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Ensayo Clase Sociales


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2012  •  5.223 Palabras (21 Páginas)  •  876 Visitas

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Capítulo V.- Las clases sociales en Guatemala.

En este capitulo se habla ampliamente sobre los diferentes tipos de la division de clasesy su contraparte. I. «La relación de explotación existente del ladino para con el indígena constituye la contradicción dominante en la estructura de clases». Bases de esta afirmación:

a) El ladino monopoliza la tierra de alta producción.

b) El ladino confisca la plusvalía, producto de su explotación, utilizando la mano de obra indígena.

c) Monopoliza el crédito.

d) Mantiene una posición de dominación en los circuitos comerciales.

e) Monopoliza todos los medios de representación política, fuerzas de represión, control jurídico e instrumentos culturales (donde incluye a la religión).

f) Defiende su posición de clase por medio de una serie de organizaciones que monopoliza.

g) Se encuentra en una relación antagónica con el indígena.

h) Tiene una ideología: el indigenismo.

II. «Sin embargo, por la situación colonial aún vigente, esta relación de clases manifiesta ciertas especificidades»:

A. Las distintas capas de las clases ladinas:

a) No todos los ladinos tienen la misma situación económica y social. «La proletarización comenzó con la colonia y se mantiene en la actualidad debido al empobrecimiento de la sociedad global por el imperialismo». Pero afirma, no hay solidaridad entre ladinos pobres y campesinos «indígenas» pobres. Una vez más realiza el análisis según unos esquemas preconcebidos, sin más razones más que algunas superficiales e inexactas, omitiendo deliberadamente otras razones obvias, suficientes para negar su aserto.

b) «La capa ladina, monopolizadora de los medios de producción no constituye una burguesía; es más bien su papel de intermediario con los capitalistas extranjeros y depende del mercado capitalista internacional». También aquí, señala algo que es inexacto: exageración de una realidad que deforma.

c) «Tampoco hay una verdadera clase obrera, por no haber una verdadera burguesía. El colonialismo impide un desarrollo de la industria, y obliga a una especialización en la agricultura. Los obreros sólo pueden ser un elemento que apoye la liberación, que por esa razón debe ser de base campesina». Otra apreciación falsa, con la que pretende presentar una especial lucha de clase: ladino-indígena. El autor parece no tener en cuenta el esfuerzo real de desarrollo de la industria guatemalteca.

d) «El papel de las clases -capas- medias es muy limitado por su estrechez numérica». Esta afirmación, impuesta por el a priori dialéctico, niega el real y progresivo aumento de la clase media, que cada día es más numerosa, y que en Guatemala tiene un papel decisivo en el desarrollo del país en todos los órdenes.

Conclusión: «Por la situación colonial de cuatro siglos y medio, el grupo ladino se defiende, más allá de su posición económica local, por su relación con un sistema social extranjero (...), hecho que le imposibilita encontrar una identidad propia, salvo negativamente: en relación a su amo (extranjero) y discriminando al grupo social autóctono». Esa identidad de la que habla es superior a un solo grupo y común a ambos -si se quiere hablar como el autor-, pues abarca más bien a todo el país y a todos los habitantes, que sienten en general una clara identidad nacional.

BDistintas capas de la clase indígena:

a) Su planteamiento es que el «saqueo» de la colonia llevó a una proletarización del grupo «indígena», autóctono. Hay capas muy variadas; pero en todas ellas se observa la tendencia a mantener lo más posible su identidad de grupo amenazado. La generalización que hace el autor es correlativa a la noción abstracta de clase.

b) Existe -dice- una minoría capitalista comercial y fabril, especialmente en Quezaltenango, que tiene un deseo de ladinización; pero le corresponde un papel histórico-nacional (lucha contra la oligarquía ladina). Afirma que ya algunos están realizando ese papel de nacionalismo agresivo. Lo que Herbert llama deseo de ladinización, en realidad no es sino el anhelo de mejora y desarrollo en todos los órdenes. Ese nacionalismo agresivo es la lucha sangrienta, consecuencia de la dialéctica, que una vez más es la conclusión que ya estaba incluida en el postulado. Conclusión: «La existencia de distintas capas dentro de la clase 'indígena' no elimina el hecho fundamental: constituye la clase más explotada (...); por eso pensamos que ello la clarifica para profundizar el movimiento de liberación y revolución agraria». Conclusión general: «Si históricamente el ladino se desarrolló en relación a la sociedad capitalista, católica, 'occidental', siendo un intermediario de la extensión del mercado mundial, el 'indígena' se define históricamente como el defensor de la tradición autóctona». «Esa dialéctica entre lo autóctono y lo extranjero no se va a resolver por una ilusoria 'integración' o 'ladinización' o 'aculturación' (todas ideologías que justifican una supuesta superioridad), sino por una dialéctica real y objetiva que permitirá, antes que todo, al autóctono recuperar SU tierra y SU historia, de las cuales ha sido violentamente expropiado desde la colonia española». «El ladino si acepta e incluso participa en la lucha de reapropiación nacional cesa de ser ladino, ya que destruye la relación de dominación colonial (...) Sólo habrá compañeros revolucionarios». Ni en Guatemala se da, como Herbert afirma, esas clases «puras», pues hay una mezcla intensísima de toda clase; ni es lógico decir que la identidad del ladino desaparecerá en un abrir y cerrar de ojos sólo por la participación en la lucha. No se sabe qué clase de identidad adquiriría. Parece haber una contradicción con todo lo que ha dicho antes. Capítulo VI. El ladino: un ser ficticio. En este capítulo, de un modo especial, se quiere «centrar la problemática de la investigación sobre el grupo ladino, por ser el detentador del poder, para superar la actitud indigenizante según la cual sólo el 'indígena' presentaría problemas». Afirma Guzmán B., que la expresión nosotros los guatemaltecos carece de realidad, porque es invento del ladino y porque para el ladino esa expresión no abarca al indígena, al que no acepta; y con ello ha construido un mundo ficticio, se ha escapado de sí mismo: ha seguido la senda del «entreguismo». La representatividad de la nación, de lo nacional y lo patriótico, ha sido asumido por el ladino; lo folklórico, exótico y turístico corre por cuenta del indio. Todo esto, dirá, son implicaciones y producto de la alienación, que en todo ello lleva a la «negativa del ladino a considerar que su vida forma parte de una vida

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