Hidalgo Y Amigos
Enviado por josian182 • 8 de Junio de 2014 • 1.489 Palabras (6 Páginas) • 276 Visitas
El libro es una obra del autor Paco Ignacio Taibo II, en este libro el autor intenta contarnos la verdad de la historia de nuestra lucha de Independencia; esa “historia oficial”, escrita por los que a fuerza de adueñarse de ella en un intento de legitimarse en el poder la volvieron odiosa y aburrida; historia que por lo general contribuyen a fastidiar los maestros de primaria y secundaria, que no se meten ni se comprometen y que hacen que casi todos los que pasamos por sus aulas aborrezcamos la materia en cuestión.
El autor investiga hechos que formaron parte durante esta lucha, algunos conocidos por todos, pues no cambia mucho la historia que se nos vende, y otra parte un tanto no tan conocida, puesto que se tiende a creer que los personajes que nos dieron la patria eran una serie de personas santas, y por lo tanto debemos tenerlos como un grupo destacado y perfecto que logró el fin tan ansiado por muchos, que era el de independizarnos del yugo Español.
Pero para nuestro autor, los héroes deben bajarse de los pedestales y transformar su estado de santos o su incambiable postura de bronce para poder recordarlos como lo que fueron: mortales. Y es que, asegura, la mejor forma de olvidarlos es, precisamente, encasillándolos en la fría y muy engañosa historia oficial. Desmitificar la historia, sacar a los héroes de las estampitas y de la versión oficial de los libros de texto y volverlos de carne y hueso, con las virtudes, los defectos y hasta los vicios de cualquier ser humano.
Durante la lectura del libro podemos encontrarnos que está dividido en 55 capítulos, sí, parece mucho, pero en realidad es una leída muy fácil y muy digerible para todos, pues cada capítulo tiene una extensión de una a cuatro hojas, a lo que se nos puede venir a la mente la frase “Si breve y bueno, dos veces bueno”
La historia no es muy clara tal y como nos la cuentan, se habla de un cura, Miguel Hidalgo y Costilla, un héroe que levanto y unió a los pueblos cansados de los malos tratos que les daban los españoles y librarse del sistema de castas, para así subsecuentemente lograr ser una nación libre y así con sus brillantes estrategias y la ayuda de sus leales hombres nos dieron la Independencia de la corona española.
Pero esto no es del todo cierto, pues a partir de la lectura, nos damos cuenta de que Hidalgo en un principio no quería la Independencia de España, solo quería regresarle la corona a Fernando VII. No era un brillante estratega militar, pues solo era un cura que había estudiado en una Universidad, que para esa época solo servían para perder el tiempo, según se nos narra.
Incluso, ni siquiera se sabía cómo era el mismísimo Hidalgo, pues no hay un retrato de él que nos lo muestre en realidad. Todas las pinturas e imágenes que vemos de él, es una apariencia que nos han vendido los españoles y otras personas como Maximiliano de Habsburgo, quien se dice utilizó a un cura que iba con él para darle retrato a nuestro héroe de la independencia, ya que no teníamos una imagen definida u oficial de él y se tomó como ejemplo a un cura austriaco o belga basándose en sus rasgos. Hasta hoy no sabemos si en verdad el resultado que se exhibe en el Palacio Nacional es una recreación digna de Hidalgo o solo es una imagen impuesta para saciar un vacío del rostro del padre insurgente.
Fueron los iniciadores de esa guerra liberadora gente del pueblo. Un párroco que se colocó a la cabeza de un ejército improvisado en el que participaban unos cuantos militares de formación. Campesinos, herreros, mineros iletrados que siguieron el grito de libertad. Pocos ilustrados como Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de Dolores.
“Era un grupo de hombres y mujeres con pocas artes en el asunto de conspirar. El centro parecía estar en el salón queretano de los Domínguez, donde el pusilánime corregidor controlaba el radicalismo de su esposa, Josefa. Muy en la periferia del complot se encontraba un cura de pueblo, el de Dolores, avejentado (sólo tenía 57 años), Miguel Hidalgo”.
La verdad es que era la conspiración más condenada al fracaso que había tenido lugar jamás en nuestra tierra. Nunca antes un grupo clandestino había estado tan repleto de indecisos, rodeado de traidores, soplones, advenedizos. No podían triunfar.
La gente de altos recursos, los gachupines y la corona española de entonces hubiese deseado que no triunfara la conspiración, que no hubiera existido
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