Ensayo "la Vida En México"
Enviado por Leonardoardo • 9 de Marzo de 2014 • 3.224 Palabras (13 Páginas) • 304 Visitas
Resumen
El libro “La vida en México” que originalmente se titulo “Life in Mexico during a Residence of Two Years in That Country” y fue publicado en 1842 a partir de que la autora Francisca Erskine Inglis de Calderón de la Barca seleccionara 54 cartas, cartas que la misma enviaba a su familia que residía en Boston y a su amigo Prescot el cual se encontraba haciendo investigaciones preliminares sobre la conquista de Nueva España. En estas cartas Francisca Erskine hablaba, de su vida personal, su vida cotidiana, las costumbres, la cultura y los sitios que visitó tanto en la Ciudad de México como en los demás viajes que realizó junto con su esposo Ángel Calderón De La Barca en el resto del país.
Cabe a mencionar que Francisca Erskine Inglis de Calderón de la Barca no llego por coincidencia o azares del destino a México, ella residió en nuestro país a partir de la designación de su esposo como ministro plenipotenciario de España en México. Hecho que le valió poder conocer a personalidades del calibre de Guadalupe Victoria u Antonio López de Santa Anna y poder ofrecer una mirada diferente de un Mexico un tanto decadente que acababa de librar, además de su entonces batalla más importante de independencia, “la guerra de los pasteles”, la batalla por Texas. Batallas y sucesos históricos que dieron como resultado además de las consecuencias ya bien sabidas, una inestabilidad económica, política que se vieron traducidas en una joven democracia sometida por problemas externos e internos lo cuales retrasarían a éste nuevo país independiente en su busca de paz y estabilidad.
En “La vida en México” un libro único en su genero y con una narrativa exquisita, va más allá de una simple recopilación de cartas ó de otra obra más en el genero viajero, la vida en México es una profunda critica social expuesta no desde el ángulo de los afligidos por la injusticia social sino expuesto a partir de los ojos de una Madame de la alta sociedad que veía a este pueblo, demacrado ya de por sí caer constantemente ante la invasiones extranjeras o ante las propias rebeliones internas todo esto ante la actitud de apatía por parte de la clase política, la cual había olvidado por completo los verdaderos principios que alguna vez habían llamado a México hacia la independencia, la equidad, la justicia, la libertad, esta clase política no hacia más que enfocarse en todo momento hacia sus propios intereses ignorando así el impacto social que dichas acciones irresponsables representarían.
La vida en México comenzó a ser escrito el mismo día que Frances Erskine Inglis comenzaba su travesía hacia México, específicamente a Veracruz acompañada de su esposo por casi dos meses, y haciendo escala en La Habana en donde la autora se percataba ya del contraste social que había entre su natal tierra y ésta nueva "El cambio súbito del mundo Yanqui a esta tierra militarista, monjil y negroide es verdaderamente sombrío."
A la autora le fascino la bahía pero no la ciudad ya que ella describía su desagrado hacia el olor y los pobladores. La Habana le pareció sucia, sofocante y apestosa a ajo y aceite.
Posterior a su estancia en La Habana por doce días en los que la autora acudió a bailes, cenas, al teatro y a la opera invitados por distinguidos personajes de ese lugar. Llego a Veracruz el dieciocho de diciembre de 1839 y un personaje destacable que lo recibió fue el mismo “Guadalupe Victoria” la autora se refirió a el primer presidente de éste joven país como “un ladino aburrido sin el don de la oratoria.” Al juzgar por sus escritos en su estancia en la mansión de José Dionisio Velazco, Frances reconoció que la ciudad era mucho más limpia en consideración con La Habana aunque de igual forma ella se quejo por los mosquitos y el ostentoso calor de ese lugar.
Para mostrar parte de su irritación durante estos 5 días de estancia en Veracruz es conveniente citar un breve párrafo en el que Frances hacia referencia a ello:
“No creo que haya nada en el mundo que me
induzca a vivir aquí. Cuando más veo, más
me convenzo del hecho de que entre más nos
alejamos de la civilización, menos felices
somos. Vivir entre gente con la que a pesar
de su amabilidad, no se tiene ni un solo pensamiento
en común debe ser melancólico.
Para una persona criada en Inglaterra y
acostumbrada a la sociedad europea, un
lugar donde no hay rastro de libro alguno
-donde las mujeres se la pasan en la total
apatía, donde fumar es una holgazanería
sin gracia y donde no se encuentra tema
alguno de conversación causa una desazón
inigualable. Debe ser tan desconsolador
como afincarse en las vecinas colinas rojas
de la tristeza.”
Posteriormente la familia de la Barca se fue de Veracruz el día 22 de diciembre. E inmediatamente se nos traslada a la visita que Frances acompañada de su esposo a con el general Antonio López de Santa Anna, el cual por cierto en el libro los describió como un hombre atractivo, todo lo contrario de su esposa (Inés de la Paz García) a la cual se refirió como “una mujer alta, delgada y fea” aunque también como una mujer cortés con gran parecido con su hija (Guadalupe Santa Anna). Volviendo a la percepción que Frances tuvo hacia Antonio López de Santa Anna es conveniente citar dos párrafos uno en el que Frances describía su primera impresión hacia el general y otro en el que concluía sobre el:
“..esa expresión [del general] es el semblante
de los taimados, de los profundamente
ambiciosos, de los más intrigantes y
de los más peligrosos estadistas que yo haya
visto. Tienen un algo que podría persuadir
a la multitud de que ellos se encuentran encuentran
por encima de todo y que se involucran
en los avatares de la política para
beneficiar a los demás ...
Más adelante Fanny concluyó sobre Santa
Anna:
... [el general] es probablemente uno de los
peores hombres en el mundo, ambicioso
por el poder, «codicioso por el dinero y sin
principios, un hombre que ha adornado su
nido a expensas de la república y que sin
duda espera en su solemne retiro el momento
adecuado para ponerse al frente de
otra revolución.
Cabe a mencionar que Frances nunca cambio su juicio hacia Antonio López de Santa Anna de hecho también es oportuno mencionar que Frances le concedió un peculiar apodo “El cojo.”
Frances continúo con su trayecto con mucho más lujos ya que Santa Anna les proporcionó a los Calderón una diligencia, una escolta oficial de seis dragones y un conductor norteamericano para continuar el viaje.
Aunque
...