Gombrich - Pueblos Prehistóricos

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Pueblos prehistóricos y primitivos; América antigua

No existen obras de arte, sino objetos con una función definida.

Para los primitivos, no existe diferencia entre construcción útil y creación de imagen, en cuanto a la necesidad concierne. Las imágenes están hechas para protegerles contra otras fuerzas que son, para ellos, tan reales como las de la Naturaleza. Pinturas y estatuas son empleadas con fines mágicos.

La mayoría de esas pinturas son extremadamente vívidas; pero es muy improbable que fueran realizadas con el propósito de decorar las paredes de las cuevas, porque generalmente se encuentran muy profundas en el interior de alguna montaña, alejadas de los sitios donde el hombre vivía. Además, están colocadas una encima de la otra, sin un orden aparente. Entonces, lo que sucedía era que estos cazadores primitivos, creían que con el solo hecho de pintar a sus presas, los animales verdaderos también serían cazados.

 No se trata de que la pintura sea bella, sino de si ésta funciona, es decir, puede ejecutar la magia requerida. Para esto, el artista trabaja con colores y formas que toda la tribu reconoce y sabe lo que significa

 Habilidad en la talla, cestería, preparación del cuero, trabajo con metales, gracias a la especialización que fueron adquiriendo estos artesanos con el paso de los siglos

Cueva de Lascaux con pinturas alrededor del techo

Cueva de Altamira

Cueva de Font de Gaume

Máscara ritual de Alaska, que representa un demonio de la montaña devorador de hombres con el rostro manchado de sangre

Cabeza en bronce de un negro

Oro, dios bélico, de Tahití: madera recubierta de un trenzado de fibras vegetales

Máscara ritual procedente de Nueva Guinea, con la que se revestían los miembros de una sociedad secreta

Dios de la lluvia azteca Tlaloc. En esas zonas tropicales la lluvia es cuestión de vida o muerte, pues sin ella sus cosechas pueden fallar y morir de hambre. El alba, en el cielo, aparece en su imaginación como una gran serpiente. Es por ello que muchos pueblos americanos han considerado a la serpiente de cascabel como un ser sagrado y poderoso. Si se observa más detenidamente la figura de Tlaloc podemos ver que su boca está formada por dos cabezas de esa clase de ofidios, y que su nariz es el cuerpo retorcido de una serpiente. Incluso quizás hasta sus ojos parecen dos culebras enroscadas.

Con esta estatua, se cree que se intentaba conjurar tormentas, invocando a este dios con los cuerpos de las serpientes sagradas que corporeizaban la fuerza de la luz

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