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Historia De La Vitivinicultura En MÉXICO


Enviado por   •  19 de Octubre de 2012  •  1.137 Palabras (5 Páginas)  •  573 Visitas

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Historia de la Vitivinicultura en MÉXICO

Nuestro país es el productor vinícola más antiguo de América, aunque el auge de los vinos de calidad apenas está empezando.

La historia del vino en México evidentemente se inicia con la conquista. Sin embargo, el uso de la vid silvestre (de tipo cimarrón) se remonta a épocas inmemorables, en las que los indígenas preparaban el ahora llamado “vino de acachul”, a partir de diversas frutas silvestres, incluyendo la uva, agregandole miel de abeja.

La uva cimarrón, de gran acidez al igual que otras especies autóctonas como la rupestris, berlandieri, labrusca, etc., no eran adecuadas para la producción de vino. De manera que, tras el descubrimiento de América en 1492, inició la importación de barricas con vino europeo para satisfacer las necesidades de los nuevos pobladores y poco tiempo después se comenzaron a importar también sarmientos y semillas de vitis vinífera para poder producir, en el Nuevo Mundo, vinos “de calidad”.

Se dice que Juan de Grijalva fue el primer español que compartió el vino con los representantes aztecas de Moctezuma hacia 1517 en Tenochtitlan.

El consumo y comercialización del vino fue incrementándose velozmente en los nuevos territorios, y éste era visto como alimento e incluso como medicamento, además de ser parte fundamental de la dieta de los españoles.

Con la colonización, los asentamientos urbanos se extendieron y la demanda de vino también, haciendo necesaria la plantación de vides en amplios territorios adecuados, por suelo y clima, para tal efecto.

Además, como se ha comentado en secciones anteriores, la Iglesia requería vino para la celebración de sus misas y sacramentos. Pero no solo los misioneros católicos jugaron un papel determinante en el establecimiento y desarrollo de la vitivinicultura mexicana y americana en general. También los jesuitas, que llegaron a la península de Baja California extendieron el cultivo de uva por esa región hasta entonces cubierta por desiertos semi-áridos en los que no se trabajaba la tierra y que hoy en día, constituye la zona más prolífica de la vitivinicultura nacional.

Siguiendo la inercia dejada por los Jesuitas, los Franciscanos llevaron el cultivo de vid más al norte, en las tierras que hoy comprenden el estado de California en los Estados Unidos, sentando las bases del afamado Valle de Napa. Fue fray Junípero de Serra quien estableció misiones, y con ellas viñedos desde San Diego hasta Sonoma.

Los resultados de sus plantaciones fueron tan satisfactorios, que la variedad plantada llegó a conocerse como “uva misión” y hoy en día se le denomina “criolla” y es conocida en toda América del sur.

Las regiones de la Nueva España en las que se detectaron condiciones propicias para el cultivo de vid y cuya gran mayoría aún constituyen las zonas vinícolas de nuestro país fueron: Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila, Sonora, Baja California y Puebla.

En el siglo XVI, con Hernán Cortés como gobernador de la Nueva España, se ordenó la plantación de 1000 sarmientos de vid por cada cien indígenas que estuvieran en las tierras de cada uno de los colonos que se establecieran en el territorio. Además Carlos V, en 1531, dio la orden de que todo navío que se dirigiese a la Nueva España habría de llevar viñas y olivos para ser plantados.

Fue justamente en México donde se implementó, por primera vez en todo el mundo, la práctica del injerto de vitis vinífera europea sobre pie autóctono americano. Práctica que se haría popular en toda Europa y el resto del mundo

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