Gregorio weimber

El nuevo mundo como lo designaron los europeos cuando llegaron  a finales del siglo XV a América, no era un territorio vacío sin historia, en el coexistían una gran variedad de sociedades organizadas en todas sus dimensiones: económica, social cultural, política y por ende educativamente. Cada una de ellas con un desarrollo propio, es decir, dependiente de su evolución, algunas nómades otras sedentarias o grandes culturas que presentaban un desarrollo mayor a las demás.

Una de las sociedades va a ser la Tupi o tupinamba, provenientes de las playas brasileras que en el arribo de los europeos estaban en plena revolución agrícola, pasaron de ser cazadores y recolectores a cultivar una variedad de productos para su subsistencia. Una sociedad tradicional, que va a estar muy poco fragmentada a diferencias de otras, la educación en los tupinamba estaba condicionada por tres puntos propia de su cultura, el primero poniendo un énfasis en “la tradición” como un mecanismo para lograr una conducta deseada, el segundo “aprender haciendo” como el valor de la acción, y por último la “valoración del legado” y el contenido práctico de sus tradiciones. La educación estaba determinada por el sexo y la edad, y la trasmisión de los conocimientos no se da de forma institucionalizada, era de manera informal o asistemática, predominaba el ejemplo y todos los miembros de la tribu estaban vinculados al aprendizaje: desde la familia nuclear a las interdependientes en la tribu, esto era necesario ya que el aprendizaje se daba de forma lenta y continua, y lograr la trasmisión era lo esencial, con ella se daba la cohesión de está creando sujetos que sean capaces de dirigir la tribu, y también Shamanes, que continuarían con los legados espirituales.

“A pesar de carácter asistemático, la educación entre los Tupinamba lograba a su manera lo que se propone cualquier sistema educativo: trasmisión de conocimientos, formación de la personalidad, ajuste a la comunidad, selección y promoción de dirigentes; indudablemente los medios empleados eran funcionales a su objetivo, puesto que aseguraban su supervivencia y cohesión interna”.^[1]

A diferencia de los Tupi, la sociedad Mexica o Azteca contaban con una organización mucho más compleja, se instalaron en Tenochtitlan (México) y desarrollaron grandes conocimientos en diversas materias: ciencia, escritura agricultura. Su sistema social lo conformaban unos sacerdotes, grupos militares y una escasa burocracia administrativa. Considerada como una sociedad guerrera que imponía su poder conquistado nuevos territorios, estos a su vez le brindaban tributos en forma de alimentos como en hombres para sus rituales sagrados.

Con respecto al rol de cada sujeto en la sociedad, era definida por el sexo y este comenzaba desde la niñez, los varones ayudarían a sus padres en las labores como la pesca, caza cultivo, etc.; y las mujeres seguirían las labores de su madre hilado tejido etc. El primer aprendizaje se daba de forma severa, incluía castigos corporales, y el núcleo familiar era el encargado de trasmitirlos.

Además de la educación domestica existía una educación escolar que denotaba la estratificación social que tenían, existían dos tipos de establecimientos: uno el Camelcac y el Telpchcalli; ambos gobernados y administrados por el estado. En la primera institución ingresaban los hijos de príncipes y sacerdotes, en la segunda los hijos de los Macehualtin(gente del pueblo). Los conocimientos trasmitidos, van a estar determinados por el rol que cada uno cumpliría, en el calmelcac se trasmitían los conocimientos más elevados, interpretación de libros sagrados, nociones históricas, conocimientos de los astros y continuidad del calendario; en el telpochalli se enseñaban elementos de religión moral, pero sobre todo el arte de la guerra . En los aztecas existía una educación institucionalizada, con fines específicos que regulaban la cohesión de esta, y por supuesto el rol de cada uno.

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