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Historia De Guatemala


Enviado por   •  15 de Febrero de 2013  •  4.992 Palabras (20 Páginas)  •  694 Visitas

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Exponga los elementos que caracterizaron lo que el auto denomino forma finquera de Estado

La forma finquera de Estado y la servidumbre agraria La forma en que se organiza y se perfila el Estado independiente guatemalteco tiene relación directa con las haciendas coloniales, y a partir de la reforma liberal, la finca cafetalera dibuja y define los rasgos fundamentales de la anatomía de la sociedad guatemalteca, la cual se expresó en una forma específica de Estado. Si bien el Estado tiene su propia especificidad, el sentido y el límite histórico de sus acciones se encuentran en las formas de poder que emanan de la sociedad misma. Hasta nuestros días, la finca constituye la estructura de poder fundamental.

Para que la economía cafetalera se expandiera y consolidara como sistema dominante serían necesarias profundas transformaciones de la estructura socioeconómica. A diferencia de la grana, la economía cafetalera necesitaba de una liberta de expansión territorial y de apropiación privada del suelo. En aquellas circunstancias ese objetivo solamente se podía lograr mediante un profundo cambio tanto en las formas de tenencia de la tierra y las formas de organización social que les eran orgánicas. En otras palabras, la nueva vinculación con el mercado mundial, el desarrollo de rasgos de una economía agro exportadora, condicionaron el desarrollo de tendencias internas hacia una reforma de la economía que podía lograrse mediante una transformación del Estado . Con la toma del poder de los liberales en 1871, dio inicio una época de reformas que redefinieron el perfil de Guatemala según pautas de un proyecto cafetalero de nación. La piedra de toque fue la reforma agraria liberal. Esta quebró la columna vertebral del régimen tradicional de tenencia de la tierra, y estimuló un proceso de acumulación privada del suelo a costa de la propiedad comunal indígena y del clero. En diez años el país quedó convertido en un conjunto de plantaciones cafetaleras, el café se había convertido casi en el único producto de exportación. En 1880, representó el 92% de las exportaciones; en 1881, el 98%, y el 85% en 1892-1893. La expansión finquera, fomentada por el reparto agrario estatal, siguió la tendencia a su consolidación como núcleo de la economía y las relaciones sociales en las siguientes décadas. La época de privatización eufórica y reparto agrario de los gobiernos liberales llegó a su declive a partir de 1921.

El crecimiento de la forma valor de la producción nacional ligado al auge de la economía cafetalera no se tradujo al mismo tiempo en un despliegue de la forma de organización típica del capitalismo: el trabajo asalariado.

La finca, el latifundio cafetalero, núcleo de la economía nacional durante el período posterior a la independencia y más aún posterior a la revolución liberal, no era en sí una unidad capitalista sino precapitalista y semi-feudal que utilizaba fuerza de trabajo servil para la producción de grandes volúmenes de mercancía exportable. El reparto agrario liberal, como se ha visto, liberalizó el acceso a la tierra, en parte como patrimonio adquirido políticamente, así como por la transformación del suelo en mercancía. Sin embargo, los capitales invertidos inicialmente en el establecimiento de las fincas, lejos de llevar a transformar la tierra en parte del capital productivo, fueron un factor que posibilitó la estabilización de la renta, es decir, de un poder basado más en el control de la tierra que en el capital propiamente dicho. Este cambio se consiguió mediante la organización del trabajo forzado. Por un lado las grandes fincas se encargaron de privatizar grandes masas de trabajadores transformándolos en siervos mediante el sistema de peonaje.

La economía moderna de plantaciones en Guatemala fue posible debido a las inversones de dinero hechas por los empresarios extranjeros llegados al país en la primera mitad del siglo XIX, así como también a la expropiación de las tierras comunales y a la conversión del campesinado libre en peón semiesclavo. De esta manera, la acumulación de capital en Guatemala tiene como base de su ulterior desarrollo el dinero que se capitaliza, la tierra usurpada que se convierte n mercancía, y la mano de obra forzada.

Otro de los aspectos que resaltan es La servidumbre y el racismo hacia las etnias mayas son elementos constitutivos de la racionalidad de esta forma finquera estatal. El racismo permitirá racionalizar y mantener formas coloniales de explotación del indígena. Estas incluyen el uso del terror, el castigo corporal, y la sofocación violenta de cualquier intento de rebeldía. Michel Foucault (1993) ha descripto acertadamente que el concepto de racismo fue reapropiado en los siglos XIX y XX como mecanismo que volvió posible desarrollar el poder del Estado para quitar la vida de sus ciudadanos a partir de un discurso biológico que, además, permite tolerar todo tipo de ultraje hacia la población marginada. Es decir el productor directo es, lo mismo que era antes, poseedor hereditario o tradicional de la tierra, obligado rendir coactivamente al terrateniente como propietario de esta sus condición mas esencial de producción, el trabajo remanente, trabajo no retribuido en otras palabras bajo el dominio de dinero una forma de tipo capitalista.

Tanto la organización del trabajo como las categorías económicas que expresan esa organización se encontraban en fuerte medida definidas por formas precapitalistas de relación social; la renta y las formas de capital que le hacían posible, y no el beneficio capitalista como forma del capital industrial era lo que definía el carácter de la economía. La economía cafetalera del periodo liberal fue parte de un proceso de formación de ciertas condiciones para el desarrollo del capitalismo en Guatemala, la flexibilidad del sistema para permitir formas más o menos desarrolladas de capital industrial era muy limitada. La expansión de la renta, permitió un desarrollo de las relaciones mercantiles en la economía urbana; pero a la larga la misma forma renta, es decir, la estructura servil del trabajo agrícola, se transformó en el principal obstáculo para la expansión de la forma moderna de capital dentro de la formación social. La reforma agraria liberal no llevó al establecimiento de relaciones capitalistas como forma dominante de las relaciones de producción en el campo.

Uno de los factores que podían controlar los finqueros era fundamentalmente la tierra y la fuerza de trabajo mediante un sojuzgamiento mas sistemático (el ethos señorial) con fines de enriquecimiento privado. En ese orden de cosas el ciclo de la servidumbre fue un momento importante en el fortalecimiento racista y patrimonialista en el mundo de los finqueros esa visión de los gobernantes liberales y la elite cafetalera reforzó la mentalidad “encomendadera”

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