Ensayo Del Libro Mexico Barbaro
Enviado por diegoarmando • 2 de Mayo de 2013 • 4.218 Palabras (17 Páginas) • 803 Visitas
CAPITULO I:
LOS ESCLAVOS DE YUCATÁN
Los norteamericanos llaman a México “nuestra república hermana”, república muy parecida a ellos o eso es lo que creen, pero el verdadero México es un país con una Constitución y leyes escritas tan justas en general y democráticas como las de Estados Unidos; pero donde ni la Constitución ni las leyes se cumplen. Es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin alguna garantía individual y sin libertad para conseguir la felicidad. Durante más de una generación no ha habido lucha electoral para ocupar la Presidencia, el Poder Ejecutivo lo gobierna todo por medio de un ejército permanente. Es una tierra donde la gente es pobre porque no tiene derechos, donde el peonaje es común para las grandes masas y donde existe esclavitud, no adora a su Presidente. Los esclavistas se dedicaban a comprar o engañar a los visitantes, así se les llenaba la cabeza de falsedades y se les conducía por una ruta preparada para que no conocieran la verdad y vieran que los esclavos no eran tales. Los hacendados no llaman esclavos a sus trabajadores, se refieren a ellos como “obreros”, especialmente cuando hablan con forasteros.
Los hacendados yucatecos no llaman esclavitud a su sistema, lo llaman servicio forzoso por deudas. Los siervos no tienen la oportunidad de pagar con su trabajo el precio de su libertad. Los prestamistas y corredores de esclavos de Mérida llevan su negocio en silencio y se aprovechan de todos a los que pueden engañar para convertirlos en esclavos por diversas formas.
CAPITULO II
EL EXTERMINIO DE LOS YAQUIS
Mi propósito auténtico al hacer el viaje a Yucatán fue averiguar qué sucedía con los indios yaquis de sonora. Los yaquis de Sonora, quienes por una radical orden del presidente Porfirio Díaz eran deportados a Yucatán. Cada mes cientos de familias eran recogidas para ser enviadas al exilio y nadie sabía qué era de ellas después.
Los yaquis eran personas sumamente trabajadoras y pacíficas y formaban parte de la nación mexicana hasta que fueron incitados por el gobierno, al querer quitarles sus tierras, a tomar las armas. Esta guerra fue larga y terrible, muriendo en ella miles de personas; a su término los yaquis que se habían rendido recibieron territorios en el norte de la República, resultando ser una zona desierta y uno de los lugares más inhóspitos de América, por lo que se vieron obligados a mezclarse con pueblos cercanos perdiendo así parte de la tribu yaqui su identidad.
Son estos yaquis pacíficos a los que se aprehende y se deporta a Yucatán, siendo vendidos en ese lugar y apropiándose las autoridades del gobierno del estado de Sonora todos sus bienes, resultando estos yaquis una gran inversión. CAPITULO III: EN LA RUTA DEL EXILIO Los yaquis que se dirigen a Yucatán, al llegar al puerto de Guaymas abordan un barco de guerra del Gobierno hasta el puerto de San Blas. Después de cuatro o cinco días de travesía, desembarcan y son conducidos a pie a través de una de las sierras más abruptas de México, desde San Blas a Tepic y desde Tepic a San Marcos, de quince a veinte días de viaje. Durante el camino se desintegran las familias, a las mujeres se les quitan a sus maridos y a sus hijos y se les dan hijos de extraños y cuando ya los empiezan a querer también se los llevan. Para el general encargado del destierro todos son yaquis, no hace distinción si se es de tez oscura y viste diferente, no investiga ni hace preguntas..., los detiene a todos. Muchos de los yaquis capturados mueren en el camino y por lo menos dos tercios de los que sobreviven mueren en los primeros doce meses de trabajo. Los desterrados yaquis son enviados a las fincas henequeneras como esclavos, se les trata como muebles; son comprados y vendidos, no reciben jornales, los alimentan con tortilla, frijoles y pescado podrido; a veces son azotados hasta morir, se les obliga a trabajar desde la madrugada hasta al anochecer. A los hombres se les encierra durante toda la noche y a las mujeres se les obliga a casarse con chinos o con mayas. Se les caza cuando escapan. A las familias desintegradas no se les permite que vuelvan a reunirse. CAPITULO IV: LOS ESCLAVOS CONTRATADOS DE VALLE NACIONAL Se nos da una idea de la cantidad de personas que son transportadas a Valle Nacional como esclavos a base de engaños y los malos tratos que allí reciben por parte de sus “dueños”. En Valle Nacional todos los esclavos, con excepción de muy pocos, rinden tributo a la tierra en un lapso de un mes a un año, aunque la mayor mortalidad ocurre entre el sexto y el octavo mes, esto como consecuencia de la forma en que los hacen trabajar, el modo de azotarlos y de matarlos de hambre. El esclavista de Valle Nacional ha descubierto que es más barato comprar un esclavo, hacerlo morir de fatiga y de hambre en siete meses y comprar otro, que dar al primero una mejor alimentación, no hacerlo trabajar tanto y prolongar así su vida y sus horas de trabajo por un periodo más largo. Los esclavos no son llamados así por los hacendados, son llamados trabajadores contratados; desde el momento en que entran a Valle Nacional se convierten en propiedad privada del hacendado y no existe ley ni gobierno que los proteja. Hay dos formas de llevar al trabajador a Valle Nacional: por conducto de un jefe político que en lugar de enviar a pequeños delincuentes a cumplir sentencias en la cárcel, los vende como esclavos y se guarda el dinero para sí, arrestando así a todas las personas que pueda, o bien, a través de un “agente de empleos”. Valle Nacional es el peor centro de esclavitud en todo México y probablemente el peor del mundo. CAPITULO V: EN EL VALLE DE LA MUERTE A Valle Nacional también se le conoce como el Valle de la Muerte, todos los individuos a quienes arrestan van a Valle Nacional... todos, menos los ricos. Inicialmente debido a su gran belleza los españoles lo conocían como Valle Real, pero después de la independencia de México, el nombre fue cambiado por el de Valle Nacional. Los mandan a la muerte, pues nunca saldrán vivos de ese agujero. Tanto los hombres como las mujeres que son víctimas de la esclavitud son azotados hasta morir. Son los españoles quienes golpean a la gente hasta hacerlos morir, todas las haciendas tabaqueras pertenecen a españoles, menos una o dos. En Valle Nacional lo único que se ve son cuadrillas de hombres y muchachos extenuados que limpian la tierra con machetes o aran con yuntas de bueyes los anchos campos y por todas partes se ven guardias armados con largas y flexibles varas, sables y pistolas. Se retiene a todos los esclavos hasta que mueren y cuando mueren, los amos no siempre se toman la molestia de enterrarlos: los arrojan a las ciènegas donde los caimanes los devoran. Los esclavos
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