Historia De La Udg
Enviado por romankira • 13 de Febrero de 2014 • 9.321 Palabras (38 Páginas) • 398 Visitas
a historia de la Universidad de Guadalajara inicia a la par de la época colonial en la región occidental del país.
Con el antecedente del Colegio de Santo Tomás fundado en 1591 por los miembros de la Compañía de Jesús -que posteriormente, en el año 1767, fueron expulsados del país-, fray Antonio Alcalde y Barriga, obispo de la Nueva Galicia, gestiona ante el rey Carlos IV la creación de una universidad semejante a la de Salamanca y logra que el año 1791 se inaugure solemnemente la Real y Literaria Universidad de Guadalajara, iniciando con las cátedras de Medicina y Derecho.
Entre 1826 y 1860, y como consecuencia de las constantes pugnas entre gobiernos conservadores y liberales, la Universidad sufre cierres y rupturas, alternando su nombre entre Instituto de Ciencias del Estado y la Universidad de Guadalajara, según el grupo en el poder.
En 1914 se crea la Escuela Preparatoria de Jalisco y en 1925 se reconoce la fundación de la Universidad de Guadalajara y se expide su primera Ley Orgánica; en estos últimos logros destaca la labor del licenciado José Guadalupe Zuno Hernández y del primer rector de la Universidad, el licenciado Enrique Díaz de León.
Durante los años ochenta, la Universidad de Guadalajara se declara como una institución educativa nacionalista, democrática y popular. En el año 1989, durante el rectorado del licenciado Raúl Padilla López, se inicia el proceso de reforma universitaria que actualiza el modelo académico y culmina con la reestructuración de las escuelas y facultades en campus temáticos y regionales llamados centros universitarios, conformando la Red Universitaria que alcanza a todo el territorio del estado de Jalisco, además de integrar todas las escuelas preparatorias en el Sistema de Educación Media Superior.
En el año 2005 se crea el Sistema de Universidad Virtual, que representa el último eslabón de lo que hoy es la Red de la Universidad de Guadalajara.
Por las tierras ignotas de lo que sería el territorio del Reino de Nueva Galicia, el 5 de enero de 1532 el capitán Juan de Oñate, por instrucciones del conquistador Nuño Beltrán de Guzmán, fundó la villa de Guadalajara de Indias en Nochistlán, en la región cazcana. Hacia agosto de 1533, la villa se trasladó a Tonalá; pero ante las presiones de Beltrán de Guzmán se tuvo que establecer, en febrero de 1535 en Tlacotán, donde fue fuertemente atacada por los indios cazcanes, tecuejes y zacatecos. Estas circunstancias obligaron a su cuarto y último traslado, esta vez al valle de Atemajac, donde el 12 de febrero de 1542 el gobernador Cristóbal de Oñate la fundó definitivamente; ya el 8 de noviembre de 1539, el rey Carlos I de España la habla elevado al rango de ciudad y le otorgó su escudo de armas.
La novel ciudad muy pronto serla la sede de una Real Audiencia y un Obispado; a partir de 1586, con el establecimiento del Colegio de Santo Tomes de Aquino a cargo de la Compañía de Jesús, se inició la impartición de la enseñanza media y superior y se conferirían grados académicos. La enseñanza media serla reforzada en 1695 con la fundación del Colegio de San Juan Bautista,
A finales del siglo XVII, el decimoquinto obispo de Guadalajara, fray Felipe Galindo Chávez y Pineda, solicitó al rey Carlos II que elevara el Real Seminario Conciliar de San José --establecido en 1696-- al rango universitario, lo cual comunica a sus diocesanos el 12 de julio de 1696, en el documento que iniciaba con la expresión latina Benedictionem dabit Legislator, decía: “Tengo pedido a su Majestad se sirva de hacerle (al Seminario) Real Universidad...”.
Así se inició un siglo de gestiones para lograr el establecimiento de la Universidad de Guadalajara, cronológicamente la segunda de México, la cuarta de América del Norte y la decimocuarta de Iberoamérica.
Habría de transcurrir casi medio siglo para que esta idea original fuera retomada por el licenciado Matías Ángel de la Mota Padilla, quien en 1750 logró involucrar en el proyecto al Ayuntamiento de Guadalajara, corporación que continuarla las gestiones hasta el final.
Para 1767, con la expulsión de la Compañía de Jesús de todos los dominios hispánicos, se hizo imperativa la necesidad de establecer la Universidad, ya que se habían clausurado los colegios de Santo Tomes y de San Juan Bautista. Entre los clérigos expulsados de Guadalajara se encontraba el célebre humanista Francisco Javier Clavijero, quien venia realizando una profunda reforma y modernización de los estudios filosóficos.
El 12 de diciembre de 1771 llegó a Guadalajara el vigésimo segundo obispo de la diócesis novogalaica, fray Antonio Alcalde y Barriga, quien vendría a darle el impulso definitivo a la fundación de la Universidad con tres importantes acciones:
Primero: el 17 de marzo de 1775 contesta la real cédula de Carlos III donde le consultaba sobre la conveniencia del establecimiento de la Universidad. Su respuesta fue afirmativa, señalando como objetivo primordial de la futura institución ‘el adelantamiento de la juventud, que por falta de Universidad se atrasan en sus estudios”; además, prometió dotar adecuadamente las cátedras para que quienes las impartieran tengan un sueldo apetecible y que les dé motivo a perseverar en sus respectivas cátedras y llenen el nombre de tales catedráticos y que no las tomen como medio para lograr otras conveniencias “[...] aunque yo deje de comer, pero sin hacer falta a las innumerables indigencias de tantos pobres, me obligo a dar a cada uno de dichos catedráticos, cuatrocientos pesos anuales”.
Segundo: interpuso su influencia ante el rey de España para que se aplicase al patrimonio universitario los bienes de las temporalidades de la extinguida Compañía de Jesús, incluido el templo y el edificio del antiguo Colegio de Santo Tomás.
Tercero: donó 60 000 pesos para cumplir su promesa de dotación de las cátedras y estimuló al Cabildo catedralicio para que aportara los 10 000 pesos restantes, necesarios para la fundación. El patrimonio universitario original e indispensable para lograr la fundación fue de 95 298 pesos. El señor Alcalde aportó casi las dos terceras partes del importe total.
Tras vencer las últimas dificultades, el 18 de noviembre de 1791, en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, el rey Carlos IV otorgó la Cédula Real de la Fundación de la Universidad de Guadalajara, que en su parte medular dice:
El 26 de marzo de 1792 los festivos tañidos de la célebre “Campanita del correo” anunciaron la llegada a Guadalajara del largamente esperado documento de erección de la Universidad, con gran júbilo de sus habitantes y en especial de fray Antonio Alcalde, quien de común acuerdo con el presidente de la Real Audiencia, Jacobo Ugarte y Loyola, designaron como primer rector de la Universidad
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