Guerra Argentina Gran Bretaña
Enviado por Yairetk • 26 de Abril de 2013 • 1.765 Palabras (8 Páginas) • 629 Visitas
LA SOCIEDAD ARGENTINA, EL SENTIMIENTO NACIONAL
El gobierno militar había obtenido una cabal victoria política al identificarse con una reivindicación de la sociedad que arraigaba en un profundo sentimiento alimentado por una tradicional cultura política nacionalista y antimperialista, que ya parecía archivada, pero que resurgió vigorosamente.
También había captado las formas pueriles y superficiales en que esos sentimientos se manifestaban, el torpe chauvinismo con que se mezclaba, así como el fácil triunfalismo y el belicismo acrítico, revelador de una desintegración de convicciones políticas que otrora habían sido sólidas y profundas.
La sociedad argentina que había festejado el triunfo argentino en el Campeonato Mundial de Fútbol, ahora se alegraba de haber ganado una batalla, y con la misma inconsciencia se disponía a avanzar, si era necesario, hacia una guerra. Si triunfaba Argentina, los militares habrían saldado sus deudas con la sociedad, al solo precio de conceder una mayor libertad para que se expresaran voces no regimentadas, que sin embargo, cuando se apartaban del libreto oficial, eran fácilmente descartadas.
A lo largo del transcurso de la contienda en Buenos Aires, la figura del Alcázar de Toledo, su heroica resistencia, y la posibilidad de que se produjera algún cambio en el equilibrio de las fuerzas en el mundo, ocupó el imaginario social y el de los militares.
Pero poco a poco se produjo un cambio en la opinión pública, demorado por la total manipulación de los medios de información. Las noticias llegaban al público y les hacían creer al público argentino que Argentina estaba ganando la guerra.
En medio del clima triunfalista empezaron aparecer voces críticas: algunos hablaban en nombre de los Estados Unidos y reclamaban contra una guerra y un alineamiento imposibles. Otros desde la izquierda exigían profundizar los aspectos antimperialistas del conflicto y atacar a los representantes locales de los agresores.
En los actos de la C.G.T., por el primero de mayo volvieron a alzarse las voces agrias, mientras que dentro del radicalismo, cuya conducción oficial había aceptado mansamente los términos de la cuestión por el gobierno, Raúl Alfonsín, que dirigía el sector opositor, propuso la constitución de un gobierno civil de transición, que encabezaría el ex presidente Illia.
Entre protestas crecientes por falta de información, el tema del país luego de la guerra se instaló en la opinión pública, y reafirmó a los militares en su convicción inicial, por lo que para ellos la unica salida podía ser la victoria. Inaudita falta de realismo en muchos de los informes militares emitidos durante la campaña.
La increíble falta de realismo, que alcanzó niveles inauditos en el contenido de no pocos informes cursados sobre la situación militar, fue también reprobada en el Informe Rattenbach. Esta fue, de hecho, otra de las actuaciones viciosas señaladas por el propio Informe en la conducta del general Menéndez, cuyos mensajes, según se pudo comprobar después, daban una idea harto errónea de la verdadera situación militar. Pero, según revela el Informe, este vicio no fue sólo imputable al Comandante Militar, sino que tuvo carácter general:
“Dentro de la Fuerza Ejército, empeñada en las islas Malvinas, se observó, especialmente a nivel táctico, una tendencia generalizada a no evaluar, en muchos casos, elementos reales que afectaban a las situaciones. Esta tendencia, que produjo efectos sumamente peligrosos al no analizarse a la luz de la realidad una determinada situación que ocurrió sorpresivamente, aun para las máximas autoridades nacionales militar, tuvo una cabal demostración en la caída del Puerto Argentino, hecho éste. Tal desconocimiento de la realidad tuvo dos cansas principales:
a) Ausencia del comandante superior en sus unidades subordinadas, para el mejor conocimiento de sus problemas y necesidades, y para el estímulo y apoyo personal de su presencia.
b) Falta de disposición espiritual por parte de algunos mandos subordinados para informar a mis superiores, en forma objetiva y veraz, sobre hechas u opiniones que podían no ser del agrado de éstos.
Como ejemplo límite de esta actitud rayan en lo ridículo, el mismo Informe cita la exposición del general jefe de una de las Brigadas actuantes en la campaña, el cual, ante el Comandante en Jefe del Ejército, expresó así la situación de sus tropas atención a la fecha el día 9 de junio de 1982:
“A pesar de las inclemencias del tiempo, prolongada estadía del personal en sus posiciones, y problemas de provisión de alimentos, el estado físico es bueno y el estado anímico es excelente, merced a la intensa acción del mando.”
Pues bien; pese a ese estado, bueno en lo físico, excelente en lo anímico, y a esa intensa acción del mando, cinco días después se producía la rendición. Noticia que, si bien no sorprendió en absoluto en España donde seguíamos la marcha de las operaciones y conocíamos cl imparable avance británico y su tenaza sobre la capital, resultó en cambio inesperada y traumática en la Argentina, donde ni siquiera las máximas autoridades según reconoce explícitamente el Informe Rattenbach, como acabamos de ver conocían el verdadero cariz de la situación en las últimas fechas que precedieron al derrumbe final.
LA CRISIS DE LA JUNTA MILITAR
El presidente Galtieri intentó reivindicar la autoridad después de la guerra, pero la autoridad efectiva no es el resultado de retóricas marciales. La crisis del gobierno militar fue una consecuencia de la guerra. La derrota había puesto la semilla de la humillación en el terreno militar, haciendo de algunos sectores castrenses un factor de perturbación que perduraría en el futuro. El 23 de junio la Junta Militar que hizo la guerra se disolvió, el ejército se hizo cargo de la situación y designó presidente a Reynaldo Bignone desde el 1 de julio para que
...