Ensayo Iliada
Enviado por chavez_1993 • 6 de Marzo de 2014 • 3.146 Palabras (13 Páginas) • 3.055 Visitas
LA Ilíada
Introducción
La Ilíada es un libro que nos muestra 24 rapsodias, donde se nos narra más a fondo de cómo es que se dio la guerra de Troya. Sucedida en Grecia, capital Troya, conocida también como Ilion, de ahí se deriva el título La Ilíada. Homero que es el autor de esta narración nos muestra un paisaje lleno de heroísmo, avaricia, amor, seducción, honor entre otros. La descripción culturales de cada pueblo. Así mismo nos lleva a conocer una parte de la mitología griega, donde en el libro intervienen las fuerzas poderosas de los dioses del olimpo y los conflictos que surgen entre ellos, a causa de la guerra de los mortales.
La Ilíada no solo son canticos, también son la explicación de varios sucesos como por ejemplo de donde viene el termino el talón de Aquiles o el tan usado la manzana de la discordia y todo a lo que esto llevo.
Desarrollo
Antes de hablar más afondo de cómo surgió la guerra de Troya, nos iremos al inicio de todo. Zeus para celebrar el matrimonio entre la diosa Tetis, una diosa marina, y el rey Peleo, realizo una majestuosa fiesta invitando a los demás dioses del olimpo, pero hubo una diosa llamada Eris, quien era la diosa de la discordia, la cual no estaba invitada, por tal motivo tomo una manzana de oro en la cual escribió para la más hermosa. Al ver esta manzana todos desearon tenerla, pero al leer la inscripción solo tres compitieron por ella, Hera, esposa de Zeus, Palas hija de Zeus, y Afrodita la diosa del amor, y para seleccionar a la más hermosa, se decidió que un mortal debía escogerla, para ello eligieron a Paris hijo de Príamo rey de Troya y Hécuba segunda esposa de Príamo que crece sin saber sus orígenes. Cada una de las diosas le ofreció a Paris sus poderes. Hera le prometió poder, Palas la victoria en todas sus batallas y la máxima sabiduría, mientras que afrodita con todos sus encantos le prometió que tendría el amor de la mujer más bella que el eligiera. Sin pensarlo Paris se decidió por Afrodita. Sin pensar que la hermosa mujer de la cual Paris se enamoraría seria Helena, esposa de Menelao rey de Esparta.
Cuando el rey Príamo reconoce a Paris como hijo, este lo manda a Esparta, pero en el viaje Poseidón impide que Paris llegase hasta las costas de Esparta, pero arrastrado por la corriente se encontraba sobre la arena, viendo a lo lejos a la hermosa Helena acercándose a él para ayudarlo. Así Paris y Helena se enamoraron con lo cual provoca el rapto de la bella Helena.
He aquí donde la Ilíada nos lleva al clímax de la guerra, donde Menelao se entera de lo sucedido y pide ayuda a Agamenón, rey de Argos y Micenas. Al enterarse de esto Tetis, la madre de Aquiles oculto a su hijo, pues sabia a través del oráculo que su hijo moriría en Troya, Tetis sumergió a su hijo en las aguas de la laguna Estigia, volviéndose invulnerable a las armas excepto de la parte donde su madre lo sujeto que fue el talón.
Por otra parte Zeus buscaba la manera de honrar a Aquiles, por, lo que se le ocurrió que la mejor manera, era en los campos de batalla. Para esto decidió introducirse en los sueños de Agamenón, convertido en Néstor, rey de Pilos, quien le dijo que era hora de atacar y dominar a Troya. Sin pensarlo este ordeno que prepararan la gran batalla.
Mientras tanto en Troya, la mensajera de Zeus se acercó hasta Príamo, diciéndole que había visto un ejército acercándose, ante esto puso alerta a todos los ejércitos comandados por Héctor, máximo guerrero de Troya.
Cuando ambos ejércitos estuvieron frente a frente, del lado de los Teucros Paris y por el lado contrario Menelao.
Por lo que Héctor le reclamo:
“[…]miserable Paris, el de más hermosa figura, mujeriego,
seductor, ojala no te contaras en el número de los
nacidos o hubiese muerto célibe […]”
A lo que Paris contesto:
“[…] no me reproches de los amables dones de la dorada
afrodita, y nadie puede escogerlos a su gusto. Dejad a
Menelao y a mí para que peleemos por Helena y sus
riquezas […]”
Así los dos combatientes se enfrentaron, Menelao arrojo su lanza contra Paris, pero Afrodita al ver herido a Paris decide levantar una tolvanera y llevárselo a su palacio.
Por otro lado en campo de batalla Menelao al ver la ausencia de Paris proclama victoria, exigiendo la devolución de Helena y sus riquezas. En el olimpo los dioses deliberan sobre que pasara con Troya, y pensaron en hacer nuevamente la batalla, a esto Zeus envía a Atenea, diosa de la sabiduría e hija de Zeus a provocar a los griegos, y para hacerlo Atenea le susurra al oído a un guerrero troyano que lance una flecha en contra de Menelao. Al ver la agresión y saber que había violado el juramento de paz exhorto a los griegos a continuar la batalla. Diomedes un guerrero griego que corría furioso, fue herido en el hombro, tal fue la furia de este, que solo pudo suplicar a los dioses:
“[…]¡Óyeme, hija de Júpiter, que lleva la egida! ¡Indómita
deidad! Si alguna vez amparaste benévola a mi padre en
la cruel guerra, seme ahora propicia […]” .
Al escuchar esto, Atenea le agilizo el cuerpo, también le expreso que cuando se acercaran sus enemigos los ignorara excepto a Afrodita, a quien debía herir con bronce. Y así Diomedes hirió a la diosa Afrodita en la muñeca, quien al sentir el terrible dolor grito y desapareció. Viendo a los enemigos debilitados por la ausencia de Afrodita Diomedes arremetió contra ellos, cuando de repente escucho la voz de Apolo, dios de la música, medicina y la poesía. Que le reclamaba por haber atacado a un dios.
Ante esto la batalla ya no era solamente entre los mortales sino también de los dioses, por una parte Hera y Atenea luchaban a lado de los griegos y por la otra Apolo y Afrodita estaban con los troyanos.
Nuevamente en los campos de batalla Héctor retaba al guerrero más valiente de los enemigos en un combate entre ellos dos, a ello el Menelao decidió aceptar. Los dos ya armados arremetieron mutuamente, Zeus decidió suspender el encuentro puesto que era de noche.
En el interior de Troya se discutía sobre la batalla y la opción de que se devolviera a Helena para dar por terminada la guerra, pero Paris se reusó.
Amaneciendo Zeus se manifestó prohibiendo la participación de los dioses en esta contienda, sin embargo Atenea se acercó y le dijo:
“[…]¡padre nuestro; oh, gran Júpiter!, el más excelso de
los soberanos. Bien sabemos que es incontrastable tu
poder, pero tenemos lastima
...