Gritos Y Sombrerazos
Enviado por verogonzalez26 • 7 de Diciembre de 2014 • 420 Palabras (2 Páginas) • 287 Visitas
En los libros sobre educación sexual, mediaciones privilegiadas a través de las cuales diversas concepciones se sistematizan y difunden las intervenciones de la medicina, la ortopedia, la psiquiatría y otras “ciencias positivas” han sido fundamentales para situar el ámbito de la sexualidad en una topografía cultural en donde aparecen claros los límites entre la luz y las sombras así como la legalidad que define la forma, el comportamiento y las cualidades de lo licito, lo sano, lo cuerdo y lo normal.
Del otro lado de este acontecimiento, crece y se multiplica el inventario de la intolerancia que excluye y descalifica los comportamientos que se encuentran en los márgenes de sus propias cosmovisiones ubicándolos dentro de la enfermedad, la locura y la perversión.
Lo que se propone la historia es registrar los complejos que enlazan “al hombre y a la mujer de la calle” con sus creencias, saberes y explicaciones sobre porque la realidad es como es e intervienen en su moral, su sexualidad, su vida y su muerte.
La ciencia, la filosofía y la política afirman la necesidad de detener el cambio.
La mentalidad conservadora se identifica con discursos que tienen varios orígenes, uno de ellos, con el que se le asocia más frecuentemente, es el religioso. Pero la ciencia, la filosofía y la política han contribuido también en la construcción de sus argumentos. Todos ellos afirman la necesidad de detener el cambio, de preservar el statu quo como imperativo para la vida humana, como condición de sobrevivencia.
A fines del siglo pasado y principios del siglo XX apareció la eugenesia, como una nueva ciencia que tenía como propósito: “la formación de una nueva mentalidad; la constitución de una sociedad sana y moral y una humanidad de individuos íntegramente fuertes y bellos”.
La educación:
Es entonces el campo fértil en que la eugenesia pretende instalarse para lograr sus fines.
Según la Sociedad Eugenésica Mexicana, la educación sexual debe comprender 3 ciclos obligatorios. En el primero, para niños de 6 a 9 años de edad, deberán tratarse: “Nociones primarias sobre la transmisión de la vida animal, vegetal y humana. El fin de este curso es que el niño sin malicia, emoción o escándalo, aprenda, razone y comprenda que todo ser vivo proviene de seres iguales, sus ascendientes, que le transmiten la vida, sana o enferma, feliz o de sufrimiento como el mismo lo hará a su hora”. Los responsables de educar sexualmente al niño en este periodo son tanto los padres como los maestros, pues estos temas deberán abordarse lo mismo en el hogar que en la escuela.
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