Etica Nicomaquea

Aristóteles nació en la ciudad de Estagira, Macedonia, hacia el año 384 a.C. razón por la cual se lo apodó el Estagirita. Fue filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual por más de dos milenios. Con el propósito de completar su educación superior, se trasladó a Atenas cuando contaba con alrededor de 18 años, y otros tantos estuvo en la academia platónica, hasta la muerte de su fundador, Platón. Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte del sentido común de muchas personas. En la última etapa de su vida fundó el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año antes de su muerte.

Se le llama Bienes Económicos a todas las cosas cuyo valor se mide por la moneda. Con relación a este tema existen atributos. La Liberalidad, parece ser la posición intermedia con relación a los bienes económicos, ya que una persona liberal usa positivamente sus bienes económicos para ayudar a los necesitados. Se podría decir que un liberal es una persona generosa, la cual es admirada por la manera en que da y recibe. La prodigalidad y la avaricia son excesos y defectos en lo que concierne a las riquezas. La Avaricia, la idea de una persona avara se aplica por lo regular a toda persona que le de mayor importancia que la que corresponde a los bienes de fortuna. Esta llega a convertirse en un vicio, que con el paso del tiempo incrementa su nivel. A su vez esta la Prodigalidad. Pródigo es una persona viciosa, son todos aquellos que no se saben controlar o dominar, ya que prácticamente se arruinan por gusto gastando toda su fortuna.

Pero de todas esas cosas que un hombre puede disponer puede darse un destino con un buen final o con un final triste; y la riqueza es una de ellas. Para esto un hombre generoso y liberal es aquel que tiene la virtud especial de servir lo mejor posible de una cosa. La virtud consiste más en realizar el bien que en recibirlo uno mismo; mucho más en hacer cosas buenas que hacer cosas malas. El hombre pródigo, por otra parte se entrega a los excesos porque ha llevado una vida de abandono, sin rumbo, sin nadie que lo acompañe y lo guie por un buen camino; si se le hubiera puesto algún tipo de cuidado en su educación, seguramente habría entrado en el camino del bien.

Entre las virtudes están la generosidad y la magnificencia la magnanimidad y la virtud que aplica la magnanimidad para los inferiores, la ecuanimidad. También habla de algunas virtudes sobre la vida: el decir la verdad es una de ellas.

La Generosidad de una persona es el hábito de dar y tratar de comprender o entender a los demás. Difícilmente se puede llegar a apreciar esta virtud de manera objetiva, ya que un acto de generosidad será muestra de la intensidad con que se viva esta virtud y los motivos por los cuales se ponga a prueba diariamente.

La Magnanimidad, como su mismo nombre lo da a entender, parece aplicarse a las cosas grandes. El que se juzga digno de grandes cosas, y que de hecho es digno. La magnanimidad está en la grandeza. Este tiene que ser el mejor, porque el que es mejor es digno de lo mayor. Es decir, que quien es verdaderamente magnánimo es por hecho un hombre de bien. Para un magnánimo es una necesidad el ser abierto en lo que escucha y en sus amistades; le preocupa más la verdad que la opinión, y hablar y obrar a plena luz. Habla con franqueza y veracidad; no puede conformar su vida a la de otro, a excepción que se trate de un amigo. No es propenso a la admiración, ya que nada es grande para él. El movimiento del magnánimo debe ser lento; su voz grave; su hablar un tanto reposado. El magnánimo es un extremo en relación con la grandeza de su pretensión; pero en relación con su conveniencia esta en el término medio, pues se juzga a si mismo digno de lo que corresponde a su dignidad, mientras que una persona pusilánime peca por exceso o por defecto. Pusilánime se refiere a toda aquella persona que cree merecer menos de lo que es digno. Este no parece ser malo, puesto que no hace el mal, sino más bien parece equivocado; ya que siendo digno de bienes, se priva de estos.

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