Historia Argentina

Trabajo Práctico Nº5 – Historia – Locución Integral 1º año

Alumnos: Fabio Ramayo, Florencia Rivero y Maximiliano Riera

Actividades

1. Identificar las posturas historiográficas en torno a las interpretaciones del rosismo.

2. Explicar los mecanismos que llevo adelante el rosismo en virtud, de los poderes excepcionales, el terror y la propaganda.

3. ¿Cómo fue el discurso y las prácticas políticas en la materialización del denominando orden republicano?

4. ¿Cómo se llevó adelante, la ley, el delito y el castigo?

5. En cuento al mantenimiento del orden que postura, tuvo el rosismo, con las guerras civiles. Identificar las ideas fuerzas.

6. ¿Cómo fueron las expresiones, identidades y prácticas políticas en este periodo?

7. El advenimiento del fin de rosismo se evidencia por la presencia de múltiples factores. Identifica los desafíos internos y externos que tuvo que afrontar el régimen.

8. Explicar que significo la gran alianza y como fue la caída de Rosas

Desarrollo

1. El planteo del autor da cuenta de tres posturas historiográficas en cuanto a la interpretación del rosismo.

Una de ellas es la que enaltece la figura de Juan Manuel de Rosas, proclamándolo el restaurador de las leyes. Un agricultor que bregó por los derechos de sus pares y los sectores más pobres de la población. Un gobernante que hizo todo lo posible para unificar y pacificar al pueblo, defendiendo la soberanía frente las amenazas extranjeras antes de lograr un orden constitucional.

La segunda perspectiva, antagónica a la anterior, lo presenta a Rosas como un tirano que se valió de todo lo que estaba a su alcance para salirse con la suya. Amante del poder, buscaba como obtener más y más, para poder ser inalcanzable como gobernante y que fusilaba a aquellos que se paraban del lado contrario del federalismo, o que le discutieran su forma de gobernar. Un detractor del orden constitucional de primera línea, que siempre buscó postergar la creación de una constitución nacional para no compartir las arcas del gobierno de Buenos Aires con los demás estados provinciales.

Finalmente, la tercera vista del gobierno de Rosas es aquella que se basa en la forma de vivir de los sectores humildes de la sociedad en aquel momento y cómo les afectó las diferentes directivas de Rosas al frente del Gobierno.

Esta perspectiva deja entrever que aquel gobierno instaurado por Rosas puede ser considerado como el origen de una república, en la cual los habitantes podían elegir a sus gobernantes quienes respetaban sus periodos de poder.

Además, más allá de la medida tajante de perseguir al que estaba en contra de lo que representaba Rosas, la gente apoyaba a este gobernante. Ya que, sin su apoyo, todas las campañas llevadas adelante por el federalismo hubiesen sido imposibles de llevar a cabo, dado que los habitantes colaboraban uniéndose a la milicia o aportando con diferentes recursos.

2. Juan Manuel de Rosas basó su Gobierno en los superpoderes que obtuvo de las leyes por parte de la Sala de Representantes, quienes se lo otorgaron porque ese era el deseo de la “opinión pública”.

Y qué es la opinión pública más que mera propaganda que buscó enaltecer su imagen y despertar fanatismo entre los pobladores, para que se proclamen a favor de Rosas. Algo a lo que estaban obligados prácticamente, debido a lo dicho por el gobernante en su discurso de asunción al proclamar la persecución de los unitarios en pos de la república en gestación.

La perspicacia de Rosas al saber leer el paño de la situación del territorio rioplatense y adaptarse al mismo, creando políticas que lo beneficien a él y en menor medida al pueblo ha sido la piedra angular de su Gobierno.

Aprovechando la concentración de los poderes públicos, Rosas ejecutó una serie de medias que le dieron el título de dictadura a su Gobierno. Puesto que las leyes que instauró no defendían las libertades individuales ni los derechos de la minoría, sino que solo buscaban mantener a raya la cepa unitaria que amenazaba con desestabilizar y erradicar sus ideas.

El favorecimiento con cargos públicos a “federales decididos”, la persecución y ejecución de los detractores de su república, confiscación de propiedades, censura a la prensa, la utilización de la divisa punzó o poner banderas rojas, naranjas o amarillas en los hogares, fueron algunas de las medidas que instauró Rosas para identificar y premiar a los pobladores que estaban bajo la línea de su pensamiento. Y también castigar a los que se oponían.

Más allá de todo esto, Rosas nunca pudo acallar del todo las voces que le recriminaban su forma de gobernar. Y a pesar de llevar adelante un plan de propaganda con distintos pasquines que circulaban, las pulperías seguían siendo el centro de concentración de las mentes que antagonizaban con el gobernador.

Muchos de sus detractores se exiliaron en Uruguay y desde Montevideo atacaban la dictadura de Rosas publicando sus críticas en los diversos diarios que existían.

Es que ser unitario era casi una pena de muerte, debido a las listas que se publicaban en los medios afines a Rosas. Muchos de los que eran identificados en estos listados sufrían todo tipo de vejámenes que, avanzada la cuestión, podían llegar a su asesinato en manos de los “mazorqueros” que integraban la fuerza de choque de la Sociedad Popular Restauradora.

El terror en el Gobierno de Rosas se acrecentó en el periodo de 1838-1842, cuando el orden de la república se vio amenazada por los embates unitarios con Lavalle como líder y el descubrimiento de la alianza forjada por los detractores en Uruguay con Francia. Algo que Rosas interpretó como una posible alianza desde Europa.

En estos años, las persecuciones, intimidaciones y asesinatos subieron drásticamente, y obligaron a muchos más a refugiarse en el exilio. Ya que además eran despojados de sus propiedades que luego iban a terminar en manos de los federales que participaban activamente de la “lucha”, y eran recompensados de esta manera.

Al día de hoy, aún no se tiene clara la cifra de víctimas del terror de Rosas, que rondan entre 250 y 6000 teniendo en cuenta los números presentados en diferentes estimaciones realizadas entre 1829 y 1852.

3. El discurso para la materialización de un orden republicano se basaba en cuatro pilares. El primero de ellos es un entorno rural estable y ordenado, con fronteras de propiedad claras y una jerarquía social bien delimitada, con una relación igualitaria entre vecinos y propietarios de tierras. Esto con el objetivo de que aquellos que trabajaban la tierra le sirvan a la república en la restauración del orden, con su tiempo y cosecha.

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