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Ensayo De La Guerra De Los Mil Dias


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2013  •  4.775 Palabras (20 Páginas)  •  903 Visitas

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ENSAYOS DE LA HISTORIA DE COLOMBIA

ENSAYO DE LA GUERRA DE LOS MIL DIAS

Esta guerra se origino Con el levantamiento de los liberales santandereanos contra el gobierno de San clemente, se inició, en octubre de 1899, la guerra de los Mil Días. El predominio histórico del liberalismo en Santander y el descontento que generó en los hacendados y comerciantes la crisis económica causada por la baja del precio mundial del café, fueron las razones por las que se inició la guerra en esta región. De allí se extendió al resto del país.

Una de las consecuencias que trajo esta guerra fue la muerte de muchos Inocentes y hacerse ricos unos cuantos pues todas las guerras tienen un interés para unos cuantos que se hacen millonarios a costa del sufrimientos de miles de inocentes y de miles de madres que lloran a sus hijos. Pero como si esto no bastara la economía en esos tiempos del país no era la mejor, después de la guerra Colombia quedo desbastada totalmente en todos los aspectos: la crisis económica de la preguerra se agravo con la separación de panamá el 3 de noviembre de 1903.

El partido liberal, es uno de los dos partidos políticos tradicionales de Colombia que desarrollo la guerra de los mil días, fundado en 1848 basándose en las ideas del General Francisco de Paula Santander y el partido conservador es el otro partido que genero dicha guerra, fundado en 1849 por los señores Mariano Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro.

Pero estos problemas económicos y sociales en nuestra actualidad se siguen presentando, tal vez no de la misma manera pero si con muchas consecuencias las cuales pasaban en aquella guerra, después del rompimiento de relaciones y los conflictos que se generan entre la república de Venezuela y Colombia afecta mucho la economía de estos dos países.

Las pérdidas que le generan a los vendedores y comerciantes por el cierre de fronteras son muchas, entonces que esperamos, otra guerra como la que vivimos en 1899 o en definitivas el rompimiento absoluto de relaciones de estos dos países, con una catástrofe de muerto, sufrimiento y dolor.

REVOLUCION COMUNERA

El movimiento del Común se puede definir hoy como una empresa masiva de desobediencia civil que buscaba protestar por las reformas impuestas por la Corona española.

Con capitulaciones el arzobispo Antonio Caballero y Góngora terminó traicionando a José Antonio Galán y a los comuneros.

El virreinato de la Nueva Granada, al igual que las demás colonias españolas en América, se vio afectado por las importantes reformas que el régimen borbónico quiso introducir en su afán de modernización. El punto medular de estas reformas apuntaba a devolverle la concentración del poder a la metrópoli y a solventar los gastos producidos por las guerras imperiales.

La tradición política de los criollos, expresada en la ocupación de cargos burocráticos de importancia, comenzó a ser sustituida por la presencia de un número cada vez más grande de funcionarios provenientes de España. El régimen fiscal general fue ajustado para lograr un riguroso recaudo de los impuestos sobre la producción y consumo de tabaco y aguardiente. También se elevó el cobro del impuesto de la alcabala, que grababa el ingreso y la salida de bienes comerciables.

Con el régimen de intendencias se transformó la organización administrativa y espacial de las colonias, se limitó la autoridad de los virreyes, y las tierras comunales fueron recortadas o expropiadas y las comunidades indígenas trasladadas. En la ejecución de estas reformas tuvo un lugar importante la presencia de Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, visitador general y portador del nuevo paquete reformista enviado desde España.

Protesta el común

Los reclamos populares a la nueva política de impuestos no se hicieron esperar. Estos adquirieron mayor relevancia a partir del 16 de marzo de 1781, fecha en que se conocieron las nuevas disposiciones acerca del impuesto sobre las ventas.

En un gesto de rebeldía, Manuela Beltrán y otros inconformes rompieron en la población del Socorro la tabla que contenía el edicto sobre el modo y precios como debían ser pagados los impuestos. Ese día llegaron a la plaza varios hombres y mujeres del común vociferando que no pagarían las contribuciones, lo que se extendió en una numerosa protesta bajo el lema "Viva el rey, pero no queremos pagar la Armada de Barlovento". Esa misma tarde, al ver la dimensión del descontento, el Cabildo suspendió el cobro de los impuestos y calmó al motín.

Pero eso no logró evitar que los alzamientos se extendieran por toda la geografía nacional. Las revueltas apuntaban a la destrucción de los símbolos de la realeza colonial, al desconocimiento de las autoridades españolas y al rechazo a las opresivas instituciones fiscales. Los insurrectos se dieron cita un mes después, y el 16 de abril en el Socorro, los directivos de la sublevación constituyeron una junta que se denominó 'Común' y le dio origen al nombre de 'Comuneros'.

El propósito de los comuneros se puede definir en términos actuales como una empresa masiva de desobediencia civil que proponía expresar al Rey el repudio general sobre las nuevas políticas establecidas en las colonias americanas.

En un comienzo, los inconformes eran gente del Socorro y de otras poblaciones vecinas, sobre quienes recaían los gravámenes. Sin embargo, bien por convicción ideológica o bien por presión, el movimiento de protesta fue extendiéndose a otros grupos que rechazaban la exclusión a la que se les sometía por parte de los soberbios españoles.

Fue así como la extensión del movimiento comenzó a aglutinar a más de 60 pueblos situados en el oriente del altiplano. Los Llanos Orientales, la provincia de Antioquia y las zonas habitadas del Alto Magdalena ampliaron la movilización. Criollos, mestizos, indios, negros libertos se reunieron en lo que John Phelan denominó la "coalición multiétnica": Ambrosio Pisco como representante de los indios; José Antonio Galán, de los mestizos, y Francisco Berbeo, Salvador Plata y los demás capitanes del Movimiento como exponentes de los intereses criollos.

Al movimiento se sumaron, además del conjunto popular, los terratenientes y pequeños propietarios que vieron amenazadas sus posibilidades de crecimiento ante la nueva política fiscal. A final, unas 20.000 personas marcharon hacia Bogotá para presionar al Virrey.

La traición

Zipaquirá, a una jornada de Santafé, fue el lugar de concentración del movimiento. Allí, miles de adeptos de distintas poblaciones que habían marchado desde el Socorro midieron sus fuerzas con los delegados del gobierno. Así lo dispuso el arzobispo Caballero y Góngora, quien estaba a la cabeza

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