Golpe De Estado En Argentina
Enviado por arianaso • 22 de Junio de 2015 • 3.663 Palabras (15 Páginas) • 261 Visitas
GOLPE DE ESTADO
(1976-1983)
MATERIA: Historia de las ideas políticas en ARGENTINA
PROFESOR: Dr. LUIS RATTO
ALUMNO: VALERIA SOLEDAD GOMEZ
FECHA DE ENTRAGA: 19-06-2015
SEDE ACADEMICA CONURBANO SUR II FLORENCIO VARELA
INTRODUCCION
El 24 de marzo de 1976 se inicio el capítulo más violento y doloroso de la historia ARGENTINA: una junta de comandantes militares puso fin al gobierno de María Estela Martínez de Perón, se hizo cargo del gobierno y designo al general Rafael Videla como presidente. Los militares estuvieron en el poder hasta 1983: Videla gobernó entre 1976 y 1981, cuando fue sucedido por Roberto Viola; a fines de ese mismo año, Viola fue reemplazado por Leopoldo Galtieri. La derrota en la guerra de Malvinas en 1982 precipito la salida de Galtieri y su reemplazo por Bignone, el último presidente militar. En 1983 la Argentina volvió a elegir democráticamente a un presidente.
Según declaraba la propia junta en 1976, las nuevas autoridades pondrían en marcha un Proceso de Reorganización Nacional. Su objetivo era refundar las bases de la sociedad, recuperar el supuesto orden perdido y modificar el perfil económico del país. Pero para llevar a cabo estos planes era necesario, ante todo, terminar con cualquier foco de “subversión” que pudiera poner en juego la estabilidad que se quería conseguir. Por otro lado, era imprescindible controlar y silenciar a una sociedad que, pese a la poca reacción manifestada ante el golpe, poseía una importante experiencia de movilización. A su vez, la aplicación de los planes económicos previstos, que consistían básicamente en una reducción de las funciones del Estado y una apertura de la economía, no dejaría de generar reacciones por parte de trabajadores y sindicatos, las cuales también debían se acalladas.
Estos puntos de partida significaron que junto al Estado que se proponía construir un orden nuevo, se edifico un Estado clandestino que aplico un plan sistemático de represión para asegurar el control y el silenciamiento de cualquier tipo de oposición. Esto genero un clima de temor generalizado que profundizo la fragmentación y el aislamiento entre la población. La represión planificada y ejecutada por el gobierno militar ha dejado marcas indelebles en la historia argentina: 30 mil personas desaparecidas, otras tantas detenidas y torturadas, 500 bebes robados y miles de testimonios dan cuenta de la sistemática violación de derechos humanos ocurrida entre 1976 y 1983 llevada adelante por este “Estado terrorista”.
Por otro lado, los planes económicos que impulso la dictadura también dejaron un saldo por demás negativo para las décadas siguientes: la apertura de la economía significo la desestructuración de la industria nacional. Hacia comienzo de la década del 80, la economía parecía estar fuera de control. Además, el clima político, luego del año de silenciamiento producto de la represión, comenzó a agitarse: diversas organizaciones sociales y políticas se volvieron más visibles, el movimiento obrero consiguió reordenarse y poco a poco las denuncias contra el autoritarismo y la represión del gobierno militar cobraron mayor relevancia. A su vez, la junta militar mostraba claros síntomas de tensiones y disputas internas que volvían su situación mucho más precaria.
En ese contexto, se decidió la invasión a las islas Malvinas que condujo a la guerra contra Gran Bretaña. El estrepitoso fracaso de la aventura militar, la crisis económica y las presiones políticas terminaron por apresurar la transición a la democracia.
CRISIS Y GOLPE DE ESTADO
DE LA CRISIS AL GOLPE
Luego de la muerte de Perón, el 1° de julio de 1974, todos los conflictos que atravesaban la sociedad se profundizaron. Si bien institucionalmente la presidencia fue ocupada por su vicepresidente, Isabel Martínez de Perón, ninguna figura o sector político podía contener los enfrentamientos entre los distintos sectores, tanto dentro como fuera del peronismo.
La Triple A, organización armada clandestina dirigida por José López Rega desde el Ministerio de Bienestar Social cobro mayor protagonismo, y salió al cruce de los diversos grupos de izquierda. Por su parte, las organizaciones guerrilleras reformaron sus acciones armadas, que se traducían en atentados con explosivos, secuestros extorsivos, asesinatos políticos y copamientos de destacamentos militares y policiales. En 1975, la presidenta dio órdenes a las fuerzas armadas para intervenir en Tucumán y aniquilar al ERP, grupo guerrillero con fuerte presencia en la provincia; para ello, el ejército utilizo métodos ilegales, como el secuestro de personas y la tortura para obtener información. Esto, implicaba que la violencia ilícita era ejercida no solo desde las organizaciones clandestinas, sino también desde el propio Estado.
Para comienzos de 1976 los grupos armados habían perdido prácticamente toda su capacidad militar; además, el militarismo de montoneros le había hecho perder gran parte de las simpatías de las que gozara hasta 1974. Sin embargo, el gobierno de Isabel era cada vez más débil, al tiempo que la escena política seguía desgarrándose: el movimiento obrero estaba a la defensiva, particularmente después del plan económico de ajuste de 1975, los partidos políticos seguían discutiendo internamente, la economía continuaba en crisis y todo confluía para erosionar no solo la autoridad presidencial, sino la confianza misma en las instituciones democráticas. El único actor que parecía conservar poder y voluntad de ejercerlo eran las Fuerzas Armadas.
EL GOLPE Y EL PROCESO DE REORGANIZACION NACIONAL
El 24 de marzo, Isabel Perón fue detenida y trasladada al sur. Una junta de comandantes en jefe se hizo cargo del gobierno. Jorge Rafael Videla, integrante de esa junta fue nombrado presidente.
Según la junta, se iniciaba de esta manera un “Proceso de Reorganización Nacional” que buscaría construir un orden nuevo. Ese orden del que hablaban los militares implicaba una reorganización política e institucional, que los viejos partidos políticos aseguraría para las Fuerzas Armadas un rol central y decisivo en el sistema político. El objetivo del Proceso era implementar un nuevo plan económico. En este sentido, el orden que se promovía tenía que ver con garantizar el poder político de las Fuerzas Armadas, y a su vez, con asegurar la posición de los sectores económicos concentrados, vinculados
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