Entrelazamiento cultural, el rito en la voluntad evangelizadora
Enviado por mar.val • 20 de Marzo de 2016 • Ensayo • 2.632 Palabras (11 Páginas) • 296 Visitas
Entrelazamiento Cultural, el rito herencia de la voluntad evangelizadora
Presentación de la Arquitectura
Profesores: Andrés Garcés – Constanza Jara
Alumna : Mariana Valenzuela
En el siguiente ensayo se aborda Barroco en tres momentos complementarios. En un primer momento se presenta el Barroco desde Iglesia Católica, en su surgimiento desde la Contrarreforma, y como los artistas desarrollan el movimiento para canalizar las intenciones de un de los mas grandes mecenas de esta época; para ejemplificar se tomará el caso de la “plaza de San Pedro”, donde se explica la intención del Barroco al magnificar y enaltecer la Iglesia.
En un segundo punto, desarrollaremos el proceso de evangelización desarrollado en el nuevo mundo, y como este corresponde a las intenciones barrocas de la contrarreforma en un primer momento, para luego dar paso al barroco Americano, se presenta el concepto de “entrelazamiento cultural”, y como este es desarrollado a través de la “voluntad evangelizadora”, innovando en una nueva intención artística propia de América, se intentará dar solución a estos conflictos analizando las misiones jesuitas, y como estas son las que tienen mayor incidencia en el surgimiento del arte americano, se desarrolla a modo de ejemplo, el caso de “Bom Jesus de Congonhas do Campo”, donde se representa el rito en la obra, donde la construcción misma está planteada a modo de rito; en este punto se realizará una comparación entre el barroco europeo y el barroco americano, identificando distinciones y similitudes, identificando la transformación adquirida al pasar del barroco europeo al americano. Y finalmente un último momento, donde se busca identificar el barroco en el actual Valparaíso, para esto se plantean dos situaciones, la primera cotidiana, la plaza, y la segunda de lo atemporal, el rito, como herencia del barroco americano presente en el Valparaíso actual.
Durante los siglos XVII y XVIII se desarrolló en Europa Occidental un período cultural denominado por los historiadores “barroco”, movimiento que abarca todas las expresiones del hombre, tanto artísticas como científicas, se presenta con fuerza desde la iglesia católica. Fue una época marcada por fuertes disputas religiosas, políticas y económicas. ”Barroco representa la psicología colectiva de los países monárquicos y católicos, de las sociedades señoriales y rurales. Gustan de contemplar un universo de gloria, imaginación y sensibilidad, en el que tiene la primacía la decoración”1 (BOTTINEAU, Yves. (1971). BARROCO II: IBERICO Y LATINOAMERICANO). presentado a través de la iglesia católica y las grandes potencias absolutistas, con la intención propagandística de, a través del arte, recuperar la propiedad y el fervor del pueblo. Utiliza como herramientas la teatralidad, la ilusión, la magnificación de los espacios y juegos de luz y sombra pronunciados, hacen parte de la obra al espectador.
Durante el siglo XVI aconteció un cisma dentro de la Iglesia Católica, dando lugar a la fundación de la iglesia protestante, iniciada por Martin Lutero a partir del año 1517; este movimiento llamado “Reforma”, quebrantó la unidad de la iglesia católica. El arte barroco jugó un papel importante en los conflictos religiosos de este periodo. En este sentido, se puede afirmar que el barroco es la expresión estética de la respuesta otorgada por la iglesia, ante el debilitamiento del fervor de los fieles católico, llamada contrarreforma.
Europa se vio dividida entre cristianos católicos y cristianos protestantes, el catolicismo perdió fuerza, y dejó de ser la religión oficial en muchos estados de Europa, amenazando con repetir esta situación en las colonias del nuevo mundo.
Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la guerra de los treinta años, en 1648.
Los esfuerzos reformistas de Pablo IV se basaron en el Derecho Canónico y las encíclicas papales. La Contrarreforma tuvo como punto de partida el concilio de Trento, desarrollado desde 1545 a 1563, donde fue impulsado un vasto movimiento de renovación religiosa, basada en el retorno a los valores tradicionales, la Iglesia Católica buscó reafirmar su doctrina, defender sus tradiciones; utilizando como herramienta el Barroco, convirtiéndose en uno de los mecenas mas influyentes.
Así, la Contrarreforma, lanzada a combatir la difusión del protentantismo; alentó a los artistas a distanciarse de las temáticas paganas, desnudos y escenas escandalosas en sus obras, y, a focalizarse mas en temáticas religiosas, utilizar la ostentación y teatralidad como método de propaganda para difundir el credo católico en el pueblo, aumentar los fieles, mostrarle la gloria celestial a la cual podían aspirar de la mano del catolicismo.
Así, se instaura la imagen de la “Ecclessia triumphans”, de su poder, de su brillo, enmarcado en el fasto de su corte y en la grandeza de sus momentos, esperando que ante esta grandiosidad el pueblo retorne a sus raíces católicas, se sienta parte de la magnificencia otorgada por este movimiento; emocionar y enardecer la devoción mediante estímulos que se presentan al pueblo a través de la pintura, música, escultura y arquitectura.
Para ejemplificar tomaremos el caso de la Plaza de San Pedro. Proyectada por Lorenzo Bernini entre 1656 y 1657. Logra articular la iglesia con la ciudad por medio de una plaza circundada por columnatas. Una explanada trapezoidal ensanchada lateralmente por dos pasajes elípticos que son la Columnata, el rasgo mas influyente, elemento escultórico en donde actúa la luz, produciendo efectos de claro-oscuro, dando sensación de luminosidad cambiante, rematada en una balaustrada sobre la que hay dos fuentes, una en cada foco elíptico y en el medio un obelisco de 25 metros de alto. La plaza, se cierra hacia nuestro frente, reduciendo ópticamente la fachada, permitiendo al espectador sentirse resguardado por la iglesia. Los dos pasajes de columnas se abren simbolizando el abrazo de acogida de la Iglesia al visitante, la intención de la iglesia de mantener a sus fieles, y potenciar su fervor, un ideal de presentarse ante el pueblo como una entidad que acoge y busca guiar a su pueblo hacia la “gloria eterna”.
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