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Ensayo Historia De La Arquitectura Del Siglo Xx

alexboss015 de Junio de 2013

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Nuestra vida cotidiana está condicionada en buena parte por la arquitectura que nos envuelve diariamente a la hora de vivir, trabajar y de comprar. Incluso para el tiempo libre que nos pasamos en la piscina, en el campo de fútbol o en los museos, la arquitectura crea el inevitable espacio constructivo en que nos movemos. La sociedad humana sería impensable al margen de la arquitectura. La riqueza de apariencias que presenta la vida a finales del siglo XX se reflejan también en la variedad de su arquitectura, las ciudades representan variedad de funciones a las que la arquitectura presta el marco necesario en las diferentes formas en que se presentan.

En torno a 1760 se produce en Inglaterra la Revolución Industrial, acontecimiento que creará un nuevo modelo de civilización, la industrial, que se expandirá por Europa y el resto del mundo.

Por Revolución Industrial entendemos un conjunto de revoluciones técnicas y tecnológicas que van a contribuir a un cambio de modelo productivo, al incrementar la producción industrial y los sistemas de producción. En los últimos 30 años del siglo XVIII se produjeron en Inglaterra una serie de acontecimientos e invenciones que provocaron el cambio de una economía del modo de producción feudal a una economía del modo de producción capitalista. Los cambios se dieron primero en Inglaterra y después se produjeron con más o menos retrasos en el resto de los países europeos.

La revolución industrial modifica la técnica constructiva: los materiales tradicionales son trabajados de manera más racional y distribuidos más libremente; aparecen nuevos materiales como la fundición, el vidrio y, más tarde, el hormigón; los progresos de la ciencia permiten poner en práctica de modo más convincente los materiales, y medir su resistencia; se difunde el uso de la maquinaria para la construcción; el desarrollo de la geometría permite representar en dibujo todos los aspectos de la construcción; se fundan escuelas especializadas de las que surgen profesionales; y, por último, la imprenta y los nuevos métodos de impresión gráfica difunden rápidamente los nuevos adelantos.

Aumenta el número y el tamaño de las construcciones: se construyen calles más anchas y canales más anchos y profundos; se construyen más viviendas, debido al movimiento demográfico; se construyen edificios públicos mayores y de nueva tipología, debido al crecimiento y a la especialización de las funciones públicas; y, por último, se construyen las nuevas fábricas, almacenes, depósitos y puertos que demanda la industria.

A mediados del siglo XIX, la construcción en 1851 del Crystal Palace de Londres supuso la aparición de un edificio de características totalmente nuevas. Joseph Paxton concibió un edificio monumental, aquel palacio de exposiciones y de hierro y cristal supuso el comienzo de una línea evolutiva que determinaría una reducción lógica de la arquitectura a sus componentes funcionales.

Aparte del vidrio, el hierro y el acero, lo que realmente revolucionó la arquitectura fue una mezcla de arena, grava y cemento: el hormigón. El hombre hizo posible una arquitectura totalmente nueva que ha venido configurando hasta el momento actual la imagen de nuestras ciudades.

La arquitectura del siglo XIX aun estaba dominada por colosos de piedra que mostraban los mismos ornamentos goticistas y clasicistas reproducidos sin gracia alguna. La verdadera realidad de los habitantes de esa época estaba configurada por atroces aglomeraciones de casas de vecindad con cinco o más patios interiores construidos a un ritmo trepidante, en consecuencia al rechazo general de las formas arquitectónicas tradicionales del siglo XIX fue el punto de partida de la búsqueda de nuevas posibilidades expresivas en una época del crecimiento de las ciudades y la industrialización, surgió en Inglaterra el movimiento “Arts and Crafts” que trataba de el retorno a las tradiciones artesanales proponiendo conformar el espacio vital cotidiano de los ciudadanos con productos de calidad artesana con el fin de que los productos industriales no ganaran en la estética del producto. William Morris fue el representante más destacado del Movimiento “Artes y Oficios” ya que adornaba con modelos decorativos flores estilizadas, sus obras ejercieron una profunda influencia en la arquitectura hasta el siglo XX.

“El Modernismo” fue un estilo inspirado en la naturaleza, fue llamado por tantos nombres distintos como distintas fueron sus formulaciones regionales, en Francia se llamó “art nouveau”, en Inglaterra “Modern Stile” y en Alemania “jugendstil”. A sus varios nombres correspondían otras tantas variantes distintas de diferentes naciones: suntuoso y divertido en Víctor Horta en Bruselas, fantástico en Antoni Gaudí en Barcelona, patético en Raimondo D´Aronco en Turín y Constantinopla, y rigurosamente cúbico en Josef Hoffman en Viena y en Charles Rennie Mackintosh en Glasgow. Todas sus diversas facetas coincidían en el carácter de innovación absoluta frente al historicismo del siglo que se extinguía.

Henry van de Velde es tal vez la mejor demostración de que, como el movimiento Arts and Crafts, el Jugendstil fue mucho más que una moda arquitectónica, para van de Velde cualquier objeto cotidiano era un producto de artesanía artísticamente configurable, que había de ser sujeto a una conformación determinada.

En 1897 se genera la Secesión Vienesa por artistas como el pintor Gustav Klimt, el escultor Max Klinger y el Arquitecto Josef Hoffmann, con su lenguaje formal rigurosamente tectónico la arquitectura del Jugendstil Vienés de orientación básicamente funcional, de la arquitectura moderna, se distinguía de los trabajos de Horta o los de Gaudí que eran decoradas exuberantemente por ornamentación floral, la tendencia de la reducción formal aparece también en la obra de Josef hoffmann “Palacio Stoclet” de Bruselas constituye claramente el último momento de esplendor del Jugendstil.

Mientras que William Morris y su movimiento “Arts and Crafts” proponía la renovación del arte por las perdidas tradicionales artesanales, en 1907 un grupo de industriales, artistas y artesanos crearon el “Deutscher Werkbund”. Su objetivo era perfeccionar los objetos de uso cotidiano tanto artísticamente como industrialmente. El arquitecto Bruno Taut creó el Glaspabillon y un monumento de hierro los cuales fueron una justificación modélica de los materiales, de forma que ya el exterior pueden comprobarse nítidamente los principios de la construcción en hierro, los mismos principios que se impusieron en la fábrica de hormas de calzado de la factoría Fagus de Adolf Meyer y Walter Gropius que pasa a ser uno de los edificios fundamentales de la arquitectura moderna del siglo XX. Hasta entonces nadie había mostrado la funcionalidad y claridad de los elementos sin ningún tipo de ornamento.

El arquitecto Frank Lloyd Wright fue predecesor, protagonista, acompañante y ejecutor de la gran línea evolutiva que abarca el siglo XX: la modernidad. Fue en 1887 y 1893, años en que Wright trabajaba en el despacho de Louis Sullivan, mientras el mundo se llenaba de edificios con decoración historicista y mucho antes de que la modernidad hiciese la frase de Sullivan “form follows function”, uno de sus valores fundamentales, Wright intentaba desarrollar la forma de un edificio en consonancia con su construcción y la construcción en consonancia con el material.

En 1910 “El neoclasicismo” se convirtió en una doctrina predominante fue sobre todo Peter Behrens quien utilizó claramente modelos de la historia de la arquitectura en la factoría de turbinas de Berlín de AEG, así los resaltes de los ángulos de su factoría de turbinas, rústicos y ligeramente ataluzados recuerdan los modelos del antiguo Egipto. Con todo este recurso de historia, a pesar de la modernidad de su función adquiere un engrandecimiento que lo ubica en el mismo plano en que se encuentran los antiguos templos egipcios. Henry tessenow utilizó un lenguaje aún más reducido que el de Behrens, el teatro que construyó en 1910 en Hellerau, Dresde, estaba inspirado en las formas clasicistas; también se inspiró en el modelo de un clasicismo refinado Mies van der Rohe para las primeras villas que construyó en Berlín y en Postsdam destinados a una clientela pudiente.

Hasta su obra tardía de los años sesenta el arquitecto estudió el legado arquitectónico de Karl Friedich Schinkel, el arquitecto de origen prusiano más importante del siglo XIX. Mies recurrió en su propia obra la utilización innovadora de los materiales y la articulación rigurosamente funcional del espacio de la arquitectura de Schinkel, de este modo fue convirtiendo progresivamente a una arquitectura abstracta moderna de repertorio formal clasicista de Schinkel tras renunciar a los motivos historicistas.

“El expresionismo” arquitectónico se manifestó sobre todo a través del ladrillo y del cristal, tuvo su iniciación en 1914 en el Glaspabillon de Taut de la exposición de Werkbund. La arquitectura expresionista de ladrillo fue predominante hasta mediados de los años veinte en los países del norte de Europa, el color de la piedra que iba de rojo pardo al azul violeta, y la estructura superficial de cada piedra de terminaban la variedad de colores y de formas de la fachada; en los países bajos se formó un grupo de arquitectos que se nombraron “Escuela de Amsterdam”, el punto de partida y al mismo tiempo la culminación de la expresiva arquitectura en ladrillo fue la Casa de la navegación construida por Johann Melchor van der Mey junto con Michel de Klerk y Pieter Kramer, la fachada proyectada por Van der Mey apareció decorada por multiplicidad de ornamentos, esculturas y frisos formados por elementos

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