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Historia Argentina


Enviado por   •  26 de Mayo de 2014  •  1.986 Palabras (8 Páginas)  •  183 Visitas

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V. El empate, 1955-1966

Eduardo Leonardi, gobierno provisional: restaurar el orden constitucional. Rodeado por los grupos católicos y por militantes de tendencia nacionalista. “Ni vencedores, ni vencidos” y procuró establecer acuerdos con las principales fuerzas que habían sostenido a Perón, particularmente los sindicalistas.

Grupos antiperonistas más tradicionales: respaldados por la Marina.

Vice: Rojas.

13/11: Leonardi debió renunciar. Reemplazado por Aramburu: sectores liberales y antiperonistas.

Las consignas de la RL a favor de la democracia coincidían con las tendencias políticas de Occidente, donde la democracia liberal –práctica y bandera- dividía claramente las aguas con el Este totalitario.

1947: acuerdos monetarios Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los capitales volvieron a fluir libremente por el mundo.

FMI: políticas “ortodoxas”: estabilizar la moneda abandonando la emisión fiscal, dejar de subvencionar a los sectores “artificiales”, abrir los mercados y estimular las actividades de exportación tradicionales.

Política alternativa al FMI: Comisión Económica para América Latina (CEPAL): los países “desarrollados” podían ayudar a los “subdesarrollados” a eliminar los factores de atraso mediante adecuadas inversiones en los sectores clave, que éstos acompañarían con reformas “estructurales”, como la reforma agraria. La receta “monetarista” y la “estructuralista”.

Debate por el capital extranjero. Los empresarios, nacionales o extranjeros, coincidían en que cualquier modernización debía modificar el estatus logrado por los trabajadores durante el peronismo: restringir el poder de los sindicatos, y también el que los trabajadores, amparados por la legislación, habían alcanzado en plantas fábricas. Recortar los ingresos y recuperar la autoridad patronal. Mayor obstáculo: clase obrera. El requisito fundamental fue la exclusión del peronismo para poder operar en esta transformación.

Libertadores y desarrollistas.

Aramburu: gobierno provisional hasta 1958: desmontar el aparato peronista. El Partido Peronista fue disuelto y se intervinieron la CGT y los sindicatos, puesto a cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. Un gran cantidad de dirigentes políticos y sindicales fueron detenidos, sometidos a un prolijo escrutinio por comisiones investigadoras y finalmente proscriptos políticamente. La administración pública y las universidades fueron depuradas de peronistas y se controlaron férreamente los medios de comunicación, que en su mayoría estaban en manos del Estado. Se prohibió cualquier propaganda favorable al peronismo, así como la mera mención del nombre de quien, desde entonces, empezó a ser designado como el “tirano prófugo” o el “dictador depuesto”. Por un decreto se derogó la Constitución de 1949. Esta política fue respaldada por la Marina, bastión del antiperonismo.

9 de junio 1959: un grupo de oficiales peronistas organizó un levantamiento; contaba con el apoyo de muchos grupos civiles y aprovechaba un clima de descontento y movilización gremial. Gobierno: reprimió, ordenando el fusilamiento de muchos civiles y de los principales jefes militares, incluyendo al general Juan José Lavalle.

Los militares se propusieron compartir el gobierno con los civiles y transferírselo tan pronto como fuera posible. Convocaron a los partidos que compartían el “pacto de proscripción” a integrar la Junta Consultiva, una suerte de Parlamento sin poder de decisión, presidida por el vice Rojas. El acuerdo incluía todas las tendencias del frente civil, con excepción de los comunistas, desde las conservadoras hasta las más progresistas.

Política económica: Raúl Prebisch, mentor de la CEPAL, elaboró un plan que combinaba algunos principios de la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de estabilización y liberalización. El IAPI o el manejo de los depósitos bancarios, empezaron a ser desmontados. Se devaluó el peso y el sector agrario recibió un importante estímulo, con lo que se confiaba equilibrar las cuentas externas. Se aprobó el ingreso de la Argentina al FMI y al Banco Mundial, y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los problemas más inmediatos, lo que les permitió dar al país sus contundentes recomendaciones.

Política social: patrones y gerentes empezaron a recuperar autoridad en las plantas. Las convenciones colectivas fueron suspendidas, y en el marco de una fuerte crisis cíclica en 1956, los salarios reales cayeron fuertemente en 1957. Huelgas numerosas y combativas en 1956.

Surgimiento de una capa de nuevos dirigentes sindicales, formados no en la cómoda tutela del Estado, sino en las duras luchas de esos años, y por ello muchos más templados para el combate. Septiembre 1957: se reunió el Congreso Normalizador de la CGT y los peronistas, nucleados en las 62 Organizaciones, accedieron a su control, aunque compartiéndolo con algunos núcleos independientes. Fueron la “columna vertebral” del movimiento.

Problema: qué hacer con el peronismo. En la derecha, optaron por acercarse al peronismo algunos de los viejos nacionalistas y los conservadores “populares”. En la izquierda, la política represiva del gobierno libertador apartó pronto a muchos de un bloque antiperonista en el que hasta entonces habían convivido con sus enemigos naturales.

Partido Socialista: se dividió en 1956: fieles a la línea antiperonista y alternativa de izquierda para los trabajadores. El radical Arturo Frondizi empezó a representar una alternativa atractiva.

El ascenso de Frondizi en la UCR provocó su ruptura. Después de la caída de Perón e radicalismo se dividió: quienes seguían a Ricardo Balbín se identificaron con el gobierno libertador, mientras que Arturo Frondizi eligió la línea de acercamiento con el peronismo, basándose en el tradicional programa nacional y popular del radicalismo, asó como en su constitutiva oposición a las “uniones democráticas”. Para atraer a los peronistas, reclamó del gobierno el levantamiento de las proscripciones y el mantenimiento del régimen legal del sindicalmente. En noviembre de 1956, la UCR proclamó la candidatura presidencial de Frondizi, lo que aceleró la ruptura, y el viejo partido se dividió en dos: la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo.

1957: se convocó una Convención Constituyente, en parte para legalizar la derogación de la Constitución de 1949 y actualizar el texto de 1853, y en parte para auscultar los resultados de la futura elección presidencial. Perón ordenó votar en blanco y esos votos –alrededor del 24%- fueron los más numerosos, aunque ciertamente muchos de los que el peronismo cosechaba cuando estaba en el gobierno, y casi iguales a los de la UCR del

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