El relato histórico acuñadp por el Estado posrevolucionario
Enviado por Christopher Torres • 22 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 953 Palabras (4 Páginas) • 399 Visitas
Control 23.
Florescano, Enrique, El relato histórico acuñadp por el Estado posrevolucionario en: Historia de las historias de la Nación Mexicana, Taurus, México, 2002, pp.373-421.
En el presente ensayo, se hablará sobre la Revolución y sus diferentes significados, por lo tanto también será importante observar qué fue lo que este proceso dejó a su paso. Sin embargo, lo que siempre se ve de ésta guerra es que lo único que provocó fueron guerras y miles de muertos, este escrito busca demostrar lo contrario.
Para comenzar, la palabra Revolución a lo que evoca es a una guerra por algo, se tiene un fin al cual se va a llegar por medio de la violencia aunque no precisamente debe de ser así. Sin embargo, se va encontrar con que ésta palabra cambia según desde el momento en el que se estudie, y la persona que la emplee por ejemplo, citando a Florescano: “La palabra revolución tenía un sentido peyorativo antes del vértigo transformador que irrumpe en 1910: evocaba el caos político, la acción desenfrenada de las turbas populares, la ambición sin límites de los caudillos o la toma de poder por medios violentos.”[1]
Dicho movimiento, trajo consigo muchos cambios, si bien, es complicado decir si hubo o no una revolución, sin embargo, ¿Por qué es difícil saberlo? Porque no alcanzó a todas las partes del país, existieron distintos grupos con diferentes objetivos, que lamentablemente, no todos fueron cumplidos, es decir no para todos hubo revolución. Luego entonces, esto da paso a otro tema importante, la unificación de la población, el dejar atrás esas diferencias y hacer que toda la sociedad se sintiera parte fundamental del país.
Ahora bien, ¿Cómo se iba a lograr esa homogenización? Por medio de libros acerca de la historia de México, como menciona Florescano: “[…] la recolección y la interpretación del pasado están dirigidos ahora por la formación del Estado-nación. Los antiguos protagonistas del discurso histórico: el conquistador, las órdenes religiosas, la iglesia y el Estado español, son sustituidos por los patriotas que combatieron por la independencia, por los políticos que se esforzaron en darle forma al Estado nacional, por los héroes que ofrendaron sus vidas por la república, por las revoluciones que propulsaron los grandes cambios políticos y sociales, y por los mexicanos, como se llamó en adelante a la diversidad de individuos y grupos que componían la población.[2]”
Si bien, surgen personajes tales como Madero, que lo mejor que le pudo haber pasado fue haber muerto, como Florescano menciona: “La legitimidad que no tuvo en vida le fue dada después de su muerte”[3] también existieron otros, como Villa, citando a Florescano:”Durante su vida y después de su asesinato, Pancho Villa mantuvo la imagen del héroe en el corazón de los pobres, el aura del revolucionario valiente y el carisma del jefe de hombres.”[4]
Se presenta tiempo después de terminada la revolución, el reconocimiento de los personajes que jugaron un papel importante en la historia del país, empiezan a ser reconocidos mediante homenajes, estatuas, o por las fechas que aparecen marcadas en los calendarios. Al mismo tiempo, la gente se sentía identificada con éstas celebridades, como ya fue citado con anterioridad.
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