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Historia De La Universidad Tecnológica Nacional Y De La Facultad Regional Haedo


Enviado por   •  20 de Abril de 2014  •  4.064 Palabras (17 Páginas)  •  472 Visitas

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INTRODUCCION

Antes de hablar puntualmente de la historia de nuestra universidad hare una breve reseña histórica con el fin de comprender las situaciones sociales, políticas y económicas en las que se desarrollo la universidad en nuestro país.

DESARROLLO

Las Primeras Universidades

La Universidad Nacional de Córdoba fue la primera en argentina y la cuarta en Latinoamérica. Fundada el 29 de Agosto de 1613 con el nombre de Seminario Convictorio de San Francisco Javier o Colegio Máximo. En aquellos años el territorio argentino actual estaba ocupado por el Virreinato del Río de la Plata. Financiado por Fray Fernando de Trejo y Sanabria, Obispo de la Diócesis de Tucumán, y organizada por los Padres de la Compañía de Jesús (orden religiosa católica comúnmente llamados jesuitas), este colegio enseñaba filosofía, arte, latín y teología e inicialmente confería títulos de doctor, licenciado, bachiller y maestro. No fue hasta el 8 de Agosto de 1621 que el Papa Gregorio XV calificó al colegio como Universidad, así pudo educar a los futuros sacerdotes.

Los jesuitas fueron expulsados en 1767 por el Rey Carlos III y la dirección de la universidad la obtuvo la Orden de San Francisco. Hasta entonces se había mantenido un modelo conservador exclusivamente teológico y filosófico. Durante aquel siglo, por orden del Virrey Nicolás Antonio Arredondo, se añadieron los estudios de leyes. Posteriormente en 1791 surgiría la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.

Los conflictos entre franciscanos y el clero secular por la dirección de la universidad debían llegar a su fin. En 1808 el Deán Dr. Gregorio Funes y otras autoridades formaron la Real Cedula del año 1800, y la facultad fue renombrada como: Real Universidad de San Carlos y de Nuestra Señora de Monserrat. El clero secular así aparto definitivamente a la orden de San Francisco de la administración universitaria. La introducción de materias como álgebra, geometría y aritmética fue impulsada por el Deán Funes.

La revolución de Mayo de 1810 trajo aparejado el cambio de autoridades de la facultad, sin embargo el Deán Gregorio Funes continuó desempeñándose como rector. En 1820 Juan Bautista Bustos, gobernador de Córdoba, situó a la universidad bajo una dirección provincial.

Durante aquel período histórico Domingo F. Sarmiento, Juan B. Mitre, Nicolás R. Avellaneda jugaron un papel muy importante al ocuparse los graves problemas educativos del país. La educación debía ser pública y gratuita, la creación del Colegio Nacional y la Escuela Normal fue el acontecimiento más importante la época a nivel educativo.

El 9 de Agosto de 1821, por decreto de la provincia, fue creada la Universidad de Buenos Aires. La misma fue inaugurada 3 días mas tarde con un acto en la Iglesia de San Ignacio.

La nueva institución se fusionó con algunos colegios de enseñanza superior ya existentes, creados por la Sociedad Porteña (comunidad de funcionarios, comerciantes, militares y navegantes) con el fin de resolver algunos problemas prácticos urgentes, como: el Protomedicato en 1780, la Escuela de Dibujo y Náutica a final del siglo, la Academia de Matemáticas y Arte Militar, el Instituto Médico Militar y la Academia de Jurisprudencia creada en 1814. Sin embargo personas que querían estudiar carreras de grado debían dirigirse a Córdoba.

El estado de disolución nacional y desorganización administrativa durante la primera mitad del siglo luego de la revolución ocasionó difíciles primeros años. La falta de recursos y la ausencia de un reglamento interno casi llevan al cierre de la UBA. En 1838, con el contexto de bloqueo francés al puerto de Buenos Aires, el Gobernador de la provincia Juan Manuel de Rosas resolvió suspender la partida que sostenía su funcionamiento en el presupuesto estatal. De esta manera el presupuesto de 35000 pesos anuales se redujo a 2900 pesos. La casa de los estudios logro permanecer abierta gracias a la colaboración de profesores y alumnos. Así mismo persistían conflictos internos entre sus dirigentes. Esto reflejaba fielmente el límite que en ese momento existía para construir una Universidad completamente independiente y desligada de las tradiciones religiosas.

A pesar de los baches encontrados en su camino la facultad siguió dando clases y los estudiantes se siguieron graduando. Este estudio superior en la universidad le brindaba al estudiante habilidades y conocimientos en política y administración pública. Durante las décadas posteriores graduados de la casa de los estudios formarían parte importante de la historia argentina.

El 16 de junio del año 1865 se abre en la U.B.A. el Departamento de Ciencias exactas. Cinco años después el día 6 de junio, día de la ingeniería, se recibió el primer ingeniero argentino Luis Augusto Huergo, cuyo título lo habilitó como "Ingeniero de la Escuela de esta Universidad en la Facultad de Ciencias Exactas". Huergo junto a Valentín Balbín, Santiago Brian, Adolfo Büttner, Jorge Coque, Francisco Lavalle, Carlos Olivera, Matías Sánchez, Luis Silveyra, Miguel Sorondo, Zacarías Tapia, Guillermo Villanueva y Guillermo White; formó parte del grupo que hoy llamamos los 12 apóstoles de la ingeniería.

En el año 1856 la Universidad de Córdoba fue nacionalizada, en 1881 la Universidad de Buenos Aires.

En la Universidad de Córdoba nacía Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1873). Nuestro país en desarrollo tenía la necesidad de profesionales con aspectos más técnicos como ingenieros y naturalistas, más que abogados o teólogos.

El 26 de julio de 1885 se sancionó la Ley Nº 1597, llamada Ley Avellaneda. Esta se refiere principalmente a los aspectos de la dirección administrativa que debían adoptar las instituciones universitarias, dejando otros aspectos a cargo propio.

A comienzos del año 1918 los estudiantes de la Universidad de Córdoba protestaron fuertemente contra las autoridades de la casa de los estudios. La rebelión era principalmente contra el régimen disciplinario de la institución, el descompromiso de muchos profesores y la arbitrariedad de los mismos. El gobierno, en ese entonces a cargo de Hipólito Yrigoyen, intervino y nombró como máxima autoridad a José Nicolás Matienzo. El cambio no fue favorable por lo tanto hubo otra revuelta y una segunda intervención del gobierno, quien esta vez nombró a cargo a Juan José Salinas. Él, apoyado los estudiantes, sancionó un nuevo estatuto. Esta reforma estableció que los miembros de los concejos debían ser elegidos democráticamente en una asamblea formada por estudiantes y profesores.

El modelo

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