FÓRMULAS DE LA BELLEZA ARQUITECTÓNICA MODERNA
Enviado por soraya.oliveros • 11 de Diciembre de 2019 • Apuntes • 501 Palabras (3 Páginas) • 833 Visitas
FÓRMULAS DE LA BELLEZA ARQUITECTÓNICA MODERNA Henry Van de Velde
El texto ante el que nos encontramos se trata de Fórmulas de la belleza arquitectónica moderna, publicado por Henry Van de Velde en Weimar en 1916-1917.
Van de Velde habla de la línea -estilo- como una fuerza semejante a las fuerzas naturales, dependiendo esta de quien la haya trazado. Dicha línea actúa de manera espontánea sobre todo ser que tenga sensibilidad, por medio de las direcciones, las relaciones de longitud y los acentos introducidos a medida que se traza. En consecuencia, percibimos el disfrute estético cuando se ven relaciones dinámicas entre las líneas manejadas durante las modificaciones del boceto.
Toda forma lleva consigo un ornamento y, es la línea quien evoca esos complementos que son indispensables para la forma. Se trata de relaciones de estructura establecidas por la función de la línea. Por esto, el ornamento completa la forma, siendo la prolongación de esta. Así, la función del ornamento consiste en estructurar la forma y no en adornarla.
El ornamento estructural y la forma deben tener unas relaciones tan particulares que parezca que el ornamento sea quien ha determinado la forma, sin darle importancia a que la sucesión de la aparición de uno u otro se logre inversamente.
De hecho, el ornamento entendido como complemento de la forma, es el resultado del juego de las fuerzas interiores de dichas formas. Las modificaciones se detienen cuando estas fuerzas neutralizan su energía en un equilibrio perfecto de efectos y causas, obteniendo como consecuencia la forma.
Las formas concebidas consiguiendo este equilibrio sin la ayuda del ornamento son las más perfectas, concluyendo que el ornamento es secundario en relación a la belleza únicamente si es inorgánico, sin vínculo con la forma.
Desde concepciones distintas, Worringer con una idea de la línea inorgánica y muerta, y nosotros orgánica y viva, ambos creemos en una forma necesaria, definitiva y absoluta. La tendencia a la abstracción de Worringer se encuentra en el hombre primitivo, que solo percibe, pero no modifica según sus propias exigencias. Sin embargo, el ornamento es de tal abstracción que no expropia a la línea de ninguna de sus virtudes orgánicas.
Estamos de acuerdo en que cuando se alcanza un grado similar de cultura y necesidades estéticas la humanidad se ve arrastrada por la fuerza dinámica llegando a la más elevada Belleza abstracta, considerando esta como la última fase del desarrollo del sentido de la Belleza en el hombre, y no la primera como cree Worringer.
El hecho de haber tomado conciencia de la naturaleza de la línea hace que nuestra ornamentación sea nueva y es esto lo que despierta el interés del público, quienes necesitan una constante renovación rechazando el retorno de estilos conocidos. Desde hace mucho tiempo todos los objetos se realizaban en base a unas cosas conocidas
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