Espartaco Un legado de libertad

Reychel Lobos
Francisco Freire
Bachillerato en Humanidades.
María José Moran


       
         Espartaco
      Un legado de libertad


























El comienzo del mito.[pic 1]

 De Espartaco y la revolución no hay tanta documentación, según Apiano era proveniente de Tracia que  luego del enfrentamiento contra Roma es tomado como esclavo y vendido a un traficante de Capua, sin embargo, historiadores como Plutarco y Floro difieren de este origen y proponen los propios.

 Espartaco aproximadamente en el 73 a.c y en conjunto con Criso y Enomao encabezaran la revolución que puso en jaque al Imperio Romano, que comenzó en la cocina de la escuela de gladiadores de Lentulo Batiato en la misma ciudad de Capua, cuando los gladiadores se apoderan de los cuchillos y objetos punzantes, para luego enfrentarse y asesinar a los guardias para escapar de la ciudad, esta revuelta de esclavos fue ignorada por la administración del imperio ya que estas habían ocurrido en repetidas ocasiones sin llegar a significar al imperio, que continuaba avanzando en su misión expansionista, con la mayor parte de la milicia en Hispania y el Ponto. Mientras el imperio ignoraba a los rebeldes, ellos avanzaron hasta el Vesubio donde además consiguieron nuevos adherentes que no eran solo esclavos, sino campesinos y habitantes de las clases más bajas que caen al discurso y propósito de sus líderes, con estos nuevos miembros alcanzarían la cifra de 40.000 a 70.000 personas en rebelión contra  Roma.  El Senado al conocer la cifra de rebeldes y también saber que no eran solamente  esclavos envía tropas para contenerlos, pero desestiman enviar tropas de elite, puesto que se enfrentaban a hombres que carecían de preparación militar y estratégica, pese a carecer de ellas derrotan a las tropas de Clodio  Glabro y continúan avanzando en dirección al norte, donde saquean las ciudades de Nola, Noceria, Tur y Metaponto, historiadores presentan que su intención era salir del imperio para volver a sus lugares de origen como hombres libres y con riquezas, no obstante este postulado se pierde cuando llegan a Los Alpes pero antes de atravesarlos vuelven en dirección al sur, lo que refleja también la desorganización que presentaba la multiplicidad de jefes, sin embargo, esto es necesario ya que cada cabecilla tenía sus propios seguidores, al ser un número tan elevado de rebeldes, no les era  fácil definir el modo de actuar, los pasos a seguir o el propósito final, es en ese momento donde se comienza a evidenciar la falta de organización de las “tropas” rebeldes asimismo comienzan a  retroceder.

Luego de enfrentar a los romanos en Piceno, buscan dirigirse a Sicilia para ello hacen trato con piratas, quienes se quedan con el dinero sin cumplir su parte del trato, dejándolos casi sin oportunidades, puesto que no tenían dinero y su propósito de llegar a la isla se desmorona.

Hechos como el anterior, son solo el inicio de la derrota que sufrirán, ya que es en este momento (72 a.c) donde el Imperio toma en serio la amenaza y encomienda la misión a Licio Craso de destruirlos, para ello le otorgan 8 legiones romanas, que sumado el ejército personal de Craso, hombre más adinerado de Roma con intereses económicos en las tierras ocupadas, superan con creces a las tropas rebeldes, pese a la mayoría en número los primeros encuentros son favorables para los sublevados quienes se mantienen en Calabria sin ser sometidos o arrinconados en batalla, posteriormente las tropas del imperio construirán un muro con el fin de encerrar a los esclavos y rebeldes pero ellos rompen parte de el y  huyen a Lucania.

Cabe destacar también otro episodio que evidencia la facilidad con que podían conseguir adherentes, es cuando antes de una batalla, Esparto pronuncia un discurso que consigue que las tropas romanas abandonen a su amo y se vuelvan partidarios de los rebeldes, esto también se debe al problema que existía con la jubilación de los soldados.

Al contrario de las habilidades y el avance que tenían las tropas rebeldes, se encuentran rodeadas, debido a que en el norte espera el ejército de Craso y en el sur se encuentra  Pompeyo que había vuelto recientemente de Hispania al igual que Luculo quien en cambio volvió de Asia. Espartaco y sus tropas deciden dirigirse al norte y enfrentar las tropas de Craso, donde son brutalmente derrotados, junto con ellos cae Espartaco pero no es encontrado su cadáver,  esto sentara una base para la mitificación de su figura.

Luego de la derrota, Lucio Craso crucifico a los rebeldes en extensión por la Vía Apia, como advertencia de que no habría piedad con quienes desafiaran al Imperio y a su figura.

Para concluir se dirá de forma breve un análisis respecto a la derrota de la gran revolución esclava, para comenzar con ello, hay que aclarar que no era una revolución esclava propiamente tal, ya que en su mayoría y comienzo estaba principalmente compuesta por gladiadores, a quienes se les sumaron campesinos y esclavos que si bien estaban acostumbrados al trabajo físico extenuante y conocían los terrenos en que se encontraban, a diferencia de los gladiadores, no se dedicaban a la brutalidad que estos últimos poseían y era visible en el  saqueo de las ciudades, donde asesinaban, robaban y  violaban a las mujeres que en ocasiones recurrían al suicidio. También cabe mencionar la complejidad que producía  la multiplicidad de nacionalidades de los rebeldes, ya que al provenir de tantos lugares (principalmente  celtas, germanos, galos y tracios) no existía una uniformidad en el lenguaje, forma de lucha y organización, tampoco existía una uniformidad en el propósito final de la revuelta, ya que en el caso de que su condición final fuera la huida del Imperio para ser libres no hubieran detenido el cruce de Los Alpes para comenzar el  actuar errático que comienza después, por otro lado se especula que  dentro de las tropas existían diferentes propuestas, unos anhelaban la liberación, otros ser propietarios de sus tierras y no sirvientes o esclavos, otros solo ansiaban un amo justo, por otro lado existía un grupo que quería que la tropa se dedicara al saqueo y bandidaje dentro del Imperio.

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