Gobierno De Álvaro Obregón

Introducción

En 1920, Álvaro Obregón subió a la presidencia, dentro de su gobierno buscó la alianza con los trabajadores y con los antiguos zapatistas. Obregón luchó por tener el reconocimiento de su gobierno por parte de los Estados Unidos, y creyó que el problema consistía en que México aceptara pagar sus obligaciones financieras y reconquistar de esa manera el crédito internacional, un marcado contraste con las posturas de Carranza y De la Huerta. Sin embargo, lo limitaban la herencia nacionalista de Carranza y la negativa del gobierno provisional a recibir el reconocimiento a cambio de un Tratado de Amistad y Comercio que garantizara los derechos adquiridos por extranjeros sobre la tierra y el petróleo. Por lo que su estrategia a seguir, por consejo de su secretario de Hacienda Adolfo Huerta, era llegar a acuerdos con las compañías petroleras y los banqueros y aun con el gobierno de los Estados Unidos, antes de firmar un tratado políticamente riesgoso que echaría por tierra los contenidos nacionalistas de la Constitución de Querétaro de 1917.

El Gobierno ordena que sean aplicados los artículos 130, 27 y 3 constitucionales con todas sus consecuencias por lo que entre 1925 y 1926 salen del país 183 sacerdotes extranjeros y son cerrados 74 conventos. Ante esto la Iglesia mexicana decide oponerse activamente al Estado.

Alvaro Obregón fue electo como presidente para el periodo 1920-1924. Su gobierno tuvo como característica su personalidad como caudillo; baso su fuerza en un organismo que le sirvió para controlar a las masas, el Partido Nacional Agrarista (PNA), que se consideraba heredero de los ideales zapatistas y que había sido fundado en 1920 por Antonio Díaz Soto y Gama, antiguo secretario de Zapata, y que para 1922 contaba con dos millones de afiliados.

Los acuerdos de Bucareli

Celebramos entre mayo y agosto de 1923, sirvieron de epílogo a la controversia suscitada entre el gobierno de Estados Unidos y el gobierno mexicano debido al artículo 27, que decretaba que el subsuelo era de la Nación, lo que afectaba directamente a las empresas extranjeras extractoras de petróleo. Los Acuerdos de Bucareli determinaron que el artículo 27 no era retroactivo, y que las afectaciones agrarias hechas a los extranjeros tendrían que ser pagadas por el gobierno mexicano. Al final de las reuniones el gobierno de Washington reconocería al presidente Obregón como la autoridad legítima.

Creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP)

La educación pública mexicana nace con el liberalismo, con las leyes del 21 y 23 de octubre de 1833, expedidas por Gómez Farías, al crear la Dirección General de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales y al declarar libre la enseñanza y secularizar un conjunto de instituciones para dedicarlas a la tarea educativa y al definir la competencia del Estado respecto de la educación. En la reforma se afirma el proyecto de una educación pública, gratuita, dependiente del Estado, libre de la influencia eclesiástica y destinaba a toda la población. Pero la educación pública en México arranca en 1876, y desde entonces el gobierno se hace cargo de la educación y se constituye en eje rector, pretendiendo el bienestar y desarrollo del país. Surgieron varios personajes: Baranda, Sierra, Vasconcelos, Sáenz, Bassols, Torres Bodet y demás pedagogos y maestros que concretaron los ideales, como Barreda y Chávez. Con la Revolución y particularmente con la creación en 1921 de la Secretaría de Educación Pública, se cristaliza la organización de un sistema nacional que llega hasta nuestros días.

La Constitución de 1917 indudablemente que es un fruto revolucionario en materia de reivindicaciones sociales,

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