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Generacion Del 80


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2012  •  2.238 Palabras (9 Páginas)  •  316 Visitas

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LITERATURA ARGENTINA: GENERACION DEL 80

El periodo de luchas y divergencias políticas que surgió a la derrota de Rosas llego a su fin el 21 deseptiembre de 1880, cuando un congreso en minoría, reunidos en el pueblo e Belgrano, sanciono una ley que declara la ciudad de de Buenos Aires capital de la Republica Argentina.

Había llegado a su fin un pleito entre porteños y provincianos y se dio comienzo a una nueva época en nuestra evolución histórico, con grandes cambios en el panorama material y cultural. Ese mismo año ocupo la presidencia el joven militar Julio Argentino Roca que dispuso asentar al país sobre nuevas bases.

Desde esa época el crecimiento de Buenos Aires fue asombroso. En la década comprendida entre 1880 y 1890, la población de la capital aumento .La gran ciudad absorbió riquezas y derechos en perjuicios de las provincias y dio origen a un desequilibro que es visible en la época actual.Las sucesivas oleadas de inmigrantes se detuvieron en Buenos Aires, mientras que solo en escasa proporción esos europeos avanzaron sobre el desolado campo para poblarlo.

El gobierno y los cargos políticos en importancia fueron ocupados por una minoría con capacidad ejecutiva y mentalidad semejante al antiguo despotismo ilustrado, que se propuso engrandecer al país sin que le pueblo participara con sus decisiones .De ideología liberal y progresista partidaria de la cultura europea, la minoría dirigente emprendió su labor con el tema de paz y administración para fomentar el desarrollo en todas sus manifestaciones, desde la Conquista del Desierto en poder de los indios y el tazado de vías férreas, hasta la radicación de capitales extranjeros.

En torno a la época de la federalización de Bueno Aires un grupo de escritores se destaca en este periodo de la nación organizada, al lado de las personalidades sobrevivientes de la proscripción. Casi todos ellos participaron en política por medio de la pluma o en importantes cargos públicos y otras veces, su actividad literaria fue un mero pasatiempo. Se los conoce como integrantes de la generación del 80 porque sus principales figuras alcanzaron la madurez a partir de ese año de profundo cambios, que convirtieron a la gran aldea de Buenos Aires en una ciudad cosmopolita.

En el aspecto literario, se parte de principios que los escritores nacidos y educados dentro de una misma época y que actuaron bajo semejantes influencias políticas, sociales y económicas, reflejan en sus obras una unidad de criterios de acuerdo con el periodo cronológico en que se desarrollaron su actividad. No siempre se encuentro respuesta positiva a este principio, y además, es sabido que algunas figuras sobrepasan con sus prestigios los límites cronológicos de una época literaria o científica.

Con todo y sometiendo el concepto de generación a cautelosos reparos, pueden admitirse que en torno al eje del año 1880, actuó en nuestro país un grupo de intelectuales que dieron una fisonomía característica a las letras, a la política y que se conoce con criterios muy amplios como la generación del 80.

Integran el grupo literario: Miguel Cané, Lucio V Mansilla, Eduardo Wilde, Lucio López (1848-1891)

Eugenio Cambaceres, Martin García Merou, José S Álvarez con el seudónimo de Fray Mocho, Paul

Groussac. No tan representativo de la época pero con un gran valor dentro de nuestras letras fue el riojano Joaquín V González.

También debe citarse a los parlamentarios católicos: José Manuel Estrada y Pedro Goyena. Con respecto a los poetas integran entre las figuras representativas del 80, una segunda generación romántica. Puede mencionarse a Ricardo Gutiérrez, Oligario V Andrade (1839-1882), Rafael Obligado y Carlos Guido Spano. Aunque perteneciente por su edad a la generación del 80, pero apartado de ella, figura el poeta de los humildes, Pedro Bonifacio Palacios (1854-1917) conocido con el arrogante seudónimo de Almafuerte y sin dudas, uno de los más discutidos y desconcertantes personalidades de nuestra literatura.

La Campaña del Desierto realizada por el General Roca en el año 1879 actualizo el tema del indio y el problema sobre la posesión de sus tierras. Si bien Lucio V Mansilla se anticipo con su obra “Una Excursión a los Indios Ranqueles”, la temática sobre el aborigen adquiere el carácter de novela de aventuras con Estanislao Zeballos, actor de una trilogía de tono romántico.

La prosa de imaginación

La novela no existió nuestra literatura del periodo hispano, durante el siglo xxvi xxvii y xxviii.en épocas de los proscriptos, siglo xix se considero a “El Matadero” de Esteban Echeverri a como nuestro primer cuento y Amalia de Mármol la obra que inicio la novela. Pero solo en la década del 80, la prosa de imaginación adquiere verdadera importancia en la vida literaria argentina. Bajo la influencia de un naturalismo heredado del escritor francés Emilio Zola – con la pintura detallista de ambientes y caracteres- y también del realismo, culmina en este periodo con Eugenio Cambaceres, reconocido por la crítica como uno de los fundadores de la novela de nuestro medio.

En época de nuestra organización nacional las más difundidas novelas de autores extranjeros fueron entre ellos Zola y Flaubert era ya conocidas en los círculos intelectuales. Los escritores argentinos, salvo algunos intentos no habían incursionado por el género literario de la imaginación.

Al comentar una obra de norte americano Cooper escribió Mariano Pelliza en 1879 “Pobre es la América del sur, sobre la Republica Argentina de libros propios destinados a reflejar costumbres de naturaleza o su historia en forma de novela”.

El proceso de evolución hacia una novela nacional l inicio con sus folletines. Eduardo Gutiérrez cuya obra recién en la actualidad ha sido valorada en su real importancia. Demostró su capacidad literaria a través de artículos en diversos periódicos entre ellos “La Tribuna”, “La Época” y “Sud América”. Paso buena parte de su vida componiendo cuartillas sobre una reiteración temática: el paisano ahorrado de que debido a las injusticias políticas se convierte en matrero. Su folletín más popular titulado: Juan Moreira; basado en un personaje real fue llevado a escena por el actor José Podestá en 1886 año que marca un gran proceso en el teatro nacional. Era evidente que Gutiérrez había incorporado el populismo a nuestra literatura, pero sus dramones de suspenso policial estaban al margen de la novela culta.

Hacia 1884 el género novelesco inicio en Buenos Aires su marcha ascendente en la corriente del naturalismo debe ubicarse al médico Antonio Angerich que en su obra “¿Inocentes o Culpables?” se ocupo de la inmigración y los problemas sociales derivados de los conventillos. Francisco Sicardi se

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