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El siglo XVIII fue un momento de cambios fuertes, tanto para España como para el resto del mundo


Enviado por   •  19 de Abril de 2021  •  Informe  •  2.517 Palabras (11 Páginas)  •  90 Visitas

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El siglo XVIII fue un momento de cambios fuertes, tanto para España como para el resto del

mundo. La llegada al poder de la casa de Borbón en España tras la llamada Guerra de Sucesión

(1700-1713) había coincidido con el ascenso de Inglaterra como potencia dominante en el

contexto mundial y, por sobre todas las cosas, con el desarrollo de la Revolución Industrial

gestado en su suelo. Tras la paz de Utrecht (1713), que puso fin a la Guerra de Sucesión,

Inglaterra se había visto en una posición sumamente ventajosa respecto de España, que como

imperio, estaba atravesando un período de franca decadencia, iniciado a principios del siglo XVII

reinando todavía la Casa de Austria.

El interés de Gran Bretaña, ante todo, era la consolidación de un mercado internacional para sus

productos (mayormente textiles), para los cuales las colonias hispanoamericanas representaban

un objetivo mayor. Inglaterra ya había estrechado vínculos, en un estricto marco de división

internacional del trabajo, tal como se lo prescribe en la obra de David Ricardo1

, con otros países

como Portugal, aliados de Gran Bretaña tanto como enemigos de España. Con la llegada de

Carlos III al poder, se pensó en lograr compensar este estado de relativa indefensión de España

ante el poder inglés mediante reformas administrativas, militares y económicas que

contemplaran en principio, amén de cierto grado de protección para los productos españoles, la

creación de dos nuevos virreinatos para la mejor defensa del territorio. Estos fueron los de

Nueva Granada (1740), y el Río de la Plata (1776). Este último sería una escisión del antiguo

Virreinato del Perú que comprendería la intendencia de Buenos Aires con el agregado de las ex

misiones jesuíticas y, el Alto Perú, con el objeto de poder mantener libres de saqueos las

remesas de plata procedentes del Potosí, expidiéndolas vía Buenos Aires a la metrópoli en lugar

de hacerlo por la ruta tradicional de Portobello (Panamá) controlada por Inglaterra, nación con la

cual España se encontró en estado de guerra casi permanentemente durante todo el transcurso

del siglo XVIII. Entre estas guerras se destacan la guerra de los Siete Años y sobre todo, la

guerra de Independencia Norteamericana en la cual España, al igual que Francia, también regida

por los Borbones, entró a favor de los independentistas.

Lynch (1976: 27) considera las reformas borbónicas como la segunda conquista de América por

1 David Ricardo: economista inglés (uno de los padres del liberalismo) que propugnaba por el desarrollo de un mercado

internacional basado en las ventajas comparativas de cada país, generando una verdadera división internacional entre

productores de materias primas y productores de manufacturas.Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual

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España, la que fue, en sentido estricto, “una conquista burocrática”, y ese carácter le permite

considerar las independencias como una reacción americana anticolonial “un mecanismo de

defensa puesto en movimiento por la nueva invasión española del comercio y los cargos

oficiales”. Hasta ese momento, el sistema colonial español se había asentado en un equilibrio

entre tres factores: 1) La Corona y la administración monárquica; 2) La Iglesia Católica; 3) las

clases propietarias locales. La primera detentaba el poder político; la segunda el poder ideológico

y la tercera el poder económico. Las Reformas van a romper este equilibrio al aumentar el poder

estatal peninsular, afectando a los propietarios criollos de tres maneras: 1) aumentando el

control y la presión impositiva, cuya recaudación tenía como destino la Metrópoli; 2)

restringiendo o prohibiendo ciertas actividades económicas que compitieran con los productos

peninsulares y 3) Reservando el comercio de ultramar a los peninsulares. La Iglesia Católica se

verá afectada por la expulsión de los jesuitas y por la creación de instituciones educativas

dependientes de la Corona.

Ilustración 2. El Virreinato del Río de la Plata (1776)Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF Virtual

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El puerto de Buenos Aires y la sociedad rioplatense: el monopolio.

Se calcula que a mediados del siglo XVII la población de Hispanoamérica llegaba a los diez

millones, de las cuales los blancos representaban alrededor del 6% y los indios el 81%. Al

terminar el siglo XVIII los habitantes de la región llegaban a la cifra de 15.814.000. La trata de

esclavos provenientes de África, producto de acuerdos con Gran Bretaña posteriores al Tratado

de Utrecht (1713) se orientaría principalmente hacia el área del Caribe, para su uso en las

plantaciones de caña de azúcar.

Si bien desde 1715 existió un “asiento”, es decir un “mercado” de negros en el Río de la Plata

prescribiéndose la libre introducción de esclavos a partir de 1741, no puede afirmarse que el

grueso de la producción descansara sobre la mano de obra esclava. Si bien los esclavos eran

numerosos, particularmente en núcleos urbanos de relativa importancia como Buenos Aires y

Córdoba, aún con posterioridad al Decreto de Libertad de Vientres (1813), nunca existió un

esclavismo en el Río de la Plata de la magnitud de cómo hubo en Cuba o en Brasil.

Entre los blancos es de destacar el hecho de que la mayoría de la población fuera criolla, es

decir, nacida en América y que tuviese una marcada conciencia burguesa característica de las

clases propietarias. Un historiador español, Hernández Sánchez Barbas (1961) destaca la

existencia de una aristocracia de Indias constituida por criollos de distintos orígenes, en general

propietarios todos ellos, representativos de lo más encumbrado de la población blanca. Tal grupo

de aristocracia, no obstante tener gran preponderancia en Lima y México, no tuvo mayor arraigo

en Buenos Aires, donde por el contrario, las elites criollas –muchas de ellas descendientes de

inmigrantes extra-peninsulares (Belgrano, Castelli)- sí tuvieron por característica la pertenencia a

una burguesía comercial, enriquecida, las más de las veces, por contrabandos. Hasta la creación

del virreinato del Río de la Plata se experimentó un lento crecimiento vegetativo, comprensible

tomando en consideración de que se trataba de la

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