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Eudemonismo de Aristóteles


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  Ensayo  •  2.049 Palabras (9 Páginas)  •  224 Visitas

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Eudemonismo de Aristóteles

Según Aristóteles, la finalidad del hombre es conseguir la felicidad. Dado que éste se distingue justamente por poseer la facultad de la razón, la felicidad humana consistirá en perfeccionar al máximo esta facultad. Vivir bien equivale, pues, a vivir conforme a la razón, que es el rasgo superior de lo humano. Sin embargo, no siempre actuamos conforme a los dictados de nuestra razón, a menudo nos dejamos llevar por nuestro lado pasional, la parte apetitiva y no siempre obtenemos la felicidad actuando de este modo, sino que, por el contrario, nos creamos problemas de difícil solución. Es por ello que hay que ser racional y ejercitar las virtudes y, en especial, corregir los excesos.

La felicidad es la actividad del hombre conforme a la virtud. A través de las virtudes el ser humano domina su parte irracional.

Las virtudes éticas son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma y regular las relaciones entre los hombres. Las virtudes éticas más importantes son: la fortaleza, la templanza, la justicia.

Las virtudes dianoéticas se corresponden con la parte racional del ser humano, siendo, por ello, propias del intelecto. Su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza. Las principales virtudes dianoéticas son la inteligencia y la prudencia.

La virtud es un hábito de carácter racional, y según Aristóteles consiste en el justo medio. Respecto a la valentía, el justo medio está entre la cobardía y la osadía. Pero además, somos cada uno de nosotros los que hemos de determinar dónde está nuestro justo medio. Ser generoso, por ejemplo, no es lo mismo para una persona rica que para una persona pobre.

Por último, al igual que para su maestro, el ser humano es social por naturaleza, y llega a definirlo como: ".el hombre es por naturaleza un animal político". Por ello, no debe haber ética sin política ni viceversa.

Estoicismo de Lucio Anneo Séneca

Lucio Anneo Séneca nació en Córdoba en el año 4 a.C. y murió en Roma en el año 65 de nuestra era. Hijo del retórico Marco Anneo Séneca, desde muy jóven se trasladó a Roma con su padre para estudiar poesía y elocuencia. Fue en aquella época cuando surgió su afición a la filosofía, marcada por la inclinación al estoicismo.

En Roma comenzó a participar en política y destacó como un buen orador en el foro. Tras regresar de un viaje por Egipto y otros países de Oriente, acompañando al cónsul Vestrasio Polión, fue desterrado a Córcega por el emperador Claudio, siendo perdonado más tarde por Agripina, la nueva esposa de Claudio.

Tras regresar nuevamente a Roma, y por indicación de Agripina, participó activamente en la educación de Nerón. Fue nombrado pretor y cónsul, acumulando una gran fortuna, lo que le supuso un gran número de reproches por la incoherencia que podía suponer frente a su propia doctrina. Cuando Nerón llegó al poder, Séneca se alejó prudentemente de la corte romana, retirándose a vivir a una de sus fincas.

Séneca era, sobre todo, un moralista que consideraba a la filosofía como el camino que nos acercaba a la sabiduría.

Para Séneca, el único fin de la filosofía es la sabiduría, la cual consiste, al mismo tiempo, en la felicidad. De esta forma, sabiduría y felicidad representan una actitud ante la vida mediante la cual se garantiza lo que Séneca denominaba "la concordia del ánimo". Una concordia que se produce a través de la indiferencia ante los bienes temporales de esta vida, que Séneca consideraba temporales y mezquinos.

Según Séneca, el sabio debía obrar siempre virtuosamente, ya que "el género humano tiene algo contra lo cual no puede la suerte. Ese algo es la virtud". Y aunque el sabio debe ser indiferente a los placeres y riquezas, Séneca advierte que eso no quiere decir que no pueda poseerlas, sino que si las posee debe hacerlo con desapego y con desprendimiento, evitando que estos placeres y riquezas le esclavicen y le dominen.

Séneca exalta a la Naturaleza como el vehículo más importante para conducirnos hasta la virtud. Es esta exaltación la que lleva a Séneca a compartir el ideal cosmopolita de los estoicos. Ese cosmopolitismo es el conduce a Séneca a afirmar que el sabio nunca está sujeto a ninguna nación ya que su patria es el mundo.

La esclavitud y el optimismo universal lo defendía el estoicismo. Respecto a la esclavitud, Séneca defendía un trato más humano y moderado hacia los esclavos, ya que en su naturaleza humana "existe algo que siempre permanecerá libre". Ese algo es su alma, que al igual que las del resto de los humanos, forma parte de la Divinidad.

Respecto al optimismo universal que caracteriza a la escuela estoica, Séneca también marca distancias al afirmar que "la mayor felicidad es no nacer". Séneca llega a caer incluso en un pesimismo radical cuando señala que "nada hay tan engañoso como la vida humana, y nadie la aceptaría si se le diese la oportunidad de escoger". Séneca no duda en proponer el suicidio afirmando que "cada vena del cuerpo es un camino hacia la libertad".

Utilitarismo de jeremy bentham

Jeremy Bentham, filósofo y economista británico, nació un 15 de febrero de 1748 y murió un 6 de junio de 1832 en Londres. Muy pronto destacó como niño prodigio cuando fue encontrado por su padre leyendo, a una edad muy temprana, un volumen de la historia de Inglaterra. A los tres años leía tratados de muy diversa índole, a los cinco tocaba el violín y estudiaba latín y francés.

Hijo de una familia acomodada, ingresa a los 12 años en la Westminster School of London y a los 19 años ya ejercía como abogado.

Pronto comenzó a disentir de la educación y la práctica jurídica de su época, dedicándose por completo a tareas intelectuales.

Es, entonces, cuando empiezan a germinar sus primeras y ambiciosas ideas sobre reformas sociales, entre las que se encuentran la defensa de los animales y el planeta -embrión de la futura ecología-, el sufragio universal y la descriminalización y defensa de los derechos y libertades de los homosexuales.

Bentham escribió en 1780 un libro llamado: “Introducción a los principios morales y la legislación”, producto de su gran afán e interés por cuestionar el sistema

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