El papel de “El indio” en la Nueva España

El papel de “El indio” en la Nueva España

por Alfredo Alejandro Santos

Gracias a Cristóbal Colón quien tenía intenciones de encontrar nuevas rutas comerciales desde Europa hacia la India, pensando que se tomaría por el lado contrario de las Indias y por azares del destino, llegó a América creyendo que había logrado su cometido, a lo largo de estos años a los nativos de estas tierras se les ha denominado indios.

Posteriormente, al darse cuenta que a donde se había llegado no era la india, sino una tierra descubierta de nombre desconocido, las grandes potencias europeas de la época se repartieron las propiedades.

A nuestro querido México le tocó el infortunio de ser colonizado por España y vivió bajo el yugo de esta desde la caída de México Tenochtitlan, hasta la expulsión del último virrey de España, Don Juan O’ Donoju. A esta etapa histórica de nuestro país se le conoce como la época de la colonia y al territorio se le fue asignado el nombre de la Nueva España. En esta época, el indio sufrió muchos cambios en la manera de vivir, puesto que ya no eran servidores de sus correspondientes tlatoanis, ahora tenían que servir a personas completamente desconocidas y ajenas a su cultura y con costumbres casi exóticas ante sus ojos.

Pero nos preguntaremos ¿Qué fue aquello que tanto llamó la atención de los españoles? La respuesta es fácil y nos la da Bernal Díaz del Castillo en los capítulos de su escrito “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”. La riqueza de las tierras.

Nuestro territorio era rico en oro, plata, piedras preciosas y frutos que no eran conocidos en esos territorios “lejanos”, estos eran enviados a Castilla para ser sumados a la riqueza de la realeza; Bernal relata que eran tan grandes las cantidades como en ningún otro lugar se habían extraído.

Los conquistadores venían con ideas completamente diferentes y dispuestos a imponer sus costumbres y creencias, venían con la idea de iniciar una evangelización ya que consideraban a los dioses prehispánicos frutos del demonio.

La primer orden religiosa que hizo presencia en la antigua Tenochtitlan fue la orden de los franciscanos. A estos se les considera fundadores de la iglesia católica en México; estos llegaron en el año 1524 y se repartieron por las ciudades más importantes del país para así iniciar con su labor, que si bien, su prioridad era evangelizar a los pobladores, también otra de sus prioridades era enseñarles a los naturales el idioma natal de los franciscanos y así fuese más fácil la comunicación entre ellos y sus patrones. A cada ciudad que llegaban, eran recibidos con mucha fiesta y regocijo, se les tenía mucho respeto y se ordenaba decorar sus aposentos con muebles cómodos y lujosos con el fin de complacerlos.

Sustituyeron todo lo alusivo a los dioses prehispánicos cambiándolo por sus imágenes religiosas, comenzaron una labor de bautismo comenzando por voluntarios y después a base de amenazas, ya que los intimidaban con quemarlos o hacerles daño.

Conforme fue avanzando el tiempo, otras órdenes religiosas llegaron a estos territorios. Como se daban cuenta que era muy difícil arrancar de raíz las creencias prehispánicas, los naturales fueron violentados y sus templos destruidos.

Los indios se percataron que si se seguían resistiendo al cambio, de creencia más específicamente, les iba a ir mal. Muchos de ellos terminaron aceptando al Dios que se les quería imponer, pero otros escondían a sus dioses detrás de imágenes católicas, para hacerles creer a los españoles que les rendían culto a su religión cuando en realidad no lo hacían. La mayor parte de estos pobladores fueron descubiertos y castigados por los franciscanos.

Y así poco a poco, a lo largo de los años, se logró su principal propósito, que la religión católica predominara en estas nuevas tierras sobre todos los Dioses existentes.

Tal fue el éxito de la incorporación del catolicismo a la vida de los nativos que llegó el momento en el que incluso muchos de ellos eran más cumplidos en la asistencia a misa, celebraciones y fiestas de guardar que los propios españoles.

El papel del indio en la Nueva España, fue principalmente como servidumbre, pues se le consideraba un ser incluso inferior a las bestias de carga, era tratado con brutalidad.

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