La Gran Inmigracion En La Argentina

La Gran Inmigración en la Argentina

La inmigración europea ocurrió desde 1820 hasta 1930 aproximadamente, las principales causas de esta, fue la pobreza, el exceso de población en los países europeos, los grandes cambios ocurridos en la revolución industrial y las relaciones capitalistas, hubo transformaciones en la tendencia y la comercialización en la tierra del continente europeo y como la gente buscaba un futuro mejor, se dirigieron generalmente a loe Estados Unidos, Argentina, Canadá, Brasil, Australia, Cuba y Uruguay.

El Estado Argentino, dirigido por el presidente Avellaneda, sancionó su ley en 1876 tenía como objetivo atraer a los inmigrantes para que trabajen en zonas de agricultura y ganadería. Ésta se dedicó a la formación de un Departamento General de la Inmigración, que se encargaba de coordinar la publicidad que le daban a la Argentina por los beneficios que les brindaban y las posibilidades de obtener una tierra, del el viaje de los inmigrantes, y de disponer de tierras públicas rurales para que lleven a cabo su trabajo. Y también se dedicó a crear Oficinas de Colocación de Trabajadores.

Así, el Estado les pagaba los pasajes en buques desde sus aeropuertos hasta el de Buenos Aires, les ofrecían alojamiento y comida gratuitamente en el Hotel de Inmigrantes, que tenía buenas instalaciones, mientras la Oficinas de Empleo les buscaba una ocupación. La Ley de Avellaneda se transformó en el marco legal de la llegada de un gran número de inmigrantes europeos al puerto de Buenos Aires, y la Argentina fue el segundo lugar de inmigración europea en América, después de los Estados Unidos, y el primero en Sudamérica.

En cada región de la Argentina se situaba una nacionalidad distinta: gran parte de la inmigración, que eran los italianos, se asentaba en el Litoral ya que fue la que principalmente se ocupo de la expansión económica. Los españoles en las provincias de Santa Fe y Córdoba. Los sirio-libaneses, en Tucumán. Y en Mendoza, se fueron asentando primero los españoles, siguiéndoles los italianos y franceses.

Muchos inmigrantes se dedicaron a trabajos que formaron parte del desarrollo cultural y económico en la Argentina, por eso existía una diversidad cultural que era producto de los diferentes grupos nacionales. En las ciudades vivían trabajadores que se dedicaban a la zapatería, a la panadería, a la mecánica, y también eran conductores de carros y carreteras, construían ferrocarriles, etc.

En 1914, al realizarse el Censo Nacional, se comprobó que la población Argentina era muy heterogénea y trajo preocupaciones en cuanto a la identidad nacional. Entonces se implementó la Ley de Residencia, que se comenzó a expulsar a aquellos inmigrantes que no ofrecían mano de obra en las zonas rurales (mayormente italianos), y a limitar la ayuda pública así disminuye el ingreso de los mismos.

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