Ensayo LA DEBILIDAD DEL ESTADO COLOMBIANO EN TIEMPOS DEL NEOLIBERALISMO Y EL CONFLICTO ARMADO
Enviado por karlos97 • 21 de Octubre de 2013 • 6.986 Palabras (28 Páginas) • 816 Visitas
LA DEBILIDAD DEL ESTADO COLOMBIANO EN TIEMPOS
DEL NEOLIBERALISMO Y EL CONFLICTO ARMADO
Luis Javier Orjuela Escobar
Esta es una reflexión sobre la crisis política colombiana actual desde una perspectiva «Estado-céntrica». Puede sonar un poco extraño hablar del Estado en un ambiente académico donde dicho concepto no ha sido muy popular, aunque de vez en cuando algunos analistas norteamericanos se hayan empeñado en Bringing the State Back in . Sin embargo, en América Latina el Estado es aún un concepto importante en las ciencias sociales y un actor central en la vida política, económica y social, a pesar de los embates de las tesis neoliberales del Estado mínimo y de la soberanía disminuida del proceso de globalización.
Desde una perspectiva Estado-céntrica se puede afirmar que Colombia, como muchos de los países latinoamericanos, se caracteriza por un Estado débil y una sociedad civil fragmentada, fenómeno que se ha agudizado en virtud de la reestructuración política y económica que el país ha experimentado entre 1990 y 1997. En primer lugar, el sistema político sufrió un proceso de reforma constitucional con el fin de fortalecer el Estado e incrementar su legitimidad, y de superar el carácter excluyente del régimen político. En segundo lugar, la economía nacional hizo el tránsito de un modelo económico que ponía el énfasis en el desarrollo del mercado interno, la industrialización por sustitución de importaciones, a un modelo de apertura e internacionalización de la economía. El objetivo de dicho proceso fue no sólo insertar la economía colombiana en el mercado mundial, sino también incrementar la eficiencia de la economía mediante la reducción del "tamaño" del Estado y de su función reguladora del proceso económico.
Esta doble reestructuración del Estado ha tenido una relación contradictoria: mientras la "apertura política", generada por la Constitución de 1991, ha producido condiciones favorables para un proceso de democratización e integración de la sociedad, la "apertura económica", generada por el nuevo modelo, ha contrarrestado o reducido dicha posibilidad, puesto que ella ha implicado procesos sociales excluyentes debido, entre otras cosas, a la privatización de empresas estatales, la quiebra de empresas privadas que no pueden resistir la competencia, el desempleo y a la reducción del gasto público de carácter social.
Dicha reestructuración se entrelaza con una profunda crisis de legitimidad y liderazgo, sufrida por el Estado y el régimen político en las últimas tres décadas. Esta se ha traducido en altos niveles de violencia, falta de confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas, y la ausencia de una clase dirigente con un proyecto de sociedad lo suficientemente claro y amplio como para orientar la sociedad y articular los diferentes intereses sociales. Dicha situación surge de los siguientes factores: a) la debilidad del Estado, b) la amalgama de premodernidad y modernidad que surgió del acuerdo frentenacionalista y c) fragmentación de las élites dirigentes del país.
La debilidad del Estado
Un enfoque Estado-céntrico es necesario para entender en Colombia la relación entre la política, el conflicto y la violencia, porque la sociedad es no sólo una red de cooperación, como supone Axelrod (1986), sino también una red de conflictos y tensiones sociales, que necesitan ser mediados por un poder relativamente autónomo a fin de asegurar la persistencia y reproducción de la sociedad misma. Desde esta perspectiva el papel de Estado es mantener el nada fácil balance entre cooperación y conflicto, de tal manera que la sociedad logre el mínimo de cohesión necesaria para su continuidad. Como lo afirma Norbert Lechner, “la política es un conflicto de particularidades, y el Estado es una forma de generalidad. Tal distinción no implica separación ni subsunción. No podemos pensar la política sin referencia a una forma que sintetice a la sociedad, ni podemos pensar al Estado sin referirnos a una sociedad dividida (Lechner, 1986: 30).
Cuando el Estado no cuenta con la suficiente autonomía para constituirse como forma genérica de la sociedad, a fin de proporcionarle el mínimo de cohesión y mediar sus conflictos, podría hablarse de una crisis de integración política, cuyas expresiones son violencia y anomia. Por lo tanto, siguiendo a Max Weber, podemos definir al Estado como la institución que, por medio del monopolio del uso legítimo de la fuerza y de la producción de regulaciones, integra la sociedad y el territorio nacional, media los conflictos sociales y asegura la coordinación sistémica de la sociedad.
Desde esta perspectiva, se puede afirmar que la actual crisis política colombiana es consecuencia de la debilidad del Estado, debido a su incapacidad histórica para integrar el territorio nacional y establecer el monopolio legítimo de la fuerza y de la producción de regulaciones. Por ello, el Estado colombiano no integra ni cohesiona la población ni el territorio y ha reducido su capacidad para mediar y canalizar los conflictos y tensiones sociales. Éstos son resueltos al margen de las instituciones públicas, lo cual es la causa del surgimiento de diversas expresiones de "parainstitucionalidad", tales como los grupos privados de justicia y defensa, las mafias de narcotráfico y los movimientos guerrilleros.
La idea de que el Estado colombiano es débil ha sido erguida tanto por analistas colombianos como por extranjeros. El historiador Fernán González (1997) sostiene que la debilidad del Estado es la consecuencia del temprano surgimiento de los partidos políticos Liberal y Conservador, en un momento en que el proceso de formación del Estado estaba en su difícil comienzo. Los partidos, al actuar como factores de cohesión e identidad social, impidieron el establecimiento de una relación directa entre el Estado y los ciudadanos. La crisis de los partidos y el deterioro de su rol central en la política colombiana después del Frente Nacional, pusieron de manifiesto la debilidad del Estado.
Paúl Oquist (1978) sostiene que durante las primeras cuatro décadas del siglo xx, el Estado colombiano adquirió un considerable grado de fuerza y capacidad para integrar y regular la sociedad. Sin embargo, el enfrentamiento entre liberales y conservadores y la violencia que ello desató desde finales de la década de los cuarenta, minó dichos logros hasta el punto en que el Estado colapso parcialmente. Por el contrario, Ana María Bejarano y Renata Segura (1996) consideran que durante el período del Frente Nacional el Estado experimentó un fortalecimiento selectivo, debido a un incremento del gasto público en ciertos sectores de la
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