Ensayo Del Museo De Historia Natural
Enviado por JOS00287 • 4 de Junio de 2014 • 372 Palabras (2 Páginas) • 510 Visitas
Me acuerdo que, cuando era niño, me encantaba el Museo de Historia Natural. Me encantaba ir a correr por los pasillos y ver a los animales disecados, sin que me importara realmente el por qué estaban así, sólo quería ver todos los tipos de animales que existían en el planeta. Además, me encantaba terminar el recorrido y admirar el enorme esqueleto de Braquisaurio que demostraba la grandeza de los Dinosaurios (y como todo buen niño yo era fanático de los dinosaurios).
Entré, con mi familia (mi hija y mi esposa) al primer domo y encontré un gran número de explicaciones y fichas informativas, así como fotografías, sobre el universo y todo lo que conlleva. El piso de esa sala mostraba un mapa de las estrellas y constelaciones observables; además, justo en el centro de la burbuja de concreto el sonido rebotaba de manera que se creaba un interesante efecto sonoro que sólo se escuchaba en ese punto.
Después de la creación del universo, pasé a la sala en la que se explica el origen de la vida y la evolución con diferentes diagramas, especímenes y maquetas. Después encontré toda una colección de animales disecados de todas las especies. Todos acomodados para mostrar los diferentes ecosistemas, especialmente los mexicanos. Desde patos hasta osos, pasando por lobos, jirafas y pingüinos. Cientos de mariposas y bichos difíciles de ver. Animales que no sabía (o recordaba) que existían. Debo confesar que es un poco tétrico, pues las luces se prenden cuando te acercas y puede alterar a las personas si van solas, pero es realmente interesante.
Casi al final se encuentra el esqueleto de braquiosaurio que tanto me gustaba de niño. Sí, no es un esqueleto real (o no al 100%, pues la ley prohíbe armarlos), pero es algo impactante. Salí de los domos y me di tiempo para recorrer los jardines y fuentes que rodean el museo con mi familia, realmente una experiencia tranquilizante. Al final, el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de la Ciudad de México, me dejó un muy buen sabor de boca, pues, a pesar de que todo se ve un poco viejo, ofrece una experiencia educativa que chicos y grandes podemos disfrutar. Una verdadera joya para visitar y pasar un buen rato.
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