Ensayo Impacto Urbano Torres de Satélite

Ensayo Impacto Urbano

Torres de Satélite

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Las torres de satélite son obra del arquitecto Luis Barragán y Mathías Goeritz, en colaboración del pintor Jesús Reyes Ferreira a mediados del siglo XX. Barragán recibe este encargo para crear algo que sirviera de distintivo para la entrada al proyecto de Ciudad Satélite.

El proyecto de urbanización de Ciudad Satélite se pensó para que viviera la clase obrera. Sin embargo, debido al rápido incremento de valor de los terrenos aledaños, en parte gracias al monumento proyectado por Luis Barragán y Mathias Goeritz, ocasionó que la ciudad se expandiera por completo creando nuevos barrios aledaños. Las Torres de Satélite reflejan el espíritu de una ciudad moderna.

Su 'planeada monumentalidad', tenía el objetivo de que el conductor redujera la velocidad al observarla, lo cual facilitaría el acceso al circuito interior de Ciudad Satélite por el paso a desnivel. Quizá se debió a la previsión de que en el futuro surgiría una serie de inconvenientes en una plaza pública situada en medio de una arteria vial que, con el tiempo, sería altamente concurrida y de alta velocidad. Es en este momento cuando se deja de definir este espacio como plaza y se empieza a referir como glorieta.

Es importante señalar que Luis Barragán había planteado en un primer momento la idea de hacer una fuente como una especie de estrategia comercial, ya que había que convencer a los posibles compradores de viviendas de que la nueva ciudad contaba con abundancia de agua; no en vano, fueron construidos seis enormes pozos en la zona, que hoy en día todavía siguen abasteciendo de agua a la ciudad. Sin embargo esto se quedó en idea y no se realizó.

Después de cambiar su idea de la fuente, Barragán concibió un nuevo diseño mediante siete torres de diferentes colores, rojo, azul, amarillo, rosa y tres de color marrón, siendo la más alta (amarilla) de aproximadamente 200 metros de altura, inspirándose en las Torres de San Gimignano de La Toscana, Italia, pero también en "el perfil del rascacielos como emblema de modernidad urbana".

Barragán y Goeritz  habían proyectado al comienzo 7 torres, pero gracias a recortes presupuestales se terminaron haciendo 5 torres de concreto con planta triangular totalmente huecas, diferentes colores y alturas. El propósito de esto era que uno como persona pudiera contemplar esta obra desde lejos y estando en movimiento.

Estos prismas consiguen modificar su geometría a medida que el movimiento modifica su percepción, como planos regulares, líneas fugadas hacia el cielo. Las 5 torres se encuentran desplantadas sobre una plaza ligeramente inclinada, prolongándose a lo alto a medida que el espectador se acerca. Gracias a esta inclinación se crea la sensación de que las torres apuntan al cielo a medida que uno se va adentrando a la obra. La textura que tienen las torres juega un papel muy importante. Esta textura de encofrado del hormigón con estrías a cada metro aumenta visualmente la altura de cada torre. 

"Las Torres de Satélite para mí eran pintura, eran escultura, eran arquitectura emocional... Para mí, absurdo romántico dentro de un siglo sin fe, han sido y son un rezo plástico", Mathias Goeritz.  La percepción visual de las torres es totalmente distinta en función del punto de vista desde el que las observamos, resultando una obra escultórica totalmente dinámica y cambiante

El planteamiento de la las 5 torres triangulares quedan dentro de una plancha igualmente triangular. El perímetro de la plancha coincide con un lado de la torre roja, azul y blanca. De igual modo el triángulo amarillo, con mayor longitud en planta, 25,86 metros, se sitúa en el eje del triángulo gigante, al norte, en medio de las otras torres. 

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