CONFLICTO ARMADO COLOMBIANO, REFLEJADO EN SU ECONOMIA, POLITICA Y CULTURA
Enviado por ppiipe • 5 de Agosto de 2013 • 2.390 Palabras (10 Páginas) • 671 Visitas
Clásicos y neoclásicos han realizado sus análisis en situaciones ideales, donde no existen conflictos y, por tanto, hay incentivos para que los agentes (consumidores, empresas y estado) acumulen riquezas y capital.
Las dos escuelas partes del supuesto que los derechos de propiedad están bien definidos y existen instituciones que los hacen respetar; los agentes económicos son racionales, toman decisiones, utilizan recursos escasos y eligen de manera óptima, acatando la ley y manteniendo el orden.
El conflicto armado interno colombiano se ha convertido en un tema de la agenda de investigaciones de los economistas nacionales. La razón de este interés se debe a que este fenómeno político afecta a gran parte de las variables económicas, como el PIB, el bienestar social, la inversión privada, el gasto público y el consumo de las familias. Solo hasta mediados de la década de 1990 los economistas colombianos comenzaron a estudiar el conflicto.
Mientras que en el contexto internacional la situación ha sido distinta, desde hace más de 50 años, la economía viene elaborando un conjunto de teorías que le permiten estudiar acciones “indebidas” de los agentes, como guerras, violencias, crímenes y delitos, entre otras.
El conflicto armado interno ha dado un gran giro en la década reciente: antes las armas se utilizaban con el fin de resolver problemas políticos, ideológicamente comunistas. Ahora desde comienzos de la década de 1990, el uso de armas tiene un fin económico además de político.
Los grupos armados colombianos, después de la década de 1980, han dado un viraje en los objetivos políticos de largo plazo. El objetivo de tomar el poder político ha sido matizado, su objetivo actual es la consolidación de su poder político en zonas con recursos naturales importantes y riquezas. Además el comercio de las drogas ilícitas se ha convertido en el principal combustible del conflicto.
Antes de 1980 los implicados en el conflicto armado interno eran tan solo la guerrilla (varias agrupaciones) y el estado, y su accionar era en zonas marginales. Pero, cuando llega la década de 1980, la geografía de la guerra cambio, los grupos guerrilleros se expandieron y surgieron otra serie de sectores que imprimieron otra dinámica al conflicto. (La aparición de otro actor como el paramilitarismo, la profundización del crimen organizado y el fortalecimiento del narcotráfico vuelve el conflicto más complejo y problemático. Tanto el paramilitarismo como el narcotráfico y los empresarios ilegales, se convierten en nuevos actores armados que han venido a “retar” al estado. Teniendo como uno de sus mayores motivos los recursos provenientes de los cultivos ilícitos, estos se han convertido en maquinas de dinero que ayudan a financiar la guerra. Esta compleja y dinámica situación del conflicto colombiano ha sido estudiada por los economistas, que muestran el conflicto como un “juego bélico”, con actores racionales, en expansión y cuyo motor es la lucha por recursos. Además del estado y la guerrilla, en este enfoque son introducidos otros jugadores al conflicto (campesinos, paramilitares, narcotráfico, e, incluso otros países)
El conflicto armado de un país es una gran muestra de inestabilidad socio-económica en su estructura, mientras un país viva en medio de violencia, conflictos y guerra la economía de este tiende a funcionar de manera irregular, pues se ve amenazada constantemente por el sin número de factores negativos que una problemática de esta magnitud trae consigo.
Dentro de estos factores están los daños ocasionados a la infraestructura, extorsiones, secuestros, pérdidas humanas, entre muchos otros. Pero más allá de esta realidad y no menos importante está la incertidumbre acerca del futuro, lo que afecta de manera significativa la inversión y por consiguiente la economía de la nación en conflicto. En términos económicos está comprobado que los países con este tipo de traumatismos sociales reflejan tasas de crecimiento muy bajas e incluso negativas.
En épocas pasadas se creía que la guerra no influía en la economía de un país, pero en la actualidad esta visión ha cambiado drásticamente, y es considerada como un importante agravante del pobre crecimiento económico de una nación.
Las organizaciones ilegales tuvieron sus orígenes en los años sesenta, que dio surgimiento a lo que hoy se conoce con el nombre del conflicto armado interno, y su conformación se generó como resultado de la exclusión de los partidos políticos tradicionales, más exactamente el partido Conservador y el partido Liberal, quienes mediante un acuerdo bipartidista limitaron la participación de un pequeño grupo de sectores dentro de los cuales estaba la "izquierda". Como respuesta a esta exclusión y otros acontecimientos de gran valor como los altos niveles de concentración de la propiedad de la tierra; se crearon grupos armados ó guerrillas de origen campesino en áreas rurales donde la presencia del estado era mínima por no decir nula. Cabe anotar también la intensificación del conflicto armado a finales de los años setenta con la aparición de otra problemática social de gran relevancia para Colombia como lo fué el surgimiento del narcotráfico.
La financiación de estas organizaciones ilegales se basa en gran medida en el negocio de las drogas ilícitas y que complementan con los ingresos provenientes de los secuestros y extorsiones. Bajo estos parámetros existe un porcentaje de personas dedicados a actividades improductivas (accionar ilegal). Por esta razón el conflicto afecta de manera directa el crecimiento del producto de la economía a través de la destrucción del capital físico y humano.
Por otra parte está el dinero destinado por el estado para cubrir los gastos generados por ésta problemática social, que van representados en: reponer la infraestructura, indemnización de las víctimas, y la última y no menos importante los costos en seguridad y defensa nacional; es de comprender y más que obvio que el peso de todo este gasto bélico recae única y exclusivamente en los bolsillos de los colombianos. Es paradójico y más que evidente pensar, que en Colombia existen otros tipos de necesidades y carencias sociales que requieren de una atención más urgente (Hambre, miseria, desempleo, pobreza, analfabetismo, desplazamiento generado por los mismos actores armados, etc.) y los cuales pasan de manera inexplicable e ilógica a un segundo y tercer plano.
Se calcula que la guerra al estado colombiano le está costando alrededor del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) anual*. El costo de oportunidad que esto implica es inmenso pues como se mencionó anteriormente se están dejando de destinar recursos a otros sectores que los requieren con más urgencia. (*Dato
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