Historia De La Medicina
fredy2415 de Noviembre de 2013
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¿De dónde venimos?
Venimos de un mundo libre, diverso, generoso, rico, creativo, cooperativo, bello, seguro, infinito en sus propios límites y necesitamos que la nueva generación sea educada fuera de los barrotes y a la altura de todo su potencial en el mundo real. Porque los grandes retos que se ciernen sobre nosotros sólo podrán ser asumidos por una nueva humanidad que se forjará con una educación distinta
La teoría científica explica que los primeros antepasados de los seres humanos fueron unos primates o monos, muy parecidos al chimpancé́ moderno. Estos simios fueron evolucionando a lo largo de millones de años, hasta que lograron caminar erguidos en dos pies y tener visión frontal (ojos al frente); la posición del dedo pulgar, opuesto a los demás dedos, les permitió tener mayor destreza con las manos para fabricar herramientas, y su cerebro fue creciendo, convirtiéndolos en unos animales más hábiles para adaptarse al entorno.
Los investigadores han encontrado varios hallazgos: el primero recibió el nombre de Australopithecus, tenía características de simio y de humano, caminaba erecto, vivía en grutas. Luego apareció el Homo erectus, que vivió hace 500.000 años. Éste utilizó herramientas y técnicas de cacería. Más tarde apareció́ el hombre de Neandertal hace aproximadamente 130.000 años y posteriormente el Homo sapiens, y el hombre de Cro-Magnon.
Pero el gran salto entre estos antepasados y el hombre se dio cuando ocurrieron dos fenómenos maravillosos: el dominio del fuego y la aparición del lenguaje. El fuego le permitió al hombre cocer o cocinar sus alimentos y transformar el medio que lo rodeaba, calentar su guarida, tener luz en la oscuridad, alejar a los animales salvajes, moldear y fundir metales. Con el lenguaje, el hombre pudo comunicarse con otros de manera inteligente.
Con el tiempo, el hombre pasó de ser cazador y recolector a domesticar animales y a cultivar plantas. El inicio de la agricultura tuvo lugar hace sólo 10.000 años; esto le proporcionó al hombre mayor cantidad de alimentos y la posibilidad de almacenar algunos. El crecimiento del cerebro le permitió al hombre crear herramientas y también favoreció el desarrollo del pensamiento y la escritura; aparecieron entonces las primeras civilizaciones.
¿En dónde nos encontramos?
Nuestro pequeño planeta, inmerso en el espacio, que gira alrededor de una estrella común, se encuentra en el brazo (brazo de Orión) de una enorme galaxia espiral, la Vía Láctea, una más de las innumerables que se encuentran distribuidas por el universo. Cerca de la Tierra se encuentran otros planetas, planetas enanos, satélites, asteroides y cometas, todos ellos orbitando nuestro Sol, atrapados por su potente fuerza de atracción gravitatoria, formando lo que llamamos el Sistema Solar.
Alrededor de nuestro sistema estelar, a miles de años luz de distancia, se encuentran millones y millones de estrellas de todo tipo, enanas, supergigantes, agujeros negros, púlsares, estrellas múltiples ...; hay lugares donde nacen las estrellas y otros donde quedan los restos de las muertes de otras, como las nebulosas; y existen lugares donde parecen congregarse las estrellas, como los cúmulos. Todo este impresionante conjunto forma nuestra galaxia, la Vía Láctea. Se piensa que nuestra galaxia puede albergar unos 100.000 millones de estrellas.
¿Hacia dónde nos dirigimos?
Después de ver cómo hemos evolucionado es lógico preguntarse en qué nos convertiremos, hacia dónde evolucionaremos, hacia qué nuevos lugares iremos.
La evolución es muy lenta, puede que ahora se estén produciendo cambios que no serán perceptibles hasta dentro de muchos cientos de miles de años. El que los ojos y cabellos claros vayan a desaparecer o desarrollemos una cabeza descomunal para albergar a un cerebro cada vez mayor son solo hechos que tienen que ser drásticos para que se generalicen en toda la humanidad.
Esto es algo difícil pues para que existan cambios de este tipo se deben respetar las leyes de la selección natural. Además, ahora tenemos la ingeniería genética. Si los cabellos rubios o la inteligencia son deseables probablemente se perpetúen. La tecnología no es negativa en sí misma, porque la ingeniería genética va a ser muy útil para controlar las enfermedades, pero el mal uso que se haga de ella es otro cantar.
La afirmación de que "sólo sobreviven los más fuertes" ha quedado restringida a los documentales de naturaleza, en los seres humanos ya no tiene tanto poder (a no ser que al hablar de fuerza no nos refiramos a la física, sino en el poder, el dinero, etc). Vivimos en un mundo lleno de comodidades, en el primer mundo claro. Romperse una pierna o tener ceguera no es un problema en el que nos vaya la vida.
Nuestra especie se encuentra, como todas las demás, bajo las leyes de la selección natural. Todas las personas que tienen graves taras genéticas o no llegan a nacer o si nacen mueren al poco tiempo. Solo sobreviven las que son cuidadas por otros miembros de su entorno. Cuando vemos a un cachorro de lobo que ha nacido ciego pensamos en la crueldad de la naturaleza, pero en ella no existe ni bondad ni maldad, simplemente es la selección natural la que está funcionando y deja fuera del ciclo reproductivo a seres que, de otro modo, llevarán a la extinción a su especie si les da lo que puede dar a otros más capacitados. Ese cachorro no va a sobrevivir por sí mismo, que es lo que se espera de él. Esta es una selección normalizadora que elimina a los individuos extremos, pero que no modifica la especie. Para que algún rasgo se modifique en una especie se necesita tiempo y que los individuos con dicho rasgo aumenten en número considerable. En la actualidad, con el número tan alto de población y las comunicaciones intensas, no puede darse el hecho de que una población quede aislada durante mucho tiempo actuando sobre ella la selección natural. Cualquier modificación acaba perdiéndose en la marea de genes humanos que circulan por todo el mundo.
En los últimos quinientos años se ha producido un fenómeno, cada vez a mayor escala, con respecto al intercambio de genes de una población a otra. Solo la selección artificial es la que puede hacer algo a corto plazo. Desde hace 10.000 años tenemos pruebas claras de esta selección realizada por el hombre, con muchas especies de plantas (trigo, centeno...) y animales (lobo, caballo, ovejas, cabras, vacas...). Con la ingeniería genética podemos modificar los genes de forma muy rápida y no lenta como antes.
Con la invención de la escritura y los sistemas de almacenamiento y procesamiento de la información en ordenadores no tenemos que acumular datos ni realizar complicadas operaciones que nos llevaran a desarrollar más aún nuestro cerebro, por lo que no parece que de momento nos convirtamos en unos seres cabezudos. Con la alimentación pasa lo mismo. De momento pasará mucho tiempo antes de que el ser humano desarrolle mandíbulas diminutas y débiles por no tener que esforzarse comiendo alimentos duros. Pero otras muchas cosas si tendrán lugar para bien o para mal. Estamos tomando decisiones que normalmente toma la naturaleza con respecto a los genes.
Vamos a ser nuestros propios alquimistas dirigiendo la evolución de forma autoritaria según nuestros caprichos e intereses. Muchas especies ya han desaparecido a causa de esto. Muchos pueden pensar que al ser nosotros parte de la naturaleza también estamos siguiendo las leyes de la selección natural al modificarnos a nosotros mismos. Aún así, es la Naturaleza la que tiene la última palabra con todo esto.
Hemos salido al Cosmos. Comprendemos leyes de la física y la química que se dan en todo el Universo, conocemos estrellas, galaxias y nuevos planetas sin movernos de la Tierra. Incluso mandamos mensajes al espacio esperando la respuesta de otros seres inteligentes evolucionados en otros planetas.
Puede que lleguemos a algunos de ellos y los colonicemos, es una idea que la ciencia-ficción se ha encargado de hacer lo más natural del mundo, pero que en realidad es algo aún muy lejano . Quizás en un lejano futuro ya no estemos aquí y en nuestro lugar existan otros homínidos evolucionados a partir de nosotros u otros seres que están ahora en la sombra, como los mamíferos en la era de los dinosaurios. Podemos tener muchas hipótesis porque los cambios evolutivos de los que hablo tardarán tanto tiempo en producirse, si se da alguno, que el futuro siempre será, realmente, algo incierto.
Debemos de ser conscientes de que quizás no vivamos para siempre como especie. Puede que nos automodifiquemos tanto con la ingeniería genética que ya no seamos lo que fuimos y somos aún. También debemos considerar nuestra posible salida al espacio para largas temporadas y queremos llegar a otros mundos. Los científicos opinan que una vez salgamos al espacio será para no volver, para quedarnos, es decir, serán tantos los cambios a nivel cerebral y fisiológico que tendrán estas personas que los que vuelvan no podrán adaptarse a la vida en la Tierra y los que nazcan fuera mucho menos, si es que se consigue que puedan subsistir como organismos plenamente desarrollados.
Por otra parte, hay muchas formas por las que la especie humana podría desaparecer: erupciones solares gigantescas, plagas mundiales, el calentamiento terrestre, guerra nuclear mundial, los robots se hacen con el poder, supervolcanes, etc.
Describir la época de la historia de la medicina premicrobiana
Premicrobiana
• Conocimiento del papel causal del ambiente en la enfermedad
• Ignorancia biológica
• Atribución
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