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Ensayo UN SIGLO DE CAUDILLOS


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2013  •  1.382 Palabras (6 Páginas)  •  435 Visitas

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El capítulo primero del libro se titula la "Historia de Bronce" el cual se desarrolla en 3 subcapítulos: Las fiestas del Centenario, Héroes y antihéroes y Pasados en conflicto.

En las fiestas del Centenario se narra lo sucedido en Septiembre 1910 específicamente la noche del 15 de Septiembre, ya qué, es una noche antes del centenario del a guerra de independencia.

En la descripción de la fastuosa celebración, narra Krauze, asistieron embajadores de países con los que México tenía relación, se inauguran obras de todo tipo para constatar el progreso del país, además de esto era importante enmendar heridas con antiguos antagónicos de la nación, España devolvía las prendas militares de José María Morelos ejecutado por ellos en 1815, Francia, nación admirada por México, admitía su insensato comportamiento en el siglo XIX, además de devolver las llaves de la Ciudad de México que el mariscal Forey había hecho suyas en 1863.

Recordando que España tuvo colonias en México que se encontraba en el territorio de la Nueva España (más extenso que el territorio Mexicano actual), Francia por su parte entre 1862 y 1867 invadió México a órdenes de Napoleón III, inspirado por los sueños de reconquista de su mujer, Eugenia de Montijo lo cual terminó en el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo en 1867.

Estados Unidos con actitud de recelo y amistad, presente en el evento, (país admirado por México en el cual basó su Constitución, la primera Federal e Independiente de 1824), era recordado por su manifestación militar en apoyo a la secesión de Texas en 1836, la guerra contra México el 16 de septiembre de 1847 donde la bandera extranjera había ondeado en el Palacio Nacional en 1848 y México cedía la mitad más rica aunque despoblada de su territorio. Durante el porfirismo, las inversiones norte americanas sustituyeron a las invasiones que solo eran frenadas por los inversionistas europeos, a los que Diaz mostraba preferencia, que entre otras cosas los vecinos del norte no veían con buenos ojos.

En el subcapítulo Héroes y antihéroes, Krauze y contrasta la historia oficial expuesta a los mexicanos, haciendo a un lado a los conservadores vencidos y enalteciendo a los liberales.

A cien años atrás Miguel Hidalgo y Costilla, sacerdote criollo de Dolores había convocado sorpresivamente a sus fieles para defender la religión amenazada por los franceses que desde 1808 se había apoderado de España y no tardarían en llegar a México. Con el estandarte de la Virgen de Guadalupe en mano y con apoyo de cincuenta mil hombres de las clases y castas más humildes arrasaron San Miguel, Celaya, Valladolid y Guanajuato, lo cual terminó en el juicio de Hidalgo por la Inquisición y ejecutado en 1811, pero, el movimiento social había comenzado.

Se comenta que de este movimiento pocos se acordaban en las fiestas de Centenario y que lo importante era ir a la plaza a dar el grito, que según testigos el grito verdadero había sido "¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!" el cual, se deformó hasta lo que conocemos en estos días.

Dato curioso de por qué el grito es el 15 en la noche y no el 16 en la madrugada, por una pequeñas licencia histórica, dice Krauze: el 15 era el día de san Porfirio, cumpleaños del presidente.

El 16 continuó la celebración con la inauguración de la Columna de la Independencia, una de las glorietas del amplio y elegante "Paseo del Emperador", trazado por órdenes de Maximiliano a imagen de los Campos Elíseos. Tras la caída del Imperio en 1867 el nombre del Paseo del Emperador cambió a "Paseo de la Reforma" y se volvió cátedra abierta de la historia oficial patria, y se plasma la visión liberal de México.

En la primera glorieta bajo relieve de bronce evoca la superioridad moral de Cuauhtémoc, a palabras de Krauze, sobre su vencedor, pero del pasado indígena solo esto se representaba.

En la siguiente se levantaba el monumento al Nuevo Mundo enalteciendo la hazaña de Colón, la conquista espiritual de los frailes Pedro de Gante, Bartolomé de las Casas, pero se omitía al muy desprestigiado villano, según la versión oficial, Hernán Cortes.

La tercera glorieta una estatua ecuestre de Carlos IV, originalmente donada por el monarca a sus súbditos en 1803, era la única alusión a los gobernantes de la colonia.

En la cuarta glorieta se alzaba la columna dedicada a los "Caudillos insurgentes" o "Padres de la Patria"

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