Guerra Fría
Enviado por ameliamoran • 23 de Octubre de 2013 • 2.589 Palabras (11 Páginas) • 312 Visitas
EL MUNDO DESPUÉS DE 1945. EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL.
El panorama político que siguió a la Segunda Guerra Mundial estuvo condicionado por el papel de Estados Unidos y la Unión Soviética, que no supieron ponerse de acuerdo sobre la manera de reordenación del mundo, ya que representaban dos sistemas políticos, dos modelos económicos y dos formas de organización social opuestas e irreconciliables. Así pues, el objetivo prioritario de los vencedores fue garantizar la existencia de dos bloques, liderados por las dos superpotencias, y asegurar que el resto de países se alineasen en función de los intereses de estos dos Estados.
El bloque capitalista y el bloque socialista fueron conformando dos modelos sociales y políticos tan diferenciados que en unas ocasiones estuvieron a punto de enfrentarse y en otras redujeron distancias, convencidos de la imposibilidad de destruirse sin poner en peligro el futuro de la humanidad. Las relaciones internacionales pasaron, pues, de lo que se ha denominado Guerra Fría (conflicto entre los bloques en todos los aspectos menos en el enfrentamiento militar directo) a la coexistencia pacífica (aceptación de la existencia del otro bloque y necesidad de establecer relaciones pacíficas).
LOS ORÍGENES DE LA GUERRA FRÍA
La Segunda Guerra Mundial abrió paso a un nuevo esquema de relacionamiento internacional que puede caracterizarse por:
La bipolaridad y el hundimiento del poderío europeo tradicional.
La hegemonía de dos nuevas superpotencias: EEUU y la URSS.
La intensificación de los procesos de descolonización.
La creación de un nuevo organismo de arbitraje internacional: la ONU. Dinámica de roles sobre la Conferencia de Moscú y los orígenes de la Guerra Fría.
LA BIPOLARIDAD Y EL HUNDIMIENTO DE EUROPA
El mundo que emergió de la Segunda Guerra Mundial estaba profundamente dividido en dos campos, que fueron intensificando sus diferencias como consecuencia del antagonismo en sus estructuras económico-sociales.
El antiguo sistema de equilibró multilateral, cuyo centro era Europa, había sido sustituido por un sistema bilateral de dos superpotencias extra europeas: Estados Unidos y la Unión Soviética.
Ellas superaron en poderío económico, militar, científico y técnico a las demás naciones del planeta estableciendo una bipolaridad que permite explicar, en buena medida, la marcha de los acontecimientos mundiales hasta 1990.
Las potencias occidentales de Europa, debilitadas por la Primera Guerra y los sucesos de entreguerras, recibieron, con la Segunda Guerra, el golpe de gracia que la desplazó del lugar de privilegio que monopolizaban desde hacía un cuarto de siglo,
En el marco de esta realidad, el espacio europeo quedó dividido en dos: el occidental y el oriental.
Se denominó Europa Occidental al conjunto de países que, concluida la Segunda Guerra, no se integraron al socialismo. Por lo tanto, el término “occidental” está más cargado de sentido ideológico que de rigor geográfico.
El bloque de Europa Oriental, por su parte, lo constituyó el espacio ocupado por las naciones que se volcaron, voluntariamente o por la fuerza, al socialismo soviético.
LAS SUPERPOTENCIAS: EE.UU. Y LA URSS
EEUU. Con su territorio intacto y su productividad industrial enormemente aumentada, fue la principal fuente para la reconstrucción de las maltrechas economías de Europa
A sus aliados ofreció grandes cantidades de dinero, materiales excedentes de guerra y ayuda técnica. Como único ocupante de Japón y una de las cuatro potencias ocupantes de Alemania, también volcó dinero y esfuerzos en la rehabilitación de sus enemigos, estimulando su resurgimiento.
La ayuda económica que prestó estaba íntimamente ligada a la lucha ideológica que se planteaba con el campo socialista: no asistir a los países perjudicados por la guerra podía significar la pérdida de su fidelidad.
El 12 de marzo de 1947, el presidente estadounidense Harry Truman proclamó formalmente su posición frente a la URSS y sus aliados. En su doctrina, el primer mandatario presentó este enfrentamiento como un combate ideológico entre la libertad y el totalitarismo; por tanto, toda acción intervencionista en el mundo que atendiera esta realidad estaba plenamente justificada.
En este marco, el secretario de Estado George Marshall anunció un plan de ayuda (el Plan Marshall) a los países europeos, hasta que afianzaran su reconstrucción económica y social. Los objetivos del programa eran brindar ayuda económica y técnica promoviendo la producción industrial y agrícola, afianzando la solidez financiera y monetaria de los países, y estimulando el desarrollo del comercio internacional de los participantes entre sí y con otras naciones, Su mayor virtud residía en que por medio de él se podía sostener el superávit de las exportaciones norteamericanas y al mismo tiempo fortalecer las economías de las naciones pro occidentales, disipando el peligro de una atracción del bloque socialista. Entre 1948 y 1952 el plan aportó casi 17.000 millones de dólares a un total de 16 países, de los cuales 9.000 millones fueron donaciones. El Plan Marshall, que en realidad volcó menos capitales de los que inicialmente había prometido, constituyó un factor fundamental en la recuperación europea, cimentando un régimen de intercambio e interdependencia que también favoreció la expansión norteamericana en el plano económico y una mayor presencia en el plano político y militar.
La URSS. Ejerció una gran influencia en Europa Oriental, Presionó a los países de su esfera para que rechazaran la ayuda ofrecida, acusando al Plan de tener escondidas intenciones imperialistas. Brindó, no obstante, su apoyo, en base a la adopción de los lineamientos de planificación y colectivización de la economía soviética.
Uno tras otro, los países lindantes con la Unión Soviética, que habían sido liberados de los nazis con al ayuda del “ejercito rojo”, adoptaron gobiernos de coalición dirigidos por los comunistas, quienes establecieron, a partir de 1948, regímenes denominados “democracias populares”.
Tras un período de pluralismo político en el que se realizaron elecciones parlamentarias libres, se procedió a eliminar a la oposición e instrumentar el control de los partidos comunistas sobre sus aliados frentepopulistas. Estos cambios fueron acompañados de la nacionalización de los principales recursos económicos y de la elaboración de los primeros planes a corto plazo.
En el plano interno, el régimen soviético fue adquiriendo características cada vez más autoritarias, consolidándose el culto a la personalidad de Stalin. Convertido en el conductor de la revolución mundial y en la esperanza de millones de seres humanos.
El
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