajar en el frigorífico Swift, el cual más tarde, con el apoyo político de Perón comenzará aflorar la sindicalización en su interior.
En el Centro cívico de Berisso hay un monumento a la maternidad: evocando la imagen de la mujer como madre, custodio del hogar y la familia, ama nutricia de sus hijos. Esta representación de las mujeres fue un elemento central del peronismo el cual evocaba la idea de que la mujer que daba a luz y alimentaba a sus hijos, también estaba dando a luz y nutriendo a la nación. El personaje central del texto de James, Doña Maria se describe como una esposa ideal, quien le daba de comer al esposo, limpiaba y cuidaba a los hijos. Además no hablaba ni se reía con otros hombres, tal como dice. La idea de que sea delegada activa del sindicato, como relata, parece haberla tomado su marido y no ella. En su consagrada función nutricia y maternal, doña María alega estar totalmente en contra del divorcio y del aborto. Sin embargo, doña Maria en su adolescencia se percibe como una niña rebelde, irreverente, que se salía del molde de lo socialmente establecido para una niña, con un temperamento insumiso, incapaz de tolerar el sufrimiento ajeno y la injusticia. James asegura que la entrada en escena de Perón es el elemento disruptivo que hace que una ama de casa trabajadora rompa con su papel doméstico tradicional para adentrarse en un mundo irrumpido por el peronismo y la clase obrera movilizada.
El impacto de la ideología peronista siguió subordinando a las mujeres a los hombres, redefiniendo así una ideología reelaborada de la domesticidad y la actividad política de las mujeres derivada de sus virtudes como madres, esposas y custodias del hogar. Ellas tenían capacidad de sacrificarse y mostraban una naturaleza comunitaria (al contrario de los hombres que como se señala en el texto tenian tendencias a ser mas individualistas). Esto se puede apreciar en el ejemplo que comenta Doña Maria en el cual, dice que era habitual que los primeros dias de cobro las compañeras de las plantas frigoríficas hacieran una colecta para el solventar el aborto de una compañera.
En los principales relatos peronistas que glorifican y sentimentalizan la lucha de los trabajadores hombres, las mujeres brillan por su ausencia. Cuando aparecen lo hacen en carácter de madres sufrientes o amas de casa agobiadas por sus obligaciones domésticas. Estaban ausentes de la toma de conciencia y la organización sindical. Esto se corresponde con un universo abrumadoramente masculino. En la realidad, el autor comenta que tuvieron un papel activo en el escenario público de la fábrica y en el partido político.
Por otra parte, la masculinización de la mujer autora de su propio destino (como lo es Doña Maria cuando cuenta cómo obtuvieron la casa) dice el autor, tenía una consecuencia y esta era la feminización del varón, esto es traducido como su esposo.
El universo masculino tenía sus raíces en la fuerza laboral y el proceso de trabajo, con su fuerte jerarquía de género. Además, la política junto con la militancia eran representadas como algo intrínseco o propio de las masculinidades en esta época. Los hombres dominaban los puestos más calificados y mejor remunerados, mientras que las mujeres eran confinadas a puestos inferiores, y aparecen contadas veces en los relatos populares de los frigoríficos mientras que las anécdotas de los varones son múltiples, dejando así sólo un espacio marginal a las mujeres para expresarse.
El sindicato es percibido, entonces, como un medio de mejorar las posiciones vulnerables de las mujeres en las plantas el cual limitaba el poder y la autoridad de los hombres sobre ellas.
Para ir cerrando, el texto de James nos dice que nos debemos centrar en la figura de Evita, la cual representa la encarnación de las virtudes y los roles apropiados de las mujeres; sobretodo es una esposa obediente a su esposo, o como dice el autor ella es la sombra del sol Perón, siendo una figura la cual legitima y proporciona un modelo al activismo, por ejemplo, el de Doña María. Lo que el autor concluye es que si bien había un discurso dominante que ponía el acento en los roles jerárquicos de géneros, también había una re-significación y reelaboración propia por parte de cada remitente en base a su subjetividad, tal como lo demuestra Doña María.
Por otro lado, el texto de Nieto Agustín habla de la industria del pescado en Mar del Plata (el cual tenía un alto porcentaje de trabajo femenino, más del 80%) hacia mediados del siglo XX. El autor comenta que la participación de la mujer en las luchas obreras del sector no era una experiencia aislada sino un rasgo del movimiento obrero marplatense, en el cual también luchaban las obreras mucamas de la industria hotelera, las obreras de la industria del dulce y las obreras de los lavaderos. Encabezaban huelgas, luchaban por sus derechos y participaban activamente en la vida interna del sindicato. Eran protagonistas, la mujer sindicalista cuestionaba la imagen que muestra a los varones como sujetos únicos de la vida sindical.
Respecto al sindicato Nieto sugiere que también había obreras que no se involucraron con él ya que lo consideraban “cosa de hombres”. Hablando de la representación de las masculinidades en este texto, retoma una nota de un periódico anarquista marplatense el cual denota rasgos androcéntricos: emerge la imagen del obrero disminuido en su rol de hombre, quien por necesidad acepta que su compañera viva la situación de tener que salir a trabajar abandonando a sus hijxs para poder “ayudar” a su compañero ya que el salario de él solo no alcanzaba para mantenerse. La obrera es “madre” o “esposa”, el hombre es visto como pater familias proveedor y protector (aunque en estado devaluado) y la mujer como el sexo débil y sensible que fue forzada por un sistema perverso a abandonar el hogar y su rol «natural» de madre y esposa, y todo por un salario que era considerado complementario al del hombre. Eran los hombres quienes llevaban a cabo las negociaciones del gremio nos dice también Nieto, aunque ellas eran delegadas en los espacios fabriles y esto es un rol muy importante.
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