Guerra De Irak - Antecedentes
Enviado por dn2000 • 24 de Enero de 2015 • 2.298 Palabras (10 Páginas) • 634 Visitas
ANTECEDENTES
El concepto moderno de imperialismo es la práctica de dominación llevada a cabo por naciones con mayor poder económico y comercial, para ampliar sus influencias sobre naciones menos desarrolladas.
IMPERIALISMO ESTADOUNIDENSE: Es un término utilizado para hacer referencia al expansionismo histórico, las invasiones y colonialismo que forman parte de la historia y actual influencia política, cultural, militar y económica de los Estados Unidos a escala mundial.
Estados Unidos ha impuesto a través de diversas formas el imperialismo a países subdesarrollados o con menor poder político, creando así el imperialismo económico y político.
IMPERIALISMO ECONOMICO:
El imperialismo económico de EE. UU., se caracteriza por:
1. Llevar a los países a contraer préstamos que los comprometen con grandes deudas.
2. Traslado de filiales hacia los países subdesarrollados para conseguir mano de obra barata.
3. Control de la política de los países dependientes, e instalación de "gobiernos obedientes" que estén dispuestos a suscribir tratados comerciales que abaraten para EE. UU. las materias primas que éste necesita para el mercado mundial, y que eximan a sus empresas multinacionales de pagar aduanas en esos países.
Estas son medidas que conllevan evitar que estos países se desarrollen por sí mismos. Lo anterior se logra con golpes de Estado, invasiones, pero también los empréstitos y el control de la natalidad con lo cual EE. UU. Intenta perpetuar su dominio.
IMPERIALISMO POLITICO:
A lo largo de la historia Estados Unidos ha derrocado o tratado de derrocar a numerosos gobiernos extranjeros percibidos como hostiles.
EE.UU. practicó esta política a través de la participación directa de sus agentes, por medio de financiación y formación de grupos insurgentes dentro de estos países, campañas de propaganda, golpes de estado, y otras actividades por lo general realizadas por la CIA. También ha realizado cambios de régimen mediante la acción militar directa.
EL IMPERIALISMO EN EL MEDIO ORIENTE:
El imperialismo anglo-estadounidense fuertemente anclado sobre el Estado sionista puso en marcha sus planes con el objetivo de colocar nuevamente la región bajo su control. Iraq e Irán eran las piezas clave.
Iraq e Irán son dos destacadas potencias regionales que, sobre todo desde que se sacudieron el yugo colonial, consiguieron un importante desarrollo demográfico y tecnológico, con una fuerte identidad nacional. Ambos países se sitúan en los primeros lugares del mundo en cuanto a reservas y producción de petróleo y gas de gran calidad y con bajos costos de extracción. Irán produce cerca de 4 millones de barriles por día. Iraq extraía, antes de 1991, 3 millones de barriles diarios y cuenta con las segundas más grandes reservas del mundo.
Iraq, junto a Palestina, era un referente de la identidad árabe, con políticas claramente antisionistas y antiimperialistas. Nacionalizó su petróleo en 1972 – al tiempo que lo hicieron Argelia y Libia – después de un periodo de revueltas populares que acabaron con la monarquía títere de Gran Bretaña. A la expropiación de la compañía británica Irak Petroleum Company le sucedió un embargo total que duró varios años durante el cual, según recuerda el pueblo iraquí, “sólo comieron dátiles”.
La guerra Irán e Iraq, primera Guerra del Golfo
Desde 1980 hasta 1988 Iraq e Irán se desangraron y debilitaron enormemente en una guerra sin vencedor, dejó más de un millón de muertos. Iraq recibió importante apoyo técnico y armamentístico de EE.UU, directamente interesado en desgastar a un Irán que había salido decididamente de su órbita tras el derrocamiento del Sha un año antes. Irán fue respaldado por Siria y Libia.
Bien conocido es el affaire Iran – Contra (9a), operación mediante la cual el Gobierno de Reagan vendió armas a Irán – violando el embargo por él decretado - por valor de 47 millones de dólares con los que financió a la Contra nicaragüense.
Las dos potencias independientes Irán e Iraq, dueñas de ingentes recursos energéticos quedaron enormemente desgastadas y profundamente enfrentadas.
El ataque a Iraq de 1991
Tras la guerra contra Irán, Iraq quedó muy debilitado económicamente. Había contraído importantes deudas con los países del Golfo, estimadas en 80.000 millones de dólares, y se había visto obligado a reducir drásticamente su producción de petróleo de 2 millones y medio a 600.000 barriles por día.
En la reunión de la OPEP mantenida el 26 de julio de 1990 se produjo un grave enfrentamiento entre Iraq y Kuwait por la propuesta de este último de reducir el precio del petróleo a 14 dólares aumentando sustancialmente la producción. Iraq pretendía situarlo entre 18 y 25 dólares, nivel imprescindible para financiar su recuperación. Por otra parte Iraq se había quedado sin salida al mar tras la destrucción de las instalaciones del estuario del Tigris y el Éufrates en la guerra con Irán y necesitaba utilizar la franja costera kuwaití, objeto también de históricas reivindicaciones territoriales.
El 2 de agosto de 1990 Iraq decide invadir este país. Kuwait formaba parte del territorio histórico de Iraq y fue escindido artificialmente por Gran Bretaña 70 años antes, donde colocó una monarquía títere. El objetivo fue desgajar de Iraq un territorio repleto de petróleo, usurparle su salida al mar y utilizarlo como palanca de desestabilización de la zona. La perspectiva histórica y los acontecimientos sucedidos permiten afirmar que el gobierno iraquí mordió el anzuelo de una provocación que formaba parte de planes geoestratégicos del imperialismo sobre Oriente Medio.
El 16 de enero de 1991 se inició la devastación de Iraq. Durante 42 días, EE.UU. la mayor potencia imperial del mundo lanzaba sobre un país periférico, de 20 millones de habitantes y con nivel de desarrollo medio, 109.876 misiones de bombardeos, una cada 34 segundos, que dejaron 88.500 toneladas de bombas, siete veces y media más que las que la misma potencia arrojó en 1945 sobre Hiroshima.
La población iraquí que vio aniquiladas sus fábricas, refinerías, infraestructuras de todo tipo, escuelas hospitales, carreteras… etc., dejando como saldo medio millón de muertos. A continuación, doce largos años de embargo decretado por el Consejo de Seguridad de la ONU debilitaron el país hasta la extenuación.
El ataque fue realizado por una coalición multinacional liderada por EE.UU. y Gran Bretaña, en la que participaron Arabia Saudita, Egipto, Siria y Francia. Japón y Alemania contribuyeron generosamente a su financiación.
La Comunidad Económica Europea calló otorgando, mientras los países
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