HISOTIRA DEL DERECHO EN TIEMPOS DE LA CONFEDERACION
Enviado por anita1980 • 5 de Febrero de 2014 • 2.330 Palabras (10 Páginas) • 229 Visitas
“EL PENSAMIENTO POLITICO DE LOS CAUDILLOS EN TIEMPOS DE LA CONFEDERACION”
Materia:
DERECHO Y JUSTICIA EN TIEMPOS DE CONFEDERACION
Catedra: Dr. Sandro Olazza Pallero
Alumnos: Ada
Anahi
Griselda
Laura
Matias
Julio de 2013 – Universidad de Buenos Aires
INTRODUCCION: “Caudillo” se llama, entre nosotros, al conductor de los grandes movimientos populares, al hombre que guía una multitud porque siente como ella y se encuentra identificado con ella. Sarmiento preciso este termino con mucha justeza cuando dijo en su Facundo: “Porque en Facundo Quiroga veo una manifestación de la vida argentina, el caudillo es la multitud misma hecha símbolo y hecha accion”. Justamente por encontrarse el caudillo identificado con la multitud, es que ha llegado a ser su conductor: por su boca y su gesto, habla y se expresa la multitud misma; como ella es arriesgado y altanero, a veces injusto y cruel; no es un individuo, es una muchedumbre. 1
A través de sus caudillos los movimientos populares llegan al gobierno y perduran en una acción constructiva. Sin caudillos los movimientos populares son caòticos, anàrquicos: estallidos de la masa, intensísimos, pero necesariamente breves. La Revolucion Nacional y Popular de Mayo de 1810 serà continuada por los caudillos. Con el gobierno de los caudillos se reanudaría la obra nacional iniciada en 1810, ellos no se consagraran a reformas edilicias y no se agotaran en polémicas sobre de èste o aquel sistema constitucional a copiar de Francia o de Estados Unidos. Eso los tenia muy sin cuidado: no iban a lo formal; iban a lo profundo. Dejaron el estado para mas adelante, había que ocuparse de la Nacion. 1
Consiguieron la unidad nacional; las catorce provincias enemigas fueron pacientemente reunidas por el Pacto Federal de 1831 en “Confederacion Argentina” , los federales reconstruían la unidad que los unitarios habían desecho.1.
Mientras Buenos Aires se perfumaba y bailaba el minué, el interior era reducido a la desesperación; diezmados por las guerras de independencia, arruinadas por la invasion de mercaderías británicas y usurpadas sus rentas por la orgullosa metrópoli, las provincias argentinas se replegaron. Surgieron entonces jefes armados al mando de tropas irregulares que defendieron como pudieron “las autonomías” provinciales y resistieron la política absorbente de Buenos Aires. Los caudillos aparecieron cuando Moreno habia dejado de existir y con èl una política genuinamente nacional. Asi nació el Federalismo, resultado del despojo de la riqueza argentina por una sola provincia. El monopolio del rey fue suplantado por el monopolio de la oligarquía porteña. La metrópoli bonaerense hizo del país su propia colonia. 2
La propiedad privada no tenia en los campos de Buenos Aires fronteras muy precisas; los alambrados no existían y la posesión efectiva de los ganados, aunque pertenecían a dueños nominales cuyos títulos eran herencia de viejos privilegios reales, rara vez se alcanzaban plenamente.3 . En esas condiciones, el gaucho era el señor de las pampas, desjarretaba una vaca cuando tenia hambre, vendia su cuero en la pulpería mas próxima o lo cambiaba por los mas indispensables artículos de consumo, sus vicios. 2
Los mas civilizados de estos seminomadas se empleaban temporariamente en la yerra o esquila de las estancias. El comercio libre destruyò el viejo estilo de vida del gauchaje. La industria saladeril transformo a la carne vacuna en la parte mas preciada del animal. Fue quebrantada la tradición del sacrificar vacas libremente. El criollo pampeano se sintió acorralado por el hambre. A través de un decreto de 1812, se daba libertad a la exportación y se fijaba un impuesto del 20% a quien consumiera carne en el mercado interno. En 1815 aparece el famoso decreto sobre la vagancia”: todo individuo de la campaña que no sea propietario, seria considerado sirviente y quedaba obligado a reconocer un patrón. Amparados en la ley de vagancia , los terratenientes acapararon las mejores tierras, usurparon los campos de los labradores empobrecidos que trabajaban mas de 2000 quintas productoras de trigo y otros cereales y las transformaron en campos de pastoreo cercanos al puerto exportador. Muchos campesinos criollos, arruinados por la voracidad terrateniente, engrosaron las montoneras provincianas o se hicieron guerreros del ejercito privado de Rosas, el gran estanciero, que pudo sostener a grandes peonadas y soldados en sus opulentas estancias. La grandiosa posibilidad de la nación latinoamericana es ahogada y el siglo XIX asistirá a su trágica balcanización.2
1. Estudios Revisionistas. Joae Maria Rosa. Editorial Sudestada. Pag.33,43 y 44
2. Revolucion y Contrarevolucion en Argentina. Jorge A.Ramos. Tomo I. Pag 33,35,36,37,38
3. Alvarez, ob. Cit., 68
DESARROLLO DEL PENSAMIENTO POLITICO DE LOS CAUDILLOS:
Juan Manuel de Rosas
(1793-1877)
Nació en la ciudad de Buenos Aires, en la actual calle Sarmiento entre las calles Florida y San Martín, perteneció a una acaudalada familia.
Rosas ha sido uno de los pocos hombres que llego al gobierno de la Provincia de Buenos Aires y tomo la representación de los Asuntos Extranjeros con plena conciencia del momento que le tocaba vivir y al mismo tiempo con una proyección al futuro. Sus detractores le acusan el haber insumido y gobernado con la suma del poder, sin comprender que en esos momentos no había otra solución para evitar la disgregación territorial.Sus admiradores, en cambio, pretenden ver en el al defensor sintacha de la soberanía nacional, basados en las agresiones que argentinos y ectranjeron llevaron a cabo. Dejan de la lado la apreciación de que pasados los primeros momentos, Rosas se convitio en un remora para el adelanto institucional y material de la Nacion.
Juan Manuel de Rosas es la expresión política de la burguesía vacuna y terrateniente que para 1834 necesitaba urgentemente del poder político para afirmar su desarrollo como clase. Ademas tenia capacidad de trabajo personal como muy pocos hombres públicos han demostrado. El relato de algunos viajeros lo describen sentado a su escritorio durante horas y horas, fatigado a los amanuenses, tratando todos los asuntos, aun mas insignificantes. Por su formación hogareña, por educación y por estructura mental , Juan Manuel de Rosas fue católico. Creia en Dios de acuerdo a las enseñanzas del Evangelio, pero como hombre político, había sabido separar y diferenciar el dogma y la acción
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