Harald Beyer Y El TErremoto Del Lucro
Enviado por walterotta • 7 de Abril de 2013 • 1.280 Palabras (6 Páginas) • 396 Visitas
Chile está construido sobre una falla. Es lo que debiéramos actualizar por estas fechas en que hace pocos días recordamos un nuevo aniversario del fatídico 27/F. El suelo que pisamos se monta sobre placas tectónicas que sistemáticamente chocan y liberan energía. En Chile estas placas llevaban no uno ni cinco ni diez, sino muchas décadas acumulando una fuerza que saldría a la superficie en forma de movimiento.
inShare
1
Sabemos esto no sólo porque forme parte del currículum de la educación básica, sino porque todos los años, cada cierto tiempo, la tierra se sacude bajo nuestros pies. Muchas veces se ha enumerado qué le falta al país para estar preparados para estas situaciones: un sistema de servicios básicos y estratégicos (agua, luz, telecomunicaciones, etc.) independiente del mundo empresarial, una serie de expropiaciones para viabilizar vías de escape y un largo etcétera.
Sin embargo, los sucesivos gobiernos decidieron irresponsablemente postergar estos temas, hasta que se volvieron inevitables. ¿Algún gobierno estuvo dispuesto a asumir costos en el presente para realizar reformas pensando en el futuro? No. ¿Estuvimos preparados? Tampoco.
Su iniciativa legislativa ha abarcado diversos temas, pero siempre con el mismo ausente; a pesar de denuncias concretas de lucro en las universidades Santo Tomás y Uniacc de parte del ex secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Acreditación, Patricio Basso y del informe realizado por el Consejo Nacional de Educación, que en el informe que justifica el cierre de la U. del Mar explicita que ésta perseguía fin de lucro. El Mineduc omitió esta información en su decreto.
Pero esa no es la única falla sobre la que se ha construido algo en este país. El movimiento estudiantil, sobre todo la última década, ha insistido en que el sistema educacional completo se ha erigido sobre una falla que hace chocar dos grandes placas, la del interés particular de los empresarios y la del interés general de la gente de Chile. La falla del lucro ha venido acumulando una fuerza que derrumbaría también los sueños de miles de familias chilenas —la educación superior hoy concentra a más de un millón de estudiantes— si desde el mundo político no se abrían a reformas estructurales.
De este modo, el movimiento estudiantil que convocó a cientos de miles de personas a enfrentar a los empresarios en la educación, fue un antecedente el 2011; el enfrentamiento del lucro el año siguiente fue otro que cuenta con el triste capítulo en el que el ministro Beyer y la Cámara de Diputados rechazaron el informe que constituía el primer pronunciamiento de un poder del Estado reconociendo y haciéndose cargo del problema —prohibido nominalmente en la regulación—. Pero la bola siguió creciendo, volviéndose ineludible al estallar la crisis en la Universidad del Mar que mantiene a miles de familias con su futuro en entredicho, al destaparse las coimas que varias universidades utilizaron para obtener su acreditación, priorizando el gastar millones de pesos en sobornos en lugar de invertir en calidad y al irse sumando varias otras universidades (tocando incluso a otro ministro, Teodoro Ribera) a la lista de universidades cuestionadas.
Pues bien, no se puede juzgar a un gobierno porque un terremoto o una movilización que viene gestándose desde hace décadas se produzcan dentro de su período. Sí se le puede juzgar, en cambio, por el modo en el que abordó la situación de crisis y por cómo delineó un futuro determinado en las decisiones de su presente.
Para Bachelet y su gobierno, el terremoto desató la inacción producto del miedo de anunciar un tsunami en caso de que no sucediera (discusión aparte es qué tan evidente era según la información de la que se disponía). Para Piñera, las movilizaciones por una educación pública, gratuita y de calidad, que han mantenido como enemigo al lucro, partieron con ninguneos del ministro de entonces, Joaquín Lavín —“este
...