Entidades subregionales de Latinoamérica y el Caribe
Enviado por linkinmadrid312 • 3 de Julio de 2014 • Tutorial • 6.429 Palabras (26 Páginas) • 329 Visitas
Integración latinoamericana
Miembros de Aladi, Mercosur, Comunidad Andina y Alianza del Pacífico.
Entidades subregionales de Latinoamérica y el Caribe.
La integración Latinoamericana y Caribeña cuyos propósitos se convierte hoy en una condición de lucha y supervivencia para los países Latinoamericanos en medio de los convulsas contradicciones del régimen capitalista anta la ola globalizadora.
Contando con esas realidades y en ausencia de una voluntad política, donde quienes toman decisiones, muchas veces responden más al Capital Transnacional que a las prioridades nacionales y regionales. De modo que resultan en la práctica ser mucho más funcionales determinados esquemas y diseños de políticas nacionales de algunos países de Capital Transnacional, que a la propia idea de crear especies económicas con relativa independencia. Ante esta disyuntiva es posible abordar la integración al margen del proceso privatización y transnacionalización del Capitalismo Contemporáneo?
La integración en este sentido, tiene que preparar a la región a enfrentar las influencias negativas de la globalización neoliberal.
En la actualidad ningún país puede desarrollarse sin tener vínculos con otros países tanto en lo económico como en lo político y social.
Lenin señalaba:
"… la formación del mercado mundial muestra palpablemente la labor histórica progresiva del capitalismo, que destruye el viejo aislamiento y carácter cerrado de los sistemas económicos que liga a todos los países del mundo en un todo económico único…"
Por tanto la integración es un fenómeno característico de la época contemporánea determinado entre los factores por la exigencias de la RCT internacionalización de la producción.
En los países subdesarrollados existen móviles particulares que impulsan esta tendencia general y que se encuentran asociadas a la necesidad de elevar sus incipientes ritmos de crecimiento, hacer frente a las perspectivas de sus relaciones económicas externas, formar un frente común contra las medidas proteccionistas y defender sus derechos.
En este sentido del proceso de integración en las condiciones actuales debe ir dirigido a maximizar los beneficios y disminuir los costos del proceso de globalización.
Los esfuerzos integracionalistas en América Latina y el Caribe datan desde la gesta libertadora de Bolívar y Martí. No obstante las acciones concretas emprendidas por la burguesía latinoamericana en los años de Post-guerra y en el contexto de la Comisión para América Latina (CEPAL), los primeros pasos tuvieron lugar en la década del 50 al fundarse la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (1960) transformado en 1980 en ALADI.
Estos grupos estaban enmarcados en la corriente capitalista desarrollista cuyo objetivo fundamental era la industrialización a partir de la sustitución de importaciones. Su objetivo fue ir creando gradualmente el mercado común Latinoamericano y avanzar posteriormente hacia la integración económica. Con su creación se estimuló la firma de acuerdos bilaterales entre los países miembros que contribuyó a activar el comercio intraregional
ALALc Repartición de las exportaciones totales de manufacturas por países de origen
Países Exportaciones totales de la región Exportaciones de manufacturas
1965 1970 1975 1977 1965 1970 1975 1977
Argentina 15.9 14.1 10.0 13.9 15.9 23.2 15.8 18.7
Bolivia 1.4 1.8 1.8 1.8 9.0 5.5 3.2 3.4
Brasil 17.0 21.7 29.1 29.8 25.5 30.1 44.3 43.3
Chile 7.3 9.8 5.7 5.3 9.5 4.9 5.9 5.2
ALALc 9389.0 12619.4 40652.4 931.2 1817.0 5852.4 929.3
A pesar de los logros obtenidos como señala la tabla, hay que señalar que el proceso de sustitución de importaciones mantuvo bajas tasas debido a que estos países fabricaban manufacturas a elevado valor y a altos costos de producción, teniendo baja mecanización y automatización de los procesos industriales.
Al propio tiempo las diferencias en los niveles de desarrollo económico de los países originaron distribución desigual y la orientación del tratado hacia el fomento del comercio mutuo de forma unilateral, reduciendo las posibilidades de integración en otras esferas.
En este mismo periodo, desde los años 60 estuvo asociado al proceso de reestructuración del Capitalismo mundial y a la creciente dominación imperialista en nuestra región.
Esta integración era concebida en los documentos de la CEPAL como vector estratégico de la ruptura del cuadro prevaleciente de insuficiente dinamismo y baja productividad Latinoamericana, proyectándose en tres direcciones interdependientes: la aceleración del crecimiento, la expansión y la diversificación de las exportaciones y el avance de la industrialización.
Este papel estratégico no significaba sin embargo que ella fuera considerada en sí misma, como una vía alternativa de desarrollo. Las posibilidades de reorientación del patrón de industrialización se relevaban limitadas por una serie de factores estructurales internos, la ineficiencias en la estructura productiva y en la utilización de los recursos, el escaso desarrollo de las instituciones y mecanismos financieros adecuados, el atraso y estacionamiento de la economía rural, la ausencia de una base tecnológica endógena, la falta de movilidad social y la extrema desigualdad de distribución del ingreso y de la riqueza, colocaban a las economías de la región en condiciones desventajosas para la industrialización y competir con los países desarrollados.
Por otro lado la virtual falta de resistencia y más aún la entrega de la mayoría de los gabiernos que aceptaron las formulas neoliberales diseñadas y exigidas por el capital transnacional.
Todo lo anterior permite asumir que esencia estos procesos de integración, esta dado por la naturaleza de los agentes que intervienen, por tanto es necesario distinguir dos formas de integración: aquella que responde a las necesidades del gran Capital financiero transnacional y la segunda se nos presenta como una alternativa a la desnacionalización promovida por agentes que tratan de buscar un espacio económico vital para estructurar un tipo de integración de resistencia. Si a esto se le une que en la década de los 80, prácticamente la inmensa mayoría de las naciones latinoamericanas se encontraban sumergidas bajo los efectos de su más profunda crisis. Podría decirse que los únicos indicadores que crecieron a todo lo largo de este decenio de manera sostenida fueron la deuda externa, la pobreza y la aplicación de practicas neoliberales que dieron riendas sueltas al mercado.
Por tanto, contando con esas realidades y en ausencia de una voluntad política quienes toman
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