Expropiación Petrolera (18 de marzo de 1938)

Expropiación Petrolera (18 de marzo de 1938)

El petróleo es un líquido viscoso, negro parduzco, ligeramente verdoso o amarillento; es una sustancia de origen orgánico depositada en grandes yacimientos en el subsuelo. Fue utilizado por las antiguas civilizaciones y por nuestros ancestros por sus propiedades medicinales.

En la actualidad, existen derivados del petróleo de uso común: gasolina, kerosina, aceites, lubricantes, asfalto, etc., pero para ser utilizado, primero debe ser refinado.

En la Era Colonial, el petróleo era considerado como propiedad de la Real Corona Española. El primer pozo petrolero en México fue perforado en 1862, en el estado de Tabasco. Durante el Segundo Imperio, Maximiliano de Habsburgo emitió un decreto por el cual otorgó concesiones a empresas petroleras para explotar el crudo mexicano, siempre y cuando se hiciera con la aprobación del gobierno mexicano.

Don Porfirio Díaz abrió la explotación del petróleo a inversión extranjera en 1901, otorgando concesiones a empresas estadounidenses y europeas. Años después, y tras elecciones libres, don Francisco I. Madero fijó un impuesto sobre las empresas petroleras extranjeras, mediante la Ley del Timbre, en la cual además exigía a las empresas petroleras a declarar el valor de sus propiedades y llevar un registro del petróleo exportado, todo bajo la supervisión de la Secretaría de Fomento e Industria.

Durante la época del presidente Venustiano Carranza, se promulgó junto con la Constitución de 1917 la nueva redacción del Artículo No. 27, el cual establecía que toda riqueza del suelo y subsuelo pertenecía a la nación, y que ésta podía otorgar ciertas concesiones para su explotación. Sin embargo, las empresas petroleras lograron ampararse bajo la antigua ley.

No fue sino hasta el mandato del General Lázaro Cárdenas del Río cuando se promulgó la Ley de Expropiación en 1936, y el día 18 de marzo de 1938 realizó la dicha Expropiación Petrolera de las empresas, haciendo válido el Artículo 27 de la constitución, no solamente devolviendo el petróleo a la Nación, también mejorando notablemente las condiciones laborales del obrero petrolero mexicano.

Sucedió entonces un fenómeno social muy importante. Aun y cuando se pagaría una indemnización a las empresas extranjeras, todos los sectores sociales estuvieron de acuerdo y apoyaron la decisión del presidente Lázaro Cárdenas. Pobres, ricos, clase media, liberales, conservadores e incluso la Iglesia Católica aprobaron la expropiación.

Tanto así fue el apoyo, que el día 23 de marzo de 1938 se reunieron aproximadamente 100 mil personas en una manifestación de respaldo a la expropiación, hecho posterior a la manifestación femenina realizada el día 19 de marzo previo, a la cual acudieron mujeres de todas clases sociales, quienes donaron joyas, objetos de valor, y cuentan de una anciana que llevó una gallina (su único patrimonio), para ayudar a solventar la indemnización.

Hasta la fecha se conmemora este hecho histórico, apareciendo en libros de texto, documentales y canciones de época.

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