Golpe o Pronunciamiento?
Enviado por pabloko • 24 de Noviembre de 2013 • Práctica o problema • 1.623 Palabras (7 Páginas) • 216 Visitas
¿ Golpe o Pronunciamiento?
Ha transcurrido más de una década desde el retorno de la democracia a nuestro país, y los chilenos aún no somos capaces de escribir nuestra historia.
Las heridas aún están y es imposible evitar despertar sentimientos al tocar el tema.
En este ensayo no pretendo dar mi opinión acerca de uno de los períodos más importantes y trascendentales de la historia de nuestro país. Esto sería una falta de criterio de mi parte, porque no fui testigo de los hechos y sólo sé lo que me han dicho terceras personas, cada uno con su propia visión de los acontecimientos, que no siempre es la verdadera. Pero ¿puede haber una opinión objetiva al respecto?
El objetivo principal de este ensayo es mostrar alguna de esas versiones con respecto al Régimen Militar. Las opiniones van desde la razón del golpe, hasta las medidas tomadas durante el Gobierno del Gral. Augusto Pinochet Ugarte
En estas páginas quisiera recordar esta etapa, quisiera darle una mirada a ambos lados de la historia. Poder determinar un lado correcto y uno incorrecto sería mucho pedir. Me conformo con poder analizar de manera objetiva y tener la posibilidad de reconocer los aspectos positivos y negativos de cada una de las partes.
Espero, después de este análisis, poder formarme una opinión más fundamentada e instruida al respecto. De esta forma añoro poder hablar con conocimiento de causa de un tema que, en la mayoría de los casos, envuelve más pasión y emociones que sangre fría.
Desde antes de asumir la presidencia, el gobierno de Salvador Allende estuvo marcada por un halo trágico. No sólo era la cuarta vez consecutiva que se presentaba a las elecciones presidenciales, sino que, la única vez que logró la mayoría de los votos (y con esto el cargo de presidente) fue con apenas un tercio de la población. A esto se le sumaba el hecho de que la clase que lo apoyaba no era la más influyente política ni económicamente.
Con todos estos datos se podía predecir que la cuesta no se le haría fácil al líder comunista. Debería enfrentarse a dos tercios del país que eran opositores a su postura, entre los cuales se contaban los personajes más destacados e influyentes de la sociedad.
Como si esto fuera poco, contaba con un temible y poderoso enemigo: Estados Unidos. En plena guerra fría, la potencia norteamericana consideraba un riesgo considerable un gobierno marxista elegido democráticamente. Por ello creó una operación, llamada “Proyecto Fulbert”, que tenía como única misión derrocar y hundir al Gobierno comunista emergente en Chile.
La historia cuenta que Fidel Castro había aconsejado a su amigo Salvador Allende que estuviera en buen pie con las Fuerzas Armadas, pues ya eran conocidos los casos donde éstas habían derrocado gobiernos en muchas partes del mundo, e, incluso en Chile mismo, en los tiempos del General Carlos Ibáñez del Campo. Es por eso que el socialista nombró como Ministro del Interior al entonces comandante en jefe del ejército, Carlos Prats. Dado que este no era en absoluto indicado para el cargo - imposible no recordar su ataque de ira en plena costanera cuando disparó al aire a raíz de la protesta de algunas personas en la calle - se vio en la obligación de renunciar, no sólo al Ministerio, sino a la Comandancia también. Allende necesitaba a alguien de confianza en el puesto, a alguien que no fuera a traicionarlo bajo ningún motivo. Entonces se fijó en Augusto Pinochet Ugarte, un militar que se caracterizaba por su bajo perfil político.
Durante el gobierno del abanderado de la Unión Popular, el país se sumergió en la, probablemente, peor crisis de su historia, al menos desde los tiempos de la Anarquía en el siglo XIX. Si bien había logrado que el Congreso, por unanimidad, legislara sobre la nacionalización del Cobre y había logrado acelerar la repartición de tierras conforme a la Reforma Agraria, el país estaba hecho un caos. La confusión y la desorganización regían el país aún más que el propio gobierno. La población ya empezaba a impacientarse ante las volubles políticas del gabinete de Allende y las amenazas de quiebre eran cada día más evidentes, en especial las generadas dentro de la sociedad que se encontraba en una crisis de identidad que le impedía a la población sentirse apegada a algún tipo de ideal.
Entre las causas de la caída del Gobierno de Allende destacan: El Mínimo consenso entre la sociedad chilena. El país se encontraba dividido. El único punto en común era que todos deseaban que el presidente fuera elegido de manera democrática. Nada más. En todo otro orden de decisiones reinaba el caos, Vicios de los partidos políticos. Los partidos habían ido perdiendo credibilidad, ética y entereza. Esto se debía a la falta de democracia dentro de ellos mismos; a la intromisión de dichos partidos en el Gobierno, lo que traía constantes conflictos entre ellos y el Presidente; problemas de financiamiento, lo que hizo que estos perdieran su
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