El primer uso del ferrocarril de vapor

El primer uso del ferrocarril de vapor se realizó en Inglaterra el año 1825 de uso público, se fomentó el uso de este transporte, ya que el progreso material de países industrializado y los que quería llegar a serlo.

A mediados del siglo XIX, consiguió ganar forma el ferrocarril en Latinoamérica expandiéndose de gran manera. Este uso para Chile fue favorable, gracias al manejo de su actividad minera en el país, ya que en Chile el transporte era altamente necesario el transporte por las dificultades de locomoción por lo largo del país, se fomentó el uso de ferrocarril para disminuir el traslado de grandes cantidades de metales por todo Chile. Pero al desarrollo de la república, el proyecto de unir Caldera con Copiapó en el año 1845 era imposible por su magnitud en la época Bulnes, hasta que 1849 un empresario estadunidense llamado Guillermo Wheelwright, con un gran interés de este problema, el mismo logró comprometer capital de varios mineros y la visionaria Candaleria Goyenechea. Así, en 1851 se inauguró el primer ferrocarril de chile de 81 kilómetro de las Caldera hasta Copiapó.

Por el bueno uso y utilidad del manejo de ferrocarriles como exportadores de productos mineros e importación de insumos y artículos de consumo. Se empezó a planear la conexión entre Valparaíso y Santiago, pero por la falta de recurso para realiza estos proyecto para llevarlos a cabo, ocasionando la intervención del Estado en la empresa. Creando el camino para que Chile construyera líneas fervorarías ya sea como operador o administrador de una proporción importante del sistema ferroviario nacional. Al finalizar el decenio de Montt, la línea ya unía Valparaíso con Quillota y con el presidente José Joaquín Pérez se inauguró el ferrocarril de Valparaíso a Santiago con 187 kilómetros de extensión.

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