HIistoria

Quizás el peligro más grave, en la utilización del término "historia", sea el de su doble contenido: "historia" designa a la vez el conocimiento de una materia y la materia de este conocimiento.

Dado que el pasado es pasado, es decir, no renovable por definición, se confunde para nosotros con lo que nos ha sido transmitido. El conocimiento se confunde, así, con la materia. Sin embargo, la historia así entendida es una construcción de los que la han escrito en un grado mucho mayor a aquel en que la física es una construcción de los físicos, puesto que toda afirmación de éstos puede experimentarse, mientras que en historia, en el mejor de los casos -cuando existe "documentación"-, se puede verificar un hecho, no una interpretación. "La historia no se repite".

Si el historiador dice (en pasado condicional): "si se hubiera hecho esto, hubiera sucedido aquello", nada le permite probarlo. Como norma general se le aconseja abstenerse de ello. Pero, entonces, ¿no está condenado a constatar? Tiene, pues, prohibido razonar. Esta cuestión le preocupa legítimamente, puesto que constatar no es un oficio enaltecedor, mientras que sí lo es el de entender, explicar, con el fin de poder actuar.

¿De qué manera razonar sobre una materia en la que no se puede intervenir experimentalmente? Falta por saber a qué llamamos "intervenir", a qué llamamos "experiencia", y cuál es esta materia. Para abordar este problema, reflexionemos sobre otra fórmula familiar: "la historia juzgará...", se oye a menudo.

Nos muestra la necesidad que tiene la humanidad de tener un conocimiento histórico-sociológico de la humanidad partiendo de su estado primitivo, la existencia de Historias no científicas no hace imposible al investigador, llegar a un conocimiento y una interpretación justa de las sociedades pasadas, aunque se tenga una visión incorrecta de su pasado, presente y de su futuro.

En los tiempos antiguos el conocimiento se transmitía por medio del mito.

Existen diferentes disciplinas como la de los etnólogos, sociólogos, psicólogos y arqueólogos, los cuales ayudan a verificar como ciertos algunos hechos considerados desde hace mucho tiempo como imaginarios.

Las crónicas muestran los acontecimientos políticos y militares de una época, los cuales constituyen los primeros testimonios escritos del pasado y documentos de la Historia propiamente dicha, teniendo una gran importancia la combinación del elemento subjetivo, que nos cuenta lo que los diferentes protagonistas de la historia política pretendían hacer, acompañados estos con el documento objetivo, que lo constituyen no solo los restos, objetos o los diferentes escritos redactados.

La literatura sirve para

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